Carlos Manuel Acuña en su conocida obra literaria "Por Amor al odio", nos revela algo que podríamos decir, es cuasi vox pópuli, al menos entre quienes vivíamos en esa desgraciada época.
"Quien sería presidente de la República y de la Junta Militar, teniente general Jorge Rafael Videla, aparece en la tapa del diario LA TARDE (ejemplar del 26 de marzo) dirigido en ese entonces por Héctor Timerman, actual cónsul general en Nueva York y probable embajador en los Estados Unidos de Norteamérica, en el supuesto que la candidata presidencial Cristina Fernández de Kirchner resultara electa.Los Timerman, padre e hijo, apoyaron el golpe militar del 24 de marzo de 1976.
En el diario La Tarde, cuya primera página reproducimos, tuvo frases laudatorias para el proceso militar desplegado dos días antes, cuando la totalidad de los medios periodísticos ya sabían lo que iba a suceder. Además, reconocieron expresamente que el País vivía una guerra que producía víctimas por doquier, que ocurrían asesinatos, robos y asaltos y que las distintas bandas desarrollaban un creciente potencial bélico.
La lectura de estos artículos y comentarios que no son excluyentes, es elocuente y demostrativa de la complacencia de estos periodistas con los acontecimientos que se desataron. La Tarde fue fundada diez días antes del golpe y Jacobo Timerman puso de Director a su hijo - bastante joven en ese entonces - por elementales razones de confianza. Quienes más tarde pasarían a ocupar posiciones de izquierda, en ese entonces aceptaron plegarse mediáticamente al Proceso de Reorganización Nacional y sus objetivos, aunque con mayor prudencia y profesionalismo,
La Opinión tuvo un comportamiento más clásico. La Tarde, por su pésima factura y la excesiva obviedad de su comportamiento, apenas si sobrevivió cinco meses.Según opiniones de la época corroboradas más tarde por quienes fueron protagonistas, los objetivos políticos de quien era jefe de la Armada, almirante Emiliuo Eduardo Massera fueron determinantes - crematísticamente hablando - para contar con medios de prensa que le fueran leales a sus directivas. Timerman padre siempre buscó relacionarse con algunos militares y ya durante la presidencia del teniente General Juan Carlos Onganía intentó una aventura periodística - entre otros negocios - mediante el pedido de financiación de un diario que sería copia del francés Le Monde y orientado a defender a la Iglesia Católica y al Ejército. La oferta no prosperó hasta la llegada al poder del teniente general Alejandro Agustín Lanusse. Los activistas de la izquierda siempre tuvieron representantes con vocación activa por esta clase de vínculos cómo fue el caso de Horacio Verbitsky, lo que habla del vacío moral de algunos y la ingenuidad de otros.Para cualquier analista político o historiador, la lectura de los diarios o "hacer hemeroteca" como aconsejan los profesionales en la materia, arroja informaciones sorprendentes y desnuda pasados que muchos quisieran olvidar pues no pueden explicarlos.Este caso cómo tantos otros, sirve para desnudar perfiles de conducta y dibujar personalidades que no son cambiantes sino hábiles para adecuarse a las circunstancias, pese a que a veces el resentimiento alimenta mentiras posteriores y advierte sobre la falsificación de los comportamientos.
Héctor Timerman se presentó como testigo en una de éstas falsificaciones: el circo armado en torno del juicio al RP Cristian von Wernich. Ese sólo hecho pone en evidencia la falsificación y el resentimiento a los que nos referimos, la mendacidad y la decadente crisis por la que transita la Argentina."
(Extraído de la web de Notiar")
En el diario La Tarde, cuya primera página reproducimos, tuvo frases laudatorias para el proceso militar desplegado dos días antes, cuando la totalidad de los medios periodísticos ya sabían lo que iba a suceder. Además, reconocieron expresamente que el País vivía una guerra que producía víctimas por doquier, que ocurrían asesinatos, robos y asaltos y que las distintas bandas desarrollaban un creciente potencial bélico.
La lectura de estos artículos y comentarios que no son excluyentes, es elocuente y demostrativa de la complacencia de estos periodistas con los acontecimientos que se desataron. La Tarde fue fundada diez días antes del golpe y Jacobo Timerman puso de Director a su hijo - bastante joven en ese entonces - por elementales razones de confianza. Quienes más tarde pasarían a ocupar posiciones de izquierda, en ese entonces aceptaron plegarse mediáticamente al Proceso de Reorganización Nacional y sus objetivos, aunque con mayor prudencia y profesionalismo,
La Opinión tuvo un comportamiento más clásico. La Tarde, por su pésima factura y la excesiva obviedad de su comportamiento, apenas si sobrevivió cinco meses.Según opiniones de la época corroboradas más tarde por quienes fueron protagonistas, los objetivos políticos de quien era jefe de la Armada, almirante Emiliuo Eduardo Massera fueron determinantes - crematísticamente hablando - para contar con medios de prensa que le fueran leales a sus directivas. Timerman padre siempre buscó relacionarse con algunos militares y ya durante la presidencia del teniente General Juan Carlos Onganía intentó una aventura periodística - entre otros negocios - mediante el pedido de financiación de un diario que sería copia del francés Le Monde y orientado a defender a la Iglesia Católica y al Ejército. La oferta no prosperó hasta la llegada al poder del teniente general Alejandro Agustín Lanusse. Los activistas de la izquierda siempre tuvieron representantes con vocación activa por esta clase de vínculos cómo fue el caso de Horacio Verbitsky, lo que habla del vacío moral de algunos y la ingenuidad de otros.Para cualquier analista político o historiador, la lectura de los diarios o "hacer hemeroteca" como aconsejan los profesionales en la materia, arroja informaciones sorprendentes y desnuda pasados que muchos quisieran olvidar pues no pueden explicarlos.Este caso cómo tantos otros, sirve para desnudar perfiles de conducta y dibujar personalidades que no son cambiantes sino hábiles para adecuarse a las circunstancias, pese a que a veces el resentimiento alimenta mentiras posteriores y advierte sobre la falsificación de los comportamientos.
Héctor Timerman se presentó como testigo en una de éstas falsificaciones: el circo armado en torno del juicio al RP Cristian von Wernich. Ese sólo hecho pone en evidencia la falsificación y el resentimiento a los que nos referimos, la mendacidad y la decadente crisis por la que transita la Argentina."
(Extraído de la web de Notiar")
No hay comentarios:
Publicar un comentario