Vistas de página en total

miércoles, 23 de mayo de 2012

YPF nos cambió la vida





El 24 de julio de 1958 el presidente argentino, Arturo Frondizi, anunció que autorizaba firmar contratos de exploración y extracción de petróleo con empresas privadas norteamericanas, y que Yacimientos Petrolíferos Fiscales perdía el monopolio del subsuelo. Quienes militábamos en el ala izquierda de la Unión Cívica Radical Intransigente, o sea el frondizismo, abominamos de nuestro líder y cometimos así el mayor desatino de nuestra trayectoria política. YPF nos cambió la vida.  


Aquel error garrafal nos dejó marcados por muchos años. Algunos tomamos conciencia de habernos equivocado y nos retractamos. Otros no lo hicieron. Éramos jóvenes e idealistas, pero también fuimos soberbios y nuestra soberbia nos convirtió, a algunos, en instrumentos de un Partido Comunista al que en otras circunstancias no habríamos acompañado ni borrachos, y a otros, que aún se jactan de ello, en cómplices de delincuentes terroristas. Eso sí, en aquella época todos acusamos a Frondizi de haber traicionado la herencia histórica y el programa de la Unión Cívica Radical.

Frenesí nacionalista

Los ricos yacimientos petrolíferos de la región patagónica de Comodoro Rivadavia habían sido descubiertos en 1907, y el radicalismo se convirtió, desde que Hipólito Yrigoyen asumió la presidencia del país (1916), en firme defensor de la soberanía de la Nación sobre el subsuelo. En 1930 el general Enrique Mosconi, presidente de YPF, tuvo la audacia de iniciar negociaciones con la empresa soviética Luyamtorg para evitar la intromisión de capitales norteamericanos o británicos. Muchos situaron en esta herejía el origen del golpe militar que derrocó al ya valetudinario Yrigoyen (reelegido tras el interregno de Marcelo T. de Alvear) el 6 de septiembre de 1930.

La Unión Cívica Radical inscribió esta prohibición de enajenar el subsuelo en su Programa de Avellaneda de 1946, y el peronismo, que no podía permitir que otros superaran su frenesí nacionalista, la incluyó, en 1949, en el artículo 40 de la nueva Constitución, expresamente reformada, cómo no, para permitir la reelección del general Juan Domingo Perón. Este había dicho, en 1947:

La política petrolera argentina ha de basarse en los mismos principios en que descansa toda la política económica: conservación absoluta de la soberanía argentina sobre la riqueza de nuestro subsuelo y explotación racional y científica por parte del Estado, advirtiendo que cuando el Estado rescate la dirección inmediata y directa de los bienes que la Nación posee, no debe ya despojarse del privilegio de seguir administrándolos, sin compartir sus funciones con otros intereses que no sean los que correspondan a todos los argentinos.

Simulacro de pacificación

Hugo Gambini señala, en su indispensable Historia del peronismo (2º volumen, Planeta, Buenos Aires, 2001), que en 1953 el versátil Perón había cambiado de opinión y advirtió a sus diputados rebeldes, encabezados por el futuro ideólogo castrista-montonero John William Cooke:

Nosotros no podemos extraer nuestro petróleo porque carecemos del enorme monto de dinero que se precisa para invertirlo en una empresa que se ocupe de sacarlo. El petróleo lo tenemos, es cierto, pero ¿de qué nos sirve que se encuentre a dos, tres o cuatro mil metros de profundidad en la tierra? Para sacarlo necesitamos muchos e inmensos capitales que, desgraciadamente, no disponemos por ahora.

Esos capitales parecieron llover del cielo, o de los denigrados Estados Unidos, a través de la Standard California, con la que el Ministerio de Industria y Comercio firmó un contrato el 25 de abril de 1955. Los diputados radicales denunciaron fogosamente las, a su juicio, cláusulas leoninas del convenio. Adolfo Silenzi de Stagni, profesor de Derecho Agrario y Minero de la Universidad de Buenos Aires, antiguo colaborador de la dictadura militar pro nazi en 1943, y simpatizante confeso él mismo del nazismo, se convirtió, a partir de entonces, en el adalid de todos los movimientos hostiles a los contratos de explotación del petróleo.

El 16 de junio de 1955 fracasó una cruenta tentativa de golpe de estado y el peronismo autorizó por primera vez, en un simulacro de pacificación, que la oposición utilizara la red de radios. El entonces diputado Arturo Frondizi aprovechó la oportunidad para censurar duramente el contrato con la Standard California:

La Unión Cívica Radical exige el rechazo del proyectado convenio con una empresa petrolera foránea, porque ese convenio enajena una llave de nuestra política energética, acepta un régimen de bases estratégicas extranjeras y cruza la parte sur del territorio con una ancha franja colonial, cuya sola presencia, si el convenio se sancionara, sería como la marca física del vasallaje. Sostenemos que Yacimientos Petrolíferos Fiscales está en condiciones de satisfacer las exigencias del consumo, si se le facilitan los equipos que necesita y que el país puede pagar.

El discurso de Frondizi se complementaba con el contenido de su libro Petróleo y política, en el que criticaba sin paliativos el papel de los capitales extranjeros en Argentina.

Un sacrilegio imperdonable

El 16 de septiembre la Revolución Libertadora derrocó a Perón, y el convenio con la Standard California fue anulado. El año siguiente la Unión Cívica Radical se fracturó en la rama Intransigente (UCRI), dirigida por Frondizi y abierta a pactos con el peronismo y la izquierda, y la rama del Pueblo (UCRP), dirigida por Ricardo Balbín y más próxima a los postulados de la Revolución Libertadora. El 23 de febrero de 1958 Frondizi fue elegido presidente con 4.049.230 votos, contra 2.416.408 de Balbín. Hubo 690.000 votos en blanco de peronistas contumaces que no acataron el pacto.

Frondizi, político sagaz, estadista brillante e intelectual riguroso, ya había sellado un acuerdo con su asesor privilegiado, Rogelio Frigerio, para poner en marcha un plan de desarrollo industrial que incluía, entre sus pilares básicos, el autoabastecimiento de petróleo. Y para lograrlo era indispensable el aporte económico y técnico de la iniciativa privada. El paso siguiente consistió en firmar los polémicos contratos con las compañías norteamericanas.

Para nosotros, adoctrinados en la versión izquierdista y antiimperialista del frondizismo que encarnaba el libro Petróleo y política, aquello fue un sacrilegio imperdonable. Frondizi y Frigerio, su monje negro, habían secuestrado a la virginal YPF, y allí estábamos nuestro grupúsculo, los peronistas, los comunistas y los nazis reciclados como Silenzi de Stagni, todos unidos y listos para rescatarla.

Sobre nosotros ejercía una fuerte influencia el matrimonio formado por los diputados José V. Liceaga y María Teresa (Marisa) Muñoz de Liceaga. Nos deslumbraba su conocimiento de todo lo relacionado con la economía nacional e internacional, y nos inspiraba respeto su actitud desprejuiciada hacia el comunismo y la Unión Soviética. Hasta que un día Marisa nos invitó al suntuoso piso familiar y, sin aviso previo, nos presentó a Rogelio Frigerio, que venía a explicarnos los entresijos de la nueva política petrolera. Reaccionamos como si aquello hubiera sido una taimada encerrona y nos fuimos sin escuchar al intruso. Aquel episodio implicó nuestra ruptura con los Liceaga, que no tardarían en convertirse en elocuentes y bien documentados defensores de los contratos petroleros, y fue el detonante de duros enfrentamientos verbales en los que los agravié injusta e imperdonablemente. Repito: YPF nos cambió –me cambió– la vida.

El homenaje de Alfonsín

Hugo Gambini transcribe, en otro libro indispensable, Frondizi. El estadista acorralado (Vergara, 2006), el balance que hizo Frigerio de su política:

Cuando asumimos el gobierno la importación de petróleo era del 25 por ciento de las importaciones totales de Argentina. Una sangría de 300 millones de dólares anuales, que era mucho y que constituía un grave obstáculo para el desarrollo nacional. Nosotros en 30 meses logramos el autoabastecimiento, pasamos de una producción anual de 5,6 millones de metros cúbicos a producir 16 millones anuales. En dos años y medio conseguimos lo que YPF había perseguido vanamente durante 50 años.

Y el 15 de febrero de 1962, cuarenta días antes de que lo derrocara un golpe militar, Frondizi explicó en un discurso por qué no había aplicado el esquema de Petróleo y política:

En el libro sostuve la necesidad de alcanzar el autoabastecimiento de petróleo a través del monopolio estatal. Era una tesis ideal y sincera. Cuando llegué al gobierno me enfrenté a una realidad que no correspondía a esa postura teórica, por dos razones: primera, porque el Estado no tenía los recursos necesarios para explotar por sí solo nuestro petróleo; y, segundo, porque la inmediata y urgente necesidad de sustituir nuestras importaciones de combustible no dejaba margen de tiempo para esperar que el gobierno reuniera los recursos financieros y técnicos que demandaba una explotación masiva que produjera el autoabastecimiento en dos años (...) En una palabra, o se salvaba el prestigio intelectual del autor de Petróleo y política o se salvaba el país. No vacilé en poner al país por encima del amor propio del escritor.

Diego Valenzuela publicó en La Nación de Buenos Aires (21/7/2008) un artículo, titulado "Todos quieren ser Frondizi", en el que reproducía los elogios y homenajes que le habían tributado al expresidente, desde posiciones antagónicas, todos los candidatos que compitieron en la elección del 2007: Cristina y Néstor Kirchner, Mauricio Macri, Elisa Carrió, Roberto Lavagna, Ricardo López Murphy y Eduardo Duhalde. Y subrayaba que Raúl Alfonsín fue uno de los políticos notables que concurrieron a los homenajes por la muerte de Rogelio Frigerio, quien había sido denostado en vida por los correligionarios radicales de Alfonsín. Más aun, este recuperó, durante su presidencia, a muchos de los funcionarios y técnicos que habían colaborado con Frondizi y Frigerio.

El chanchullo cristinista

Uno de los pocos políticos que aborda los problemas argentinos con una lucidez afín a la de Frondizi y Frigerio es Rodolfo Terragno, que fue ministro de Obras y Servicios Públicos (1987-1989) y senador nacional (2001-2007). De filiación radical pero con una mentalidad abierta que no encaja en moldes sectarios, acaba de entrar en colisión con los legisladores de su partido que se asociaron al chanchullo cristinista. En su blog Apuntes Urbanos explica cómo se debería haber captado la inversión privada, evitando los errores que cometieron el presidente Carlos Menem y su aliado Néstor Kirchner:

Conservar a YPF en manos del Estado y convocar a empresas con enorme capacidad de inversión, alta tecnología, exitosa experiencia y espaldas para soportar el riesgo minero. Esas empresas debían haber venido, no como dueñas, sino como contratistas de YPF. Y las condiciones tenían que haber sido muy claras: si sacaban petróleo se quedaban con una pequeña parte; si no sacaban petróleo, se quedaban en cero. ¿No era utópico lograr eso? En absoluto. Eso ya se había hecho dos veces en el país, con un éxito espectacular. Lo hizo Frondizi, que así logró en 1958-1962 un autoabastecimiento que antes de eso parecía imposible. Lo hizo Alfonsín con el Plan Houston y el Petroplán.

Según Terragno, el actual gobierno solucionó los errores de Menem y su aliado Kirchner "de la peor manera posible", porque podría haberlo hecho "sin alarmar a la comunidad internacional, ni afectar la imagen de la Argentina, ni ahuyentar inversores". Y añade que había otra solución:

Iniciar un proceso de desinversión consensuado. Repsol sabía que estaba en la cuerda floja, y el grupo Petersen es un grupo allegado al gobierno que entró a YPF sin poner un solo peso. Era muy fácil negociar con Repsol que redujera 50% de su participación y, por otro lado, desinteresar al grupo Petersen. A Repsol le convenía quedarse con una fuerte presencia en la Argentina (casi el 30% de YPF) mientras desarrollaba sus operaciones en México y Brasil. Y el Estado argentino se quedaba con el 51 %, no entraba en conflicto con ningún país, no provocaba la reacción del mercado internacional y no disuadía a inversores.

Ahora el chanchullo ha quedado a la vista. A Repsol expulsado, Schlumberger puesto. El nuevo presidente de YPF, Miguel Galuccio, experto incubado en Schlumberger, la empresa de servicios de exploración y perforación petrolera más grande del mundo, resucitará la Vaca Muerta para sacarle el jugo a este fabuloso yacimiento de hidrocarburos no convencionales en beneficio de los nuevos favoritos. Y a Repsol, a YPF y a los intereses nacionales, tururú. (Seleccionado de un artículo de Eduardo Goligorsky, web española de Libertad Digital, del 16-05-2012)

lunes, 21 de mayo de 2012

Gas producido en Angola,será exportado para la Argentina.

 

Fuentes habitualmente bien informadas revelaron que es intención de la Argentina comprarle gas a Angola. Exiten tratativas con la firma angoleña Sonangol, según se anunció en Luanda. La negociación del gas líquido es uno de los proyectos que tienen como fin intensificar y diversificar e incrementar las relaciones comerciales entre ambos paises.


viernes, 4 de mayo de 2012

Impiden dar a conocer resultados de análisis del Río Uruguay.

                                                                            Canciller Almagre de la R.O.Uruguay y Timerman, Argentina.

                                                                            
El  gobierno argentino volvió a pegar este jueves un portazo que dejó desconcertados a los delegados uruguayos que negocian por el dragado del canal Martín García. Pese a que el canciller de ese país, Héctor Timerman, anunció en Montevideo la semana pasada que el jueves 3 de mayo se iba a aprobar el pliego para licitar la obra, este jueves los delegados de su gobierno en la Comisión Administradora del Río de la Plata (CARP) pusieron decenas de reparos que trancan nuevamente todos los trámites. En el gobierno uruguayo ayer el tono era de desazón ante una nueva mala noticia.

Tras la reunión que Timerman tuvo en Montevideo con el canciller uruguayo Luis Almagro el jueves 26 de abril, la adminsitración del presidente José Mujica promocionó el acuerdo como el primer gran gesto argentino para mejorar las relaciones entre ambos países. Sin embargo, eso ya se derrumbó a apenas siete días.
El primero en anunciar ayer las malas noticias fue el vicepresidente Danilo Astori. Tras un almuerzo en el que participó, organizado por la Cámara de Comercio Uruguay - Estados Unidos, el jerarca dijo que “las cosas (en el dragado) vienen avanzando muy lentamente”.

“No hay avances que nos permitan asegurar que Uruguay va a llegar en corto término a la meta del dragado que se ha propuesto. Se había anunciado para este viernes (por este jueves) la concreción de factores o características importantes con relación al llamado a licitación para el dragado del canal. Vamos a ver qué grado de concreción tienen esos anuncios”, dijo Astori.

Según informaron a El Observador otras fuentes del gobierno, la situación en la CARP estuvo tensa. Los delegados uruguayos esperaban que, tal como habían anunciado Timerman y el embajador argentino Dante Dovena, los representantes argentinos aprobaran el pliego de la obra.

En ese pliego se trabajó entre julio y diciembre, con el asesoramiento de una consultora. Uruguay ya lo aprobó meses atrás, pero la respuesta de Argentina iba a ser este jueves. Finalmente dijo que no lo aprobaba porque tenía “muchísimas” modificaciones que hacerle porque era mejorable.

Por lo tanto, los delegados de ese país pusieron a consideración una serie que modificaciones que ahora deberán ser analizadas por Uruguay. La cancillería se tomará  al menos 15 días para ver las propuestas de cambio. Hay temor de que entre las iniciativas de cambio haya algún “cangrejo abajo de la piedra”, dijo a El Observador una fuente del Poder Ejecutivo.

 El proceso para el dragado tuvo su primera etapa completa en setiembre de 2011 con la precalificación de las empresas. La segunda etapa será aprobar el pliego de obras y la tercera el proceso ejecutivo.

Astori admitió este jueves que la relación con Argentina es complicada en su globalidad. Dijo que “a  pesar de las frustraciones” se debe mantener la estrategia de regionalismo abierto. Señaló que los problemas no son “solo por lo comercial, sino por los dragados, puertos, energía, gas y energía eléctrica”. Además, el ex ministro de Economía dijo que “el Mercosur pasa por el peor momento de su historia”
                                                                         


Nuevo paso atrás con Argentina, que trancó otra vez el dragado.   El  gobierno argentino volvió a pegar este jueves un portazo que dejó desconcertados a los delegados uruguayos que negocian por el dragado del canal Martín García. Pese a que el canciller de ese país, Héctor Timerman, anunció en Montevideo la semana pasada que el jueves 3 de mayo se iba a aprobar el pliego para licitar la obra, este jueves los delegados de su gobierno en la Comisión Administradora del Río de la Plata (CARP) pusieron decenas de reparos que trancan nuevamente todos los trámites. En el gobierno uruguayo ayer el tono era de desazón ante una nueva mala noticia.

Tras la reunión que Timerman tuvo en Montevideo con el canciller uruguayo Luis Almagro el jueves 26 de abril, la adminsitración del presidente José Mujica promocionó el acuerdo como el primer gran gesto argentino para mejorar las relaciones entre ambos países. Sin embargo, eso ya se derrumbó a apenas siete días.
El primero en anunciar ayer las malas noticias fue el vicepresidente Danilo Astori. Tras un almuerzo en el que participó, organizado por la Cámara de Comercio Uruguay - Estados Unidos, el jerarca dijo que “las cosas (en el dragado) vienen avanzando muy lentamente”.

“No hay avances que nos permitan asegurar que Uruguay va a llegar en corto término a la meta del dragado que se ha propuesto. Se había anunciado para este viernes (por este jueves) la concreción de factores o características importantes con relación al llamado a licitación para el dragado del canal. Vamos a ver qué grado de concreción tienen esos anuncios”, dijo Astori.

Según informaron a El Observador otras fuentes del gobierno, la situación en la CARP estuvo tensa. Los delegados uruguayos esperaban que, tal como habían anunciado Timerman y el embajador argentino Dante Dovena, los representantes argentinos aprobaran el pliego de la obra.

En ese pliego se trabajó entre julio y diciembre, con el asesoramiento de una consultora. Uruguay ya lo aprobó meses atrás, pero la respuesta de Argentina iba a ser este jueves. Finalmente dijo que no lo aprobaba porque tenía “muchísimas” modificaciones que hacerle porque era mejorable.

Por lo tanto, los delegados de ese país pusieron a consideración una serie que modificaciones que ahora deberán ser analizadas por Uruguay. La cancillería se tomará  al menos 15 días para ver las propuestas de cambio. Hay temor de que entre las iniciativas de cambio haya algún “cangrejo abajo de la piedra”, dijo a El Observador una fuente del Poder Ejecutivo.

 El proceso para el dragado tuvo su primera etapa completa en setiembre de 2011 con la precalificación de las empresas. La segunda etapa será aprobar el pliego de obras y la tercera el proceso ejecutivo.

Astori admitió este jueves que la relación con Argentina es complicada en su globalidad. Dijo que “a  pesar de las frustraciones” se debe mantener la estrategia de regionalismo abierto. Señaló que los problemas no son “solo por lo comercial, sino por los dragados, puertos, energía, gas y energía eléctrica”. Además, el ex ministro de Economía dijo que “el Mercosur pasa por el peor momento de su historia”
. (Seleccionado de la web uruguaya de El Observador del 04-05-2012)

miércoles, 2 de mayo de 2012

Habría una solución en el entuerto entre Repsol-YPF y el gobierno nacional.




"El presidente de Bolivia, Evo Morales, aprovechó ayer, Primero de Mayo, la frialdad, la incomodidad, cuando no el rechazo abierto de los países latinoamericanos a la declaración de guerra contra Argentina por parte del Gobierno de España para nacionalizar la parte de la red de alta tensión detentada por otra empresa española, Red Eléctrica. Comenté en un artículo anterior algo elemental en las relaciones de las grandes empresas con los estados en el siglo XXI: estos asuntos, la nacionalización de todo o parte de sus activos en un país, son cuestiones exclusivamente de empresa, y es la empresa y solo la empresa, con el apoyo discreto del Gobierno si fuera necesario (que, como demostró Botín en Venezuela, tampoco suele serlo), quien tiene que resolver el problema, en vez de ponerse a insultar como un niño y a pedir ayuda al mundo. 

Sin embargo, en este caso la nacionalización ha venido acompañada de una burla a España, o si prefieren, al Gobierno, sin duda gratuita e innecesaria. El presidente Morales anunció la nacionalización justo en el momento en que se inauguraba la ampliación de extracción de gas en el campo Margarita, el mayor del país, realizada por Repsol y otras dos empresas, con la presencia de Antonio Brufau y cuyo destino exclusivo es el suministro de gas a Argentina. Morales podía haberlo hecho hace una semana o la que viene, pero lo hizo ayer. ¿Tal vez porque era Primero de Mayo, momento en el cual este marxista populista acostumbra a realizar este tipo de tropelías, o porque estaba el Brufau? Obviamente  lo ignoro, pero quien no debía haberlo ignorado era Brufau. Como mínimo, debía haberlo sospechado. Alguien podrá decir que no podía evitar estar en el acto, y tal vez sea así, pero la pregunta es, ¿estaba también el presidente de British Gaz o el de Pan American, los otros dos socios? Brufau no debería haber estado en ese acto, y menos salir en la prensa saludando efusivamente a Evo Morales, no en este preciso momento. (...) 

Pero queda lo gordo, YPF. Y aquí hay un rayo de esperanza. Sé de primera mano que en Argentina está ganando adeptos la vía de una solución negociada, entre los dos gobiernos, y hay algunos segundos espadas de primera división que pueden hacerlo en ambos lados: la propia empresa y PEMEX. Solo hay una condición sine qua non: Brufau debe salir de Repsol, los agravios reales o supuestos, las descalificaciones y los insultos de grueso calibre, al parecer grabados de conversaciones imprudentes, hacen imposible una solución con él.

No creo que Fainé tenga problema alguno en buscar una solución profesional, y personal, perfectamente aceptable y justa, y máxime si Brufau facilita, en un último servicio a Repsol (lo que le honraría) la solución. La pelota está ahora en manos del Gobierno y por supuesto de Fainé y Brufau. Y el tema no es baladí, esto no es una red de alta tensión, es un auténtico tesoro. Exxon, CNOOC, Petrochina y muchos más están interesadísimos –“como cuervos acechando”, me dice un amigo argentino-.  ¿Cómo no iban a estarlo con más de 200.000 millones de dólares en juego? La solución pasaría por un esquema tipo Brasil, que es lo que debía haberse hecho hace meses a iniciativa de Repsol: el Gobierno argentino se queda con el 30% gratis et amore y la inversión (enorme) la realiza Repsol, que además buscaría para ello nuevos socios con el placet del Gobierno argentino, como ocurre en cualquier otro país con grandes recursos petroleros. El control político sería del Ejecutivo argentino, el operativo de Repsol, todos ganarían. Sería triste que esto no saliera porque una parte creciente e influyente de Argentina estaría por la labor. La gente de De Guindos tiene mucho que decir, quiero decir hacer, y hacerlo sin que se entere nadie hasta que todo este pactado y bien pactado. Aquí la discreción es esencial.

Salir de Argentina no es una opción ni aunque pagasen los 8.000 millones pedidos que no los iban a pagar -¿qué es esa cifra comparada con el valor de las reservas?- Ya se han cometido demasiados disparates por uno y otro lado, hora es de sosegarse, de dejar a un lado amenazas e insultos y de negociar en interés de las partes y sin luz ni taquígrafos".  (Seleccionado de la web española de Cotizalia, del 02-05-2012).

Expropian a petrolera anglo-argentina sus acciones en campo de gas.









En el día de hoy, la Cámara de Diputados debe estar tratando la llamada expropiación en perjuicio de Repsol-YPF, eufemismo que se utiliza a fin de intentar ocultar de lo que se trata:  una confiscación, prohibida por nuestra Constitución Nacional. Las actividades de la empresa afectada no se desarrollaban sólo en la Argentina, sino en diversos países latinoamericanos. Desde Bolivia, nos llega esta noticia, advirtiéndose que la firma aludida, en la emergencia opera en sociedad con British Gas (BG) y con Pan American Energy (PAE), esta última destinataria de la medida citada, en el bloque Caipipendi (sur). 

"El Gobierno de Evo Morales decidió ayer expropiar las acciones de la petrolera anglo-argentina Pan American Energy (PAE), socia de la española Repsol, en el bloque Caipipendi (sur), que permitirá al Estado participar en la extracción de gas. La recuperación de acciones se debe a que la petrolera PAE -en el proyecto de gas Caipipendi, vital para el bombeo del combustible al mercado argentino-, incumplió compromiso de inversión. 

En su primera reunión, el nuevo gabinete del Presidente Evo Morales aprobó un Decreto Supremo que detalla que la recuperación de acciones se debe a que la petrolera PAE -en el proyecto de gas Caipipendi, vital para el bombeo del combustible al mercado argentino- incumplió con su compromiso de inversión."Lo que sucedió es que el porcentaje comprometido de inversión que tenía que aportar PAE en el bloque Caipipendi no lo ha cumplido. "Por eso se está haciendo una cesión obligatoria de acciones; se las está transfiriendo a YPFB Chaco, subsidiaria de YPFB (Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos, empresa estatal)", explicó el Ministro de Hidrocarburos, Juan José Sosa, en conferencia de prensa en Palacio Quemado, sede del Gobierno.

De acuerdo con la explicación del nuevo Ministro de Hidrocarburos, la expropiación es legal y justificada, pues la empresa anglo-argentina no invirtió para el desarrollo del bloque, lo que planteó para incrementar la producción de gas, que debe permitir aumentar los volúmenes de gas de exportación a Argentina. Informes oficiales del Ministerio de Hidrocarburos señalan que el bloque Caipipendi está a cargo de la petrolera española Repsol y su socia British Gas (BG), cada compañía con el 37,5 por ciento de participación, y PAE tenía hasta ayer el restante 25 por ciento que pasa a la estatal boliviana YPFB. 

En 2010, esas empresas comprometieron una inversión de unos 1.600 millones de dólares. "Lo que ha ido pasando es que la participación del porcentaje que tenía que aportar PAE no estaba cumpliendo con la inversión, por eso resolvimos por la expropiación", aseveró el Ministro Sosa. El Ministro de Hidrocarburos y Energía aclaró que YPFB- Chaco realizará la valoración de las inversiones que ejecutó PAE hasta la fecha, para llegar a una conciliación final. La denominada nacionalización de acciones de PAE permitirá al Estado boliviano participación directa en una inversión de más de 1.500 millones de dólares para ampliar el bombeo de gas a Argentina, que es el segundo mercado del gas boliviano después de Brasil. 

PAE debía aportar el 25 por ciento de esa inversión ya en curso y liderada por Repsol YPF, que apunta a subir gradualmente hasta el año 2015 a 15 millones de metros cúbicos diarios (mmcd) el bombeo de gas desde Caipipendi a Argentina desde los actuales 3,9 mmcd que aporta ese yacimiento. El bombeo de gas de Bolivia a Argentina, incluidos otros proveedores, llegó en el 2011 a máximos de 11 mmcd, un tercio del máximo que el país altiplánico exporta a Brasil. Caipipendi es un bloque de gas ubicado en la región suroriental del país con una reserva probada actual de casi 4 billones de pies cúbicos (TCF), que según fuentes oficiales y privadas podría subir hasta 12 TCF cuando terminen las perforaciones de explotación en actual desarrollo". 

Ahora bien, si la firma expropiada por el Estado Argentina, es socia de otras dos empresas y las acciones de una de ellas, fueron "expropiadas" valga el eufemismo, como resultado la empresa expropiante o sea Yacimientos Petrolíferos Bolivianos (YPFB)  -Chaco, de hecho se convierte en socia de la Argentina. Apostamos que los legisladores argentinos, ya sean senadores o diputados, no tienen la menor idea de lo sucedido ni que se ha encaramado un nuevo y desconocido socio. Tal afirmación es racional, por cuanto no hemos visto reflejado en los medios de la Argentina, la extrañeza que debe causar que un emprendimiento de millones de dólares, de éso se trata la confiscación, sea tratada por el Parlamento Argentino,  en poquísimos días. La misma velocidad, inaudita para los tiempos que corren, al menos para nuestro Congreso, nos permiten augurar que los resultados no serán halagüeños. Es fácticamente imposible en este lapso, efectuar un sesudo estudio con el objeto de evitar eventuales perjuicios para la Nación. Creemos que sólo un descerebrado o un ignorante puede opinar lo contrario. Salvo que la ideología sea el motivo etiológico que impulsa tales bríos. Estos desusados bríos que, realmente, nos causan alarma. Surgen algunos interrogantes: ¿Que motivó que se hayan utilizado los DNU para reformar la Carta Orgánica del B.C.R.A. puenteando al Congreso de la Nación? ¿Que motivó que en innumerables casos, reforma de Días Feriados, Subsidios etc etc no se haya convocado a estos legisladores, tan  "ligeros" para trabajar, reemplazándolos por sendos DNU, como si no existieran? Finalmente: ¿Que motiva que no oímos un solo reclamo de los "afectados"? Seguiremos buscando en otros lugares donde se desempeña Repsol-YPF para poder ilustrar a la ciudadanía, a fin de que lo tenga en cuenta,  al votar el año que viene.  (Seleccionado de la web boliviana de JornadaNet.com del 25-01-2012)