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viernes, 20 de diciembre de 2013

Alguien se valió de la habitual actitud generosa del astro Leo Messi







 
 
 
 
La Fundación Messi cumplió con sus compromisos adquiridos con Unicef por la disputa de dichos partidos. Según se puede ver en los siguientes documentos, el jugador pagó un total de 300.000 dólares correspondientes a la disputa de los partidos amistosos en Latinoamérica. Es la aportación que hace el jugador que no tenía compromiso con ninguna otra ONG.
En los últimos días se está diciendo que la Fundación Messi no pagó el dinero convenido a ninguna de ellas, pero según afirma Guillermo Marín, el futbolista argentino no se comprometió a hacerlo. El compromiso se limitaba a Unicef y si hubo acuerdo con alguna otra ONG, fue porque los promotores locales llegaron al mismo pero de manera unilateral, utilizando el nombre del jugador, pero sin que éste o su Fundación supieran nada de ello.
Alguna de estas ONG está denunciado en los medios de comunicación que no recibieron el dinero que se les había prometido con fines benéficos y que pregonaba la organización de los partidos de la gira Amigos de Messi contra Resto del Mundo. (Seleccionado de MARCA, España del 20-l1-2013)

jueves, 17 de octubre de 2013

Los infames y advenedizos "celebran " hoy el Día de la Lealtad


 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Durante una década, ni se mencionó al general Juan Domingo Perón. Alguien intentó que se erigiera una estatua en su honor, pasado el tiempo se olvidaron del proyecto. Incluso se  "olvidó" su autor, todo un peronista distinguido. Las actuales autoridades incluso calificaron soezmente al líder de los Trabajadores. Algo huele a podrido en Dinamarca, puesto que ahora  "resucitan" la memoria del general, a quien las mas altas autoridades del país,  critican tanto como lo detestan por vestir, con honor, el uniforme del glorioso Ejército de nuestra Patria. Se  expresan así los que carecen de Dios y de Patria. Aprovechados parásitos de la liturgia peronista, creen que el pueblo será engañado con el "acto espontáneo" del Día de la Lealtad, conmemorado por los desleales advenedizos. Les recordamos a estos zurditos, lo que decía el general Perón, y verán que el origen de su pretendida  "muerte política" obedece  al odio que le profesan los "entristas" del peronismo y la actitud de los ingenuos de siempre, quienes reaccionan cuando nada se puede hacer.
Señalaba el Conductor:  “En la Argentina, como en casi todas las partes, los comunistas revolucionarios, que formaron en el elenco de la actual dictadura militar, se interesaron especialmente por las universidades y los sindicatos obreros, entidades que coparon mediante las colaterales comunistas organizadas tanto en las Universidades (Federación Universitaria de Buenos Aires, F.U.B.A.), como en las organizaciones gremiales de los trabajadores (Organización Mundial de Trabajadores de Praga, Confederación Latinoamericana de Trabajadores de Lombardo Toledano y Sindicatos Libres dominados por el partido Comunista). Está de más decir que, en esta acción los comunistas…”
“Cuando nosotros creamos la doctrina justicialista y pusimos en ejecución sus postulados desde el Gobierno Constitucional, capitalizando al Pueblo y asegurando a sus hombres el acceso a la propiedad privada, en poco tiempo casi terminamos con los comunistas. Cuando mediante el plan de viviendas, cada trabajador pudo comprar su casa. Cuando mediante la jubilación universal cada ciudadano aseguró su porvenir contra el infortunio. Cuando los obreros mediante el pago de salarios justos y humanos y el control de los precios ajustados a lo real, pudieron hacer economías y llegaron a poseer ahorros. El comunismo no tenía razón de ser y la gente del Pueblo llegó a reírse, como nos reíamos nosotros, de su prédica. Uno de los terribles errores del comunismo es precisamente la supresión de la propiedad, que ha surgido allí como una consecuencia reaccionaria contra la desposesión del pueblo ruso en sus antiguas organizaciones un tanto medievales. Pero hoy ya se habla allí de la necesidad de reimplantar la propiedad privada, como consecuencia de la experiencia recogida en casi cuarenta años de colectivización. El derecho de posesión es consubstancial con el hombre, desde que el cavernario ocupó la primera cueva que lo fijó a la tierra, destruyendo su nomadismo inquietante y difícil.”

“Nosotros, con el Justicialismo ofrecimos una experiencia y la realidad fue mucho más allá de cuanto nosotros mismos habíamos imaginado. Por eso nuestro predicamento popular ha sido tan grande, no sólo en nuestro país, sino en el mundo entero. Es que los pueblos anhelan obtener justicia sin que el comunismo los invada, pero el egoísmo hace imposible tan justa demanda y prefiere arrastrado y barrido por las hordas rojas, antes de claudicar de lo que considera su injusto predominio. En las horas actuales lo conservador es evolucionar, porque el que se aferra a conservarlo todo, se expone a perderlo todo, incluso las orejas”

“Nosotros, los argentinos mismos, que hemos trabajado incesantemente durante estos diez últimos años, para desterrar el marxismo de las masas, mediante el único expediente racional de oponerle la prédica y la realidad de una doctrina mejor, no estamos seguros aún de que hayamos obteniendo un éxito definitivo. Tal es la fuerza de la prédica anterior, intensificada por la acción negativa del capitalismo imperialista de explotación”

“…  El mundo está hoy sembrado de organizaciones políticas, económicas, sociales, publicitarias, científicas y culturales que no son más que colaterales disimuladas del Partido Comunista Internacional. ... en muchos casos, hombres que han jugado su destino contra el comunismo, se ven atacados por los que simulan ser anticomunistas, cuando en realidad sólo sirven, consciente o inconscientemente, a los intereses de esta ideología, hasta llegar a pensar si será necesario hacerse comunista para poder vivir tranquilamente en nuestro propio continente.”.- (El Comunismo en la Argentina, según el general Juan Domingo Perón). (Seleccionado de la Web: http://www.libreopinion.com/members/justicialismo/discursos/peron/2_8_73.htm)

Cazas F-16 de la Aviación Militar Bolivariana derribaron dos aviones que violaron espacio aéreo venezolano


 
 
 
 
 
 
 
 
                                                                                                 Restos de los dos aviones derribados por los F-16 venezolanos
 
 
 
Cuando alguien, con dos dedos de frente, osa sugerir que se sancione una ley que autorice en ciertas circunstancias, a derribar  a quien viole el espacio aéreo de la Argentina, las voces de quienes apuestan a demostrar quien es mas  "progre" se alzan, sin ton ni son, calificando a los autores de este proyecto como violadores de los derechos humanos. En la hermana República Bolivariana de Venezuela, no son tontos. Ingresaron ilegalmente dos aviones al espacio aéreo venezolano, sin autorización alguna. Tal como lo hacen cotidianamente, cientos de veces, en el espacio aéreo argentino. Pero ellos, no se detuvieron a pedir a un juez que los "autorice" a cumplir con su deber. Sencillamente, dando cumplimiento a los protocolos del caso,  los derribaron y a otra cosa. Sugiero que las entidades argentinas,  sedicentes defensoras de los derechos humanos, alcen su voz criticando el accionar antidemocrático de las autoridades venezolanas, al no respetar los derechos humanos de quienes iban a bordo de los aviones derribados.

"14/10/13.- El mayor general Vladimir Padrino López, jefe del Comando Estratégico Operacional de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (Ceofanb), informó – a través de su cuenta en la red social Twitter- sobre la inmovilización de dos aviones que ingresaron al espacio aéreo venezolano sin autorización.

“Uno de los 2 aviones incursores inmovilizados por formación de combate F-16 anoche sur de Apure. La lucha es frontal!”, escribió el alto oficial en su cuenta en @Vladimir padrino. En el mismo mensaje el mayor general adjunto una fotografía de una aeronave destruida.

El pasado 2 de octubre el presidente de la República, Nicolás Maduro, anunció la aplicación de una ley para la intercepción de aeronaves destinadas al narcotráfico que sobrevuelen el espacio aéreo venezolano."

martes, 17 de septiembre de 2013

Destruyendo la historia oficial (IV)












Prueba de la estatura de estadista del general Perón son sus propias palabras que recogemos por ser de actualidad, suena profético lo que afirmaba en esa época: “Mientras el capitalismo insista en sus abusivos sistemas de explotación humana y la explotación del hombre por el hombre sea su norma, el comunismo irá adelante con su ritmo tan rápido, como intenso sea el egoísmo capitalista en su ritmo de explotación humana."

"En último análisis el conflicto se plantea, por ejemplo, sobre la propiedad. En el sistema capitalista el pueblo no tiene acceso a la propiedad y su capitalización es algo poco menos que inalcanzable en las condiciones actuales de la organización capitalista del trabajo. ¿Qué le importa a un trabajador el derecho romano y la propiedad, si él sabe que son cosas que le están prácticamente vedadas? Cuando el comunismo le dice que la propiedad es un prejuicio burgués y que el Estado debe ser el único propietario en beneficio de la comunidad, es lógico que el obrero acepte esto como natural, desde que él considera una injusticia, como en realidad lo es, su miseria en medio de la abundancia."


"Cuando nosotros creamos la doctrina justicialista y pusimos en ejecución sus postulados desde el Gobierno Constitucional, capitalizando al Pueblo y asegurando a sus hombres el acceso a la propiedad privada, en poco tiempo casi terminamos con los comunistas. Cuando mediante el plan de viviendas, cada trabajador pudo comprar su casa. Cuando mediante la jubilación universal cada ciudadano aseguró su porvenir contra el infortunio. Cuando los obreros mediante el pago de salarios justos y humanos y el control de los precios ajustados a lo real, pudieron hacer economías y llegaron a poseer ahorros. El comunismo no tenía razón de ser y la gente del Pueblo llegó a reírse, como nos reíamos nosotros, de su prédica."

"Uno de los terribles errores del comunismo es precisamente la supresión de la propiedad, que ha surgido allí como una consecuencia reaccionaria contra la desposesión del pueblo ruso en sus antiguas organizaciones un tanto medievales. Pero hoy ya se habla allí de la necesidad de reimplantar la propiedad privada, como consecuencia de la experiencia recogida en casi cuarenta años de colectivización. El derecho de posesión es consubstancial con el hombre, desde que el cavernario ocupó la primera cueva que lo fijó a la tierra, destruyendo su nomadismo inquietante y difícil.
Nosotros, con el Justicialismo ofrecimos una experiencia y la realidad fue mucho más allá de cuanto nosotros mismos habíamos imaginado. Por eso nuestro predicamento popular ha sido tan grande, no sólo en nuestro país, sino en el mundo entero. Es que los pueblos anhelan obtener justicia sin que el comunismo los invada, pero el egoísmo hace imposible tan justa demanda y prefiere arrastrado y barrido por las hordas rojas, antes de claudicar de lo que considera su injusto predominio. En las horas actuales lo conservador es evolucionar, porque el que se aferra a conservarlo todo, se expone a perderlo todo, incluso las orejas. Lo que ha pasado en la República Argentina no hace sino confirmar lo anterior. Allí la oligarquía ayudada por el capitalismo y la metrópoli inglesa, han obrado con una miopía inaudita, dando lugar a que el comunismo se multiplique aceleradamente, porque el desesperado "se aferra aún a un clavo ardiendo". Sin embargo, no creo que allí el comunismo haga camino porque el Pueblo, que ha probado el Justicialismo, ha de luchar por reimplantarlo, cueste lo que cueste y caiga quien caiga." Frase profética, si las hay, puesto que se observa en la actualidad que gran parte de la población comienza a desconfiar de quienes ostentan su calidad de "peronistas", vistiendo la camiseta peronista, pero no conocen absolutamente nada del justicialismo y de su historia ya que su ideología no se ajusta a los postulados de ella, ya que son criptomarxistas, son "entristas". Pero, como decía el viejo general: para ver cuando alguien es rengo, no hay nada mejor que dejarlo caminar solo. 

Añadía el general Perón "Nosotros, los argentinos mismos, que hemos trabajado incesantemente durante estos diez últimos años, para desterrar el marxismo de las masas, mediante el único expediente racional de oponerle la prédica y la realidad de una doctrina mejor, no estamos seguros aún de que hayamos obteniendo un éxito definitivo. Tal es la fuerza de la prédica anterior, intensificada por la acción negativa del capitalismo imperialista de explotación. Por eso el hombre ha sido insectificado por los sistemas, capitalista o comunista, que en el orden del humanismo práctico, como extremos, se tocan. El comunismo, en nombre de la comunidad y la socialización integral, mantiene la propiedad estatal. El hombre trabaja para el Estado, el que le entrega el diez por ciento de su producción, para su subsistencia en retribución. El capitalismo individualista, en nombre de la libre empresa y la democracia, respeta la propiedad, cada uno trabaja lo suyo pero, a fin de año, el Estado, en nombre de superiores intereses de "supervivencia democrática" le quita el noventa por ciento de lo producido, para ser empleado en la defensa de la comunidad democrática. Para el hombre del pueblo que trabaja, encuadrado en la celda de su humano papel, en una insectificación similar resultante del Taylorismo o del Stajanovismo, ¿qué diferencia puede existir entre uno y otro sistema?".
                                                                                                                                     Sigue 

lunes, 16 de septiembre de 2013

Destruyendo la historia oficial (III)


 
 
 
 
 
Continuamos transcribiendo las proféticas palabras del Líder, destinadas al pueblo argentino todo, tanto para los peronistas, como para quienes visten la camiseta de  "peronistas" sin serlo, como quienes no son peronistas. Reseñaba el general Juán Domingo Perón:  “ … Frente a un mundo absolutamente dividido en dos fracciones diametralmente opuestas de individualismo y colectivismo, nosotros realizamos en nuestro país, y proponemos a la humanidad, la doctrina del equilibrio y la armonía del individuo y la colectividad por la justicia social que dignifica al trabajo, que humaniza el capital, que eleva la cultura social, que suprime la explotación del hombre por el hombre, que produce la realidad positiva de los derechos del trabajador, del anciano, del niño y de la familia, de tal manera que el ¨ nosotros ¨ de la sociedad se realiza y perfecciona por el yo individual, dignificado como persona humana. …”. (Discurso del general Juan D. Perón el 1º de mayo de 1950 ante la Asamblea Legislativa Nacional).

“ … No admitimos la guerrilla, porque yo conozco perfectamente el origen de esa guerrilla. Los partidos comunistas que en otros países han visto que dentro de la ley iban a su destrucción, han querido salirse de la ley para defenderse mejor. Eso no es posible. No es posible dentro de un país donde la ley ha de imponerse.” Señaló el general Perón que, durante las revueltas ocurridas en Francia en 1968, se colocó en el frontispicio de la Sorbona, un cartel que rezaba: "Ustedes son las guerrillas que han de liberarnos de lo que nos quieren vender: la muerte climatizada con el nombre de porvenir. El orden industrial debe desaparecer. El mercado de consumo debe morir de muerte violenta. Buscamos un gobierno que sea capaz de poner la imaginación de por medio". Así rezaba el letrero. Pero la finalidad era formar las guerrillas. Guerrillas que después hemos visto funcionar en todas partes.”
 
“ … No admitimos la guerrilla, porque yo conozco perfectamente el origen de esa guerrilla. Los partidos comunistas que en otros países han visto que dentro de la ley iban a su destrucción, han querido salirse de la ley para defenderse mejor. Eso no es posible. No es posible dentro de un país donde la ley ha de imponerse.” Señaló el general Perón que, durante las revueltas ocurridas en Francia en 1968, se colocó en el frontispicio de la Sorbona, un cartel que rezaba: "Ustedes son las guerrillas que han de liberarnos de lo que nos quieren vender: la muerte climatizada con el nombre de porvenir. El orden industrial debe desaparecer. El mercado de consumo debe morir de muerte violenta. Buscamos un gobierno que sea capaz de poner la imaginación de por medio". Así rezaba el letrero. Pero la finalidad era formar las guerrillas. Guerrillas que después hemos visto funcionar en todas partes.”

Bien: eso es un asunto que la ley no tolera, y que en consecuencia nosotros no podemos tolerar. Nosotros no le ponemos ningún inconveniente, si ese partido político -se llame Comunista, se llame E.R.P. o se llame Mongo Aurelio, cualquiera sea el nombre que tenga- quiere funcionar dentro de la ley, como estamos nosotros. Tampoco le temeríamos fuera de la ley, pero no es lo correcto para un gobierno; ya eso se ha visto funcionar en otras partes, y no es lo correcto. En lo que sea fuera de la ley, es la Justicia y la Policía las que deben entender.” (Síntesis del mensaje del Presidente Perón, a los gobernadores de las provincias, pronunciado en la Residencia Presidencial de Olivos, el 2 de agosto de 1973)
El actual gobierno oculta, olvida, trata de minimizar, el accionar de la guerrilla subversiva en la Argentina. Con relación al ataque que sufrió nuestro país, por parte de esas organizaciones, ocasión en que se ensañaron especialmente con las unidades militares, atacadas a sangre y fuego por elementos terroristas, recordemos que no se trató de un ataque efectuado a tontas y a locas, sino se trató de un plan perfectamente organizado, para cumplirse en toda Latinoamérica. Siendo presidente el general Juan Domingo Perón, ante el asalto armado perpetrado contra una guarnición militar sita en Azul, Pcia. de Buenos Aires, reaccionó manifestando: “Tolerar por más tiempo hechos como el producido en Azul donde se ataca a una institución nacional, con los más aleves procedimientos, está demostrando que estamos en presencia de verdaderos enemigos de la Patria, organizados para luchar en fuerza contra el Estado" (…)
 
"Ya no se trata de grupos de delincuentes, sino de una organización que actuando con objetivos y dirección foránea ataca al Estado y a sus instituciones, como medio de quebrantar la unidad del pueblo. El aniquilar cuanto antes este terrorismo criminal, es una tarea que compete a todos los que anhelamos una Patria justa, libre y soberana (…)”.
Aunque ya lo hemos tratado en el curso del presente en el curso del presente ensayo, creemos que no podemos menos que recordar nuevamente, que eventos como el aludido precedente no constituyen hechos aislados sino que forman parte de un plan subversivo continental. El punto de partida de tales actividades subversivas e insurreccionales,  lo podemos situar en la década del 60. En efecto, entre el 31 de julio y el 10 de agosto de 1967 en La Habana, Cuba, con la ‘presidencia honorariade Ernesto Che Guevara se realizó la primera conferencia de la Organización Latinoamericana de Solidaridad (OLAS). La ‘cumbre’, cuyas deliberaciones se realizaron en el Teatro Chaplin, produjo varios documentos y en su Declaración General dijo: “El primer objetivo de la revolución popular en el continente, es la toma del poder mediante la destrucción del aparato burocrático-militar del Estado y su reemplazo por el pueblo armado para cambiar el régimen social y económico existente. Dicho objetivo sólo es alcanzable a través de la lucha armada. La guerra de guerrillas, como genuina expresión de la lucha armada popular, es el método más eficaz y la forma más adecuada para librar y desarrollar la guerra revolucionaria en la mayoría de nuestros países y, consiguientemente, en escala continental".(Extraído de http://www.cronicayanalisis.com.ar/exclusivo1.asp, art. de Juan Bautista Yofre).

jueves, 12 de septiembre de 2013

Salvador Allende dejó la nación destruída





Continuamos la publicación de la excelente nota, relacionada con el derrocamiento del presidente Salvador Allende, publicada el día de ayer. Adviértase que la situación en la hermana República de Chile, para esa época, era sino similar, muy parecida a la que vivimos en estos momentos en la Argentina. Por cierto que salvando las distancias.Pero lo que podemos señalar, es que su enfrentamiento con las autoridades del Poder Judicial, la demagogia que impregnaba sus actos y el reconocimiento, anterior, coetáneo y posterior que detrás de cada accionar de Allende estaba el Partido comunista, nos ilustra sobre la actitud de Cuba, acompañando las revoluciones armadas en países latinoamericanos, con dinero y con armas, destinadas a derrocar gobiernos democráticos. Nos es imposible poder comprender como las autoridades de posteriores gobiernos democráticos, no hesitan en rendir homenaje, cual Héroe de la Patria, a quien conspiraron para derribar a gobiernos constitucionales  En el caso de Allende, subió bajo las normas de la democracia y una vez en el poder, se dedicó a destruir a la institución que había posibilitado tal accionar. Una locura. 


"La respuesta del Presidente Allende a la Cámara no fue la única en la que demostró su confusión acerca del Estado de Derecho. Durante 1973 la Corte Suprema le había reprochado la vulneración de las atribuciones propias de ese cuerpo, lo que derivó en una violenta disputa epistolar entre ellos. Así, el 26 de mayo de 1973, en protesta por una negativa del gobierno a cumplir con una decisión judicial, la Corte Suprema resolvió por unanimidad dirigirse así al Presidente de la República: "Esta Corte Suprema se ve obligada a representar a Su Excelencia por enésima vez la actitud ilícita de la autoridad administrativa en su interferencia ilegal en asuntos judiciales, así como de poner obstáculos a la policía uniformada en la ejecución de órdenes de los tribunales del crimen; órdenes que, bajo las leyes vigentes, deben ser llevadas a cabo por dicha fuerza policial sin obstáculos de ninguna índole; todo lo cual implica un desprecio abierto y voluntario de los fallos judiciales, con completa ignorancia de las alteraciones que tales actitudes u omisiones producen en el orden legal; como se representó a Su Excelencia en un despacho anterior, actitudes que implican además no sólo una crisis en el estado de derecho, sino también el quiebre perentorio o inminente de la legalidad de la Nación". 


Allende, en un discurso público a los pocos días, respondió con una afirmación que en cualquier país de larga tradición democrática le habría costado la inmediata destitución de su cargo:"En un período de revolución, el poder político tiene derecho a decidir en el último recurso si las decisiones judiciales se corresponden o no con las altas metas y necesidades históricas de transformación de la sociedad, las que deben tomar absoluta precedencia sobre cualquier otra consideración; en consecuencia, el Ejecutivo tiene el derecho a decidir si lleva a cabo o no los fallos de la Justicia". 
Nos recuerda la actitud del Poder Ejecutivo, en el caso Clarín, y sus manifiestos deseos de actuar conforme le sea beneficioso políticamente. 

"Cabe destacar que, al día siguiente del Acuerdo de la Cámara, el 23 de agosto, la Corte Suprema adoptó otra resolución denunciando nuevamente los intentos del gobierno de quebrar la independencia del Poder Judicial. A mediados de 1973, el ejercicio antidemocrático del poder por parte del Presidente Allende y sus ministros había conducido, entonces, no sólo a un abierto conflicto constitucional entre el Presidente de la República y el Poder Legislativo, sino también a un gravísimo choque entre este Presidente y el Poder Judicial. 

A estas alturas, es conveniente precisar que, aunque la creciente crisis económica –inflación anualizada sobre 300%, racionamientos, crisis de balanza de pagos, desempleo en aumento, desconfianza—producía miseria y angustias generalizadas y creaba una caja de resonancia a estos conflictos institucionales, ese no era el argumento válido para remover al gobierno. 

Como el país había llegado a ser "un campo armado", lo cual preocupaba sobremanera a las Fuerzas Armadas, había que ser ciego para desconocer que, durante el invierno de 1973, Chile había caído en un estado de guerra civil (James Whelan, Desde las Cenizas). 
Oscar Waiss, quien fue director del diario oficial del gobierno e íntimo amigo de Allende, al plantear algunos escenarios posibles refleja el grado de extremismo que primaba en algunos dirigentes de la Unidad Popular: "Había llegado el momento de echar el fetichismo legalista por la borda; el momento de llamar a retiro a los militares conspiradores; de destituir al Contralor General de la República; de intervenir la Corte Suprema de Justicia y el Poder Judicial; de incautarse de El Mercurio y toda la jauría periodística contrarrevolucionaria. Resultaba mejor dar el primer golpe, pues el que pega primero pega dos veces" (Revista "Política Internacional" Nº 600, Belgrado, abril de 1975). 
 
Salvador Allende llegó a la presidencia tras el fracaso de los gobiernos de Jorge Alessandri (1958-1964) y de Eduardo Frei Montalva (1964-1970). Ambos gobiernos fueron incapaces de cambiar la fallida estrategia de desarrollo, la cual generaba un crecimiento económico tan mediocre que hacía imposible derrotar la miseria y crear un horizonte de prosperidad para todos los chilenos, y ambos abrieron el camino para la violación del derecho de propiedad, fundamento esencial de una sociedad libre. 
El debilitamiento del derecho de propiedad en Chile comenzó, en efecto, con la reforma constitucional propiciada por el gobierno del Presidente Alessandri con el fin de iniciar la Reforma Agraria. Fueron proféticas, aunque desestimadas, las advertencias del ex presidente de la Sociedad Nacional de Agricultura, Recaredo Ossa: "La ruptura de estas garantías constitucionales respecto de la agricultura es sólo el comienzo de la quiebra de nuestro sistema democrático. Lo que hoy se hace contra esta rama de la producción no tiene por qué no hacerse mañana contra la propiedad urbana, la minería grande, mediana o pequeña, el comercio y todos los bienes particulares. Decimos más: la Reforma Constitucional es la experiencia piloto en materia de abolición del derecho de propiedad. Introducida esta cuña, que algunos miran tan desaprensivamente, el hueco se convertirá en inmensa grieta por donde desaparecerá la propiedad entera" (Esta intervención radial fue reproducida por El Mercurio el 6 de enero de 1962). 

El gobierno Frei profundizó este camino, incurriendo además en dos otros graves errores de políticas públicas. Primero, fue débil ante el surgimiento de la violencia política, y fue especialmente grave que no reaccionara con vigor en defensa de la democracia y el estado de derecho cuando el Partido Socialista se declaró partidario de la vía armada en su Congreso de Chillán en 1967. Segundo, la Reforma Agraria del gobierno Frei multiplicó varias veces la violación del derecho de propiedad al expropiarse miles de propiedades agrícolas sin una justa compensación. Además, su gobierno permitió la proliferación de las "tomas" de propiedades ajenas por grupos de agitadores. Al gobierno de Frei le "tomaron" todo: universidades, municipalidades, centenares de predios agrícolas, sitios eriazos, carreteras, industrias, un cuartel militar, y hasta la Catedral de Santiago. En ese ambiente no fue de extrañar que los partidos de izquierda sintieran factible "tomarse" el poder total. 

Fracasados los gobiernos de "derecha" y "centro" de Alessandri y Frei, y no existiendo, como hemos visto, una "izquierda" democrática, la conclusión era predecible. En agosto de 1965, el mismo Frei había dicho "Si mi gobierno falla, tendremos un gobierno de la extrema izquierda" (Leonard Gross, The Last, Best Hope, 1967). 
Lo que resultó tan impredecible como extraordinario, fue que una figura política tan temerosa de aparecer como "anticomunista", como Eduardo Frei Montalva, decidiera ante la encrucijada en que lo colocó la Historia, jugarse entero para salvar a Chile de caer en una dictadura marxista. Frei vivía bajo el peso de la durísima acusación que se le hizo a fines de los sesenta de que, si le entregaba el gobierno a Allende, pasaría a la Historia como el "Kerensky chileno". Sin embargo, decide permanecer en Chile durante este período, en circunstancias de que su ex ministro del Interior y heredero político, Edmundo Pérez Zujovic, es asesinado en 1971 por terroristas de izquierda, lo que hacía evidente que también su propia vida corría alto peligro. 

Frei retornó a la arena política contingente presentándose en las elecciones parlamentarias de marzo de 1973 como candidato a senador por Santiago, y una vez elegido aceptó la presidencia del Senado, transformándose, por lo tanto, en el adversario principal de Allende.  Su muy cercano colaborador, el senador DC Patricio Aylwin, había presentado, el 12 de mayo de 1973, una moción en la Asamblea General de la DC, la cual fue aprobada, en la que se acusaba al gobierno de Allende de buscar establecer en Chile una "tiranía comunista". Posteriormente, Aylwin revisa el proyecto de Acuerdo, redacta sus conclusiones, y, sin duda tras obtener el asentimiento de Frei (presidente del senado y líder indiscutido de la DC), le transmite a Orrego la aprobación final. Más aún, es Aylwin quien le replica públicamente a Allende tras la respuesta de éste al Acuerdo. 

Por cierto, los dirigentes del Partido Nacional, encabezados por Sergio Onofre Jarpa, habían denunciado desde muy temprano el creciente alejamiento de la legalidad del gobierno de la Unidad Popular. Sin embargo, es lógico afirmar que lo que inclinó la balanza, tanto en la ciudadanía como en los mandos militares, fue la postura que Eduardo Frei asumió, con inusitada fuerza, en esos meses cruciales de 1973. Como Presidente del Senado, era el líder con mayor poder de convocatoria de la oposición y era también el dirigente chileno que, de lejos, tenía el mayor prestigio internacional. Desde ya, el Times de Londres lo había calificado como "la personalidad política más importante de América Latina". 

Existen testimonios de que en algún momento, Frei llegó al convencimiento de que sólo las Fuerzas Armadas podían impedir que Chile se transformara en una segunda Cuba. En la significativa "Acta Rivera", se describe una reunión el 6 de julio de 1973 entre Frei y la directiva de la Sociedad de Fomento Fabril, la máxima entidad gremial que agrupaba a los industriales chilenos. En ella estos dirigentes le plantean que "el país estaba desintegrándose y que si no se adoptaban urgentes medidas rectificatorias fatalmente se caería en una cruenta dictadura marxista, a la cubana".(...) 
El testimonio más extenso de Frei en esta materia es su carta del 8 de noviembre de 1973 al Presidente de la Democracia Cristiana Internacional, el político italiano Mariano Rumor. Allí Frei reitera las acusaciones que antes había hecho el Acuerdo de la Cámara: "Trataron de manera implacable de imponer un modelo de sociedad inspirado claramente en el Marxismo Leninismo. Para lograrlo aplicaron torcidamente las leyes o las atropellaron abiertamente, desconociendo a los Tribunales de Justicia... En esta tentativa de dominación llegaron a plantear la sustitución del Congreso por una Asamblea Popular y la creación de Tribunales Populares, algunos de los cuales llegaron a funcionar, como fue denunciado públicamente. Pretendieron asimismo transformar todo el sistema educacional, basado en un proceso de concientización marxista. Estas tentativas fueron vigorosamente rechazadas no sólo por los partidos políticos democráticos, sino por sindicatos y organizaciones de base de toda índole, y en cuanto a la educación ella significó la protesta de la Iglesia Católica y de todas las confesiones protestantes que hicieron públicamente su oposición. Frente a estos hechos naturalmente la Democracia Cristiana no podía permanecer en silencio. Era su deber –y lo cumplió-- denunciar esta tentativa totalitaria que se presentó siempre con una máscara democrática para ganar tiempo y encubrir sus verdaderos objetivos". 

En una conversación con un periodista del diario español ABC, publicada el 10 de octubre de 1973, Frei ya había hecho juicios durísimos contra la Unidad Popular y justificado plenamente la intervención militar: "El país no tiene más salida salvadora que el gobierno de los militares"; "El mundo no sabe que el marxismo chileno disponía de un armamento superior en número y calidad al del Ejército"; "Los militares fueron llamados, y cumplieron una obligación legal, porque el poder ejecutivo y el judicial, el Congreso y la Corte Suprema habían denunciado públicamente que la presidencia y su régimen quebrantaban la Constitución"; "La guerra civil estaba preparada por los marxistas"; "Es alarmante que en Europa no se enteren de la realidad: Allende dejó la nación destruida". 

miércoles, 11 de septiembre de 2013

Como Salvador Allende destruyó la democracia en Chile






                                                                                    Dr.Salvador Allende Gossens
"El miércoles 22 de agosto de 1973 el pleno de la Cámara de Diputados fue citado a las 12 horas para "analizar la situación política y legal que afecta al país". Al iniciarse la sesión, los Comités de Diputados del Partido Demócrata Cristiano (PDC) y del Partido Nacional (PN) presentaron un proyecto de Acuerdo que cambiaría el curso de la historia de Chile.
El primer orador fue el diputado del PDC Claudio Orrego, quien, en su discurso de presentación del proyecto de Acuerdo, afirmó que "el país está sufriendo actualmente una crisis que no tiene parangón en nuestra historia patria, a lo largo de ciento sesenta y tantos años de vida independiente... Hasta este momento la crisis no se resuelve; al contrario, se agudiza día a día. Por eso, nosotros, hoy día, en esta Corporación y ante la faz de Chile, queremos decir que ha llegado la hora, que ha llegado el momento de que digamos una vez más nuestra verdad responsablemente ante el país y ante la historia, porque el Congreso no puede seguir silenciando la grave situación porque atraviesa Chile y tiene que hacer un enjuiciamiento global de ella, porque la situación de ilegalidad pasa por atropellos reiterados a las resoluciones del Congreso Nacional, por atropellos reiterados a las atribuciones del Poder Judicial, por atropellos reiterados a las facultades de la Contraloría General de la República, por atropellos reiterados a los derechos de los ciudadanos, a los medios de comunicación de los chilenos y hasta, en algunos casos, a la libertad de las personas... En ese cuadro, señor Presidente, no caben soluciones de parche. Dentro de este cuadro, cuando un país se desmorona, no caben pequeñas maniobras de política superestructural. Aquí hay que resolver los problemas de fondo" (Claudio Orrego V., Para una paz estable entre los chilenos, edición privada del autor, 1974).
El diputado Orrego afirmó también que el Presidente Salvador Allende no estaba respetando el Estatuto de Garantías Democráticas que había hecho posible su elección. Este listado de derechos individuales había sido incorporado a la Constitución en 1970 como condición para que la Democracia Cristiana lo eligiera con sus votos como presidente, pues el candidato socialista sólo había obtenido el 36.2% del voto popular y, por lo tanto, el Congreso podía elegir a la primera magistratura a cualesquiera de las dos primeras mayorías relativas. Más tarde, Allende reconocería que él firmó este Estatuto sólo como una maniobra "táctica" (Regis Debray, The Chilean Revolution: Conversations with Allende, 1971). (...)

La sesión de la mañana finalizó con un fogoso discurso del diputado Juan Luis Ossa, presidente de la juventud del PN. En los alrededores del edificio del Congreso habían ocurrido el día anterior graves incidentes. El diputado Ossa, atacado por grupos armados, se había visto obligado a hacer uso de un arma de fuego, afirmando a la prensa que se le disparaba incluso con armas automáticas. La policía no había actuado en defensa de los jóvenes de su partido. Exasperado por este incidente, increpó a los diputados comunistas: "Por eso ustedes, bandas de traidores, bandas de cobardes, bandas de vendidos, bandas de mentirosos hipócritas, están descalificados para hablar de la guerra civil". Ese era el clima que se vivía en Chile ese día de agosto.
A las 14 horas y 13 minutos se interrumpió el debate. En el mundo hispano, ni siquiera asuntos tan graves ameritan desconocer la hora del almuerzo.
La sesión de la tarde, convocada para votar el proyecto de Acuerdo, comenzó a las 20 horas. Pero hubo una sorpresa. Tras un breve debate, la Cámara se constituyó en sesión secreta a instancias de Jorge Insunza y el público en las tribunas tuvo que abandonar el recinto. En ella, el diputado comunista pronunció un discurso amenazante sosteniendo que, si se aprobaba el proyecto de Acuerdo, fuerzas extranjeras invadirían de inmediato el país.
Reanudada la sesión pública, se procedió de inmediato a votar. Una vez hecho el recuento, el Presidente de la Cámara de Diputados levantó la voz y declaró aprobado por 81 votos contra 47 el Acuerdo sometido a votación. A las 21 horas 49 minutos se levantó la sesión.
Al día siguiente, 23 de agosto, El Mercurio tituló así a todo lo ancho de la página: "Declaró Acuerdo de la Cámara de Diputados: EL GOBIERNO HA QUEBRANTADO GRAVEMENTE LA CONSTITUCIÓN".
El texto del Acuerdo fue publicado íntegramente ese día por El Mercurio. El Acta oficial de la sesión, que fue presidida por el diputado del PDC Luis Pareto y el del PN Gustavo Lorca, presidente y vicepresidente de la Cámara respectivamente, fue publicada el 25 de agosto en el diario gubernamental La Nación.
El Acuerdo, aprobado por casi dos tercios de los diputados (63.3%), acusaba al gobierno del Presidente Allende de veinte violaciones concretas a la Constitución y las leyes, entre las cuales destacaban amparar grupos armados, torturar, detener personas ilegalmente, amordazar la prensa, manipular la educación, limitar la posibilidad de salir del país, confiscar la propiedad privada, formar organismos sediciosos, violar las atribuciones del Poder judicial, el Congreso y la Contraloría, y todo ello de manera sistemática y con el fin de instaurar en Chile "un sistema totalitario", es decir, una dictadura comunista.
Fue un hecho extraordinario que el Acuerdo de la Cámara haya sido aprobado por todos los diputados del PDC, el partido mayoritario cuyo líder indiscutido era el Presidente del Senado y ex Presidente de la República Eduardo Frei Montalva, pues sólo tres años antes, el 24 de octubre de 1970, ese mismo partido había contribuido con todos sus votos a elegir Presidente a Salvador Allende en el Congreso Pleno.
Para John Locke, el gran pensador político inglés, la tiranía es "el ejercicio del poder más allá de la ley". Cuando surge ese tirano, es él quien ha colocado al país en estado de guerra al traspasar los límites de su poder, es decir, se ha "rebelado" ("re-bellare", proviene del latín "bellum" que significa guerra).
La esencia del Acuerdo de la Cámara de Diputados entonces es la acusación que se le hace al Presidente Allende de que, pese a que fue elegido democráticamente, se había rebelado contra la Constitución y, por lo tanto, convertido en un "tirano".
El Acuerdo de la Cámara de Diputados constituye un verdadero "Acuerdo contra la Tiranía". Tiene 15 artículos y se puede descomponer conceptualmente de la siguiente manera:
a) Un preámbulo contenido en los artículos 1 a 4, que enuncia las conocidas condiciones esenciales que deben darse para que exista un Estado de Derecho. Contiene una advertencia cargada de significado ("un gobierno que se arrogue derechos que el pueblo no le ha otorgado incurre en sedición"), y recuerda que el Presidente Allende no fue elegido por una mayoría del voto popular sino por el Congreso Pleno, "previo acuerdo en torno a un estatuto de garantías democráticas incorporado a la Constitución Política".
b) Veinte acusaciones de violaciones a la Constitución y las leyes: una acusación genérica contenida en los artículos 5 y 6, diez sobre violaciones concretas a determinados derechos humanos que están enumeradas dentro del artículo 10, siete sobre violaciones a la separación de poderes en los artículos 7, 8 y 9, y finalmente dos sobre acciones de carácter sedicioso en los artículos 11 y 12. Este listado tiene una estructura similar a la cadena de acusaciones contra el rey Jorge III que hace la Declaración de Independencia de Estados Unidos para justificar ante el mundo esa ruptura.
c) Una precisión sobre el rol de los ministros militares que el Presidente Allende había incluido en carteras claves de su gabinete (Art. 13 y 14). Hay que aclarar que el mismo Presidente Allende había abierto las puertas de la política a los militares al designar, un año antes, a varios generales y almirantes en ministerios claves. Durante algunos meses incluso designó en el cargo político de mayor gravitación y controversia, el Ministerio del Interior, al Comandante en Jefe del Ejército, general Carlos Prats. En agosto de 1973, un almirante era Ministro de Hacienda, el cargo clave en la conducción económica del país.
d) Un llamado al Presidente de la República y a los ministros miembros de las Fuerzas Armadas (Art.15) a poner "inmediato término" a estas graves violaciones a la Constitución.
El 23 de agosto un mensajero de la Cámara entregó en el palacio presidencial de La Moneda un sobre dirigido al Primer Mandatario con el texto del Acuerdo aprobado la noche anterior.
El jueves 24, el Presidente Allende daba a conocer una carta pública dirigida al país. En ella sostenía: "En el día de anteayer, los diputados de oposición han exhortado formalmente a las Fuerzas Armadas y Carabineros a que adopten una posición deliberante frente al Ejecutivo... Pedir a las Fuerzas Armadas y Carabineros que lleven a cabo funciones de gobierno al margen de la autoridad y dirección política del Presidente de la República es promover el golpe de Estado".
Allende acusó a la mayoría de los diputados de querer removerlo del cargo sin una acusación constitucional formal, en lo cual tenía razón. Por eso la Cámara realiza un "llamado" a la intervención de los ministros militares, y obviamente a través de ellos a las Fuerzas Armadas, pues el camino estrictamente jurídico para remover al Presidente era imposible.
En efecto, la remoción del Presidente, conforme al artículo 42 de la Constitución promulgada en 1925, exigía para ello dos tercios de los senadores en ejercicio. Como el Senado se renovaba parcialmente, era virtualmente imposible que un Presidente, por impopular que fuera, perdiera de tal manera las elecciones parlamentarias durante su período como para quedar sin el apoyo de al menos un tercio de los senadores. De hecho, la oposición al Presidente Allende ganó por mayoría absoluta las elecciones parlamentarias de marzo de 1973, logrando casi dos tercios de la Cámara de Diputados, pero no igual mayoría en el Senado. En síntesis, la Constitución de 1925 permitía que un gobierno la violara, incluso "sistemáticamente" como sostuvieron una amplia mayoría de los diputados, mientras ese gobierno mantuviera a su lado a un tercio de los senadores.
Es reveladora la confusión sobre lo que significa el Estado de Derecho que trasunta la respuesta de Allende, ya que declara que insistirá en su camino ilegal pues "tras la expresión 'Estado de Derecho' se esconde una situación que presupone una injusticia económica y social entre chilenos que nuestro pueblo ha rechazado. Pretenden ignorar que el Estado de Derecho sólo se realiza plenamente en la medida que se superen las desigualdades de una sociedad capitalista".
Esta declaración es consistente con aquella que había hecho su Ministro de Justicia el 1 de julio de 1972: "La revolución se mantendrá dentro del derecho mientras el derecho no pretenda frenar la revolución".
El origen del texto del Acuerdo ha sido explicado por Claudio Orrego, de esta manera: "El Presidente de la Democracia Cristiana, senador Patricio Aylwin, me encomendó la tarea de preparar el proyecto de acuerdo. Me solicitó que hablara con el senador Juan Hamilton... quien me informó que los parlamentarios del Partido Nacional tenían un borrador de declaración que podía ahorrarnos mucho trabajo. Tomé contacto, entonces, con el senador Sergio Diez y con el diputado Mario Arnello, quienes me facilitaron una copia de su trabajo. Después de analizar dicho documento, me pareció que contenía mucho material y que estaba muy bien hecho... Una vez terminado el trabajo –del cual guardo el original— transmití al senador Aylwin éste para que lo aprobara la Directiva del PDC. Este procedió a redactar nuevamente las conclusiones, en la forma en que fueron definitivamente aprobadas por la Cámara. El mismo día 22 de agosto, en la mañana, revisamos el texto definitivo con Patricio Aylwin y me dirigí al Congreso a presentarlo... Esa es la relación verdadera del Acuerdo de la Cámara de Diputados. La historia juzgará de su importancia y su oportunidad" (Carta a La Segunda, 26 de marzo de 1980).
Según Hermógenes Pérez de Arce, el primer borrador del Acuerdo lo redactó el jurista Enrique Ortúzar y lo revisó el senador del PN Francisco Bulnes, y que él mismo participó en una reunión para este efecto. Ello es coherente con la versión de Orrego, quien señala que la redacción final del texto se basó en un "muy bien hecho" trabajo que le entregaron parlamentarios del PN. Todo indica entonces que se trata del mismo texto, el cual fue siendo enriquecido por distintas personas del PN y el PDC en la búsqueda de una redacción que satisficiera a todos y así asegurara la votación unánime de los diputados de ambos partidos.
¿Cómo se explica que un Presidente que llegó al poder a través de una elección democrática ejercite después su poder en contra de la misma Constitución y las mismas leyes que le permitieron alcanzar el más alto cargo político de la República? ¿Por qué un gobierno elegido democráticamente consideró necesario incurrir en veinte violaciones de la Constitución?
La respuesta está en que una revolución comunista-socialista, que busca establecer lo que su misma doctrina ha denominado "la dictadura del proletariado", por definición no se puede hacer dentro de la Constitución y de la ley de una república democrática.
Una cosa es para un dirigente marxista transformarse en presidente democrático de un país obteniendo el 36,2% de la votación, contando con la aceptación de un Congreso cuando a éste le corresponde la elección final, y otra muy distinta es adquirir la suma del poder necesaria para abolir la democracia y establecer un sistema totalitario. Para ello se requería una mayoría abrumadora como para realizar las modificaciones respectivas de la Carta Fundamental. Ello no ha ocurrido en la historia de la humanidad, pues todos esos regímenes han alcanzado el poder total a través de la violencia.
Es un error atribuir la ruptura chilena a una tendencia más impaciente que otras al interior de uno de los partidos de izquierda marxista, o a una reunión sediciosa de diputados con marineros en un barco de la Armada, o incluso a un discurso delirante en un estadio llamando a la "insurrección de las masas". Estos hechos, que sí ocurrieron, pueden ser detonantes, pero la causa profunda fue una ideología y una praxis, tan sistemática como implacable, que concebía a la violencia como "la partera de la historia".
Son claves para comprender el origen de la ruptura democrática los dos acuerdos oficiales del Partido Socialista de Chile adoptados, por unanimidad, en sus Congresos anuales de 1965 y 1967.
Ya en su Congreso de Linares (julio, 1965), el Partido Socialista de Chile, que se definía como marxista-leninista, había sostenido lo siguiente: "Nuestra estrategia descarta de hecho la vía electoral como método para alcanzar nuestro objetivo de toma del poder... El partido tiene un objetivo: para alcanzarlo deberá usar los métodos y los medios que la lucha revolucionaria haga necesarios".
Pero fue en su Congreso de Chillán cuando la postura sediciosa alcanzó su máxima expresión. Este tuvo lugar entre el 24 y el 26 de noviembre de 1967 y asistieron 115 delegados, y hubo además "delegados fraternales" de los gobiernos comunistas de la URSS, Alemania Oriental, Rumania y Yugoslavia, del partido Baath socialista de Siria y del partido socialista de Uruguay.
La resolución adoptada afirmaba que "la violencia revolucionaria es inevitable y legítima... Constituye la única vía que conduce a la toma del poder político y económico, y su ulterior defensa y fortalecimiento. Sólo destruyendo el aparato democrático-militar del Estado burgués puede consolidarse la revolución socialista... Las formas pacíficas o legales de lucha no conducen por sí mismas al poder. El Partido Socialista las considera como instrumentos limitados de acción incorporados al proceso político que nos lleva a la lucha armada. La política del frente de trabajadores se prolonga y se encuentra contenida en la política de la Organización Latinoamericana de Solidaridad (OLAS), la que refleja la nueva dimensión continental y armada que ha adquirido el proceso revolucionario latinoamericano" (Julio César Jobet, La Historia del Partido Socialista de Chile, 1997).
El ideólogo del Partido Socialista, y futuro Ministro de Relaciones Exteriores del Presidente Allende, Clodomiro Almeyda, especuló sobre la forma en que terminaría este proceso: "La forma fundamental que en un país como Chile pueda asumir la fase superior de la lucha política, cuando el proceso vigente llegue a colocar a la orden del día el problema del poder, es impredecible en términos absolutos. Yo me inclino a creer que es más probable que tome la forma de una guerra civil revolucionaria, a la manera española, con intervención extranjera, pero de curso más rápido y agudo" (Revista Punto Final, 22 de noviembre de 1967).
Cabe destacar que el Partido Socialista era el segundo de mayor tamaño del país, que sería el principal partido en la coalición, la Unidad Popular, que gobernó Chile entre 1970 y 1973, y que Salvador Allende era su más destacado militante. Su partido aliado, el Partido Comunista de Chile, era el mayor y mejor organizado de todos los Partidos Comunistas de América Latina, y el tercero en tamaño, después de aquellos de Francia e Italia, de todo el mundo occidental.
Por cierto, todo esto ocurría en el contexto de la Guerra Fría, en la cual el gobierno de la Unidad Popular se había aliado con la Unión Soviética en contra de Estados Unidos y la Europa democrática.
Posiblemente sin haber leído jamás a George Orwell, Allende llamó a la superpotencia comunista el "hermano mayor" de Chile, en un discurso en el propio Kremlin el 7 de diciembre de 1972, en el cual agregó, tras reunirse con los máximos jerarcas soviéticos Leonid Brezhnev, Alexei Kosygin y Nikolai Podgorny, que había alcanzado una "completa identidad de puntos de vista" con los dirigentes comunistas.
Esta adhesión a los regímenes comunistas venía de mucho antes. Desde ya, en el homenaje que se le hizo a Stalin en Santiago una semana después de su muerte en marzo de 1953, uno de los oradores principales fue el socialista Salvador Allende.
Es ilustrativo recordar también el increíble homenaje a Stalin del importante dirigente comunista chileno Volodia Teitelboim: "Hoy ya duerme su gloria eterna en la cámara ardiente de la Sala de las Columnas de Moscú el camarada José Stalin. Hace apenas un día y algunas horas que murió el amado conductor de los trabajadores del mundo, el más grande, profundo y noble amigo de la humanidad... Ha muerto el padre y el jefe de toda la humanidad progresista. Ha muerto, como Mayakovsky decía de Lenin, el más humano de todos los hombres... Dio abundancia y existencia dichosa a su pueblo… Bajo la bandera de luto, pero siempre desplegada de Stalin, los pueblos marchan por el camino más corto hacia la segura victoria, hacia el mundo de la felicidad humana" (El Siglo, marzo de 1953).
En la década del 60, Allende aceptó servir como presidente de la Organización Latinoamericana de Solidaridad (OLAS), un organismo castrista para exportar la revolución comunista al continente, la que había afirmado públicamente que "la revolución armada es la única solución para los males sociales y económicos de Latinoamérica".
Claudio Véliz, historiador y amigo personal de Allende, sostiene que los viajes de Allende a Cuba tuvieron "una incidencia fundamental en el proyecto que pretendía aplicar en Chile. Tras ver Cuba, Allende pensó que podía acortar el camino. Pero la verdad es que se apartó de la tradición chilena... No cabe ninguna duda que el gobierno de la Unidad Popular fue un desastre que nos llevó a la guerra civil" (El Mercurio, 28 de noviembre, 1999).
Allende, siendo presidente del Senado, expresó en varias ocasiones su apoyo al Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), grupo que inició la violencia guerrillera en Chile. Por cierto, la violencia había sido idealizada por los líderes de izquierda de Chile y el continente por un largo tiempo.
En último término, los dirigentes marxistas chilenos no supieron resistir el embrujo de la Revolución comunista cubana. El tirano del Caribe, Fidel Castro, se transformó en el modelo y fueron intoxicados, como si fueran adolescentes, por la retórica y la acción revolucionaria del Che Guevara, quien llamaba a crear "múltiples Vietnam" en América Latina.
Una distinción fundamental que no se hizo fue aquella entre el noble objetivo de querer cambiar el mundo para mejor y buscar hacerlo utilizando la violencia. En nuestro país había al comenzar la década del 70 demasiada pobreza, subdesarrollo, monopolios e injusticias de distinta naturaleza, como para que muchas personas idealistas, especialmente jóvenes, no se declararan en estado de rebeldía y buscaran, aunque con más pasión que rigor, un camino para crear un mundo mejor. Basta leer el "Balance Patriótico" de Vicente Huidobro, publicado en 1925, para comprobar que no mucho había cambiado en cincuenta años.
Lo que es aberrante es que tantos dirigentes comunistas y socialistas chilenos, de quienes era esperable un mínimo de madurez y responsabilidad política, impulsaran, inicialmente con su retórica incendiaria, y más tarde con sus actos de gobierno, a decenas de miles de jóvenes al abismo —y a las consecuencias-- de la violencia política.

En este contexto, es estremecedora la honesta confesión de un ex guerrillero argentino: "Hoy puedo afirmar que por suerte no obtuvimos la victoria, porque de haber sido así, teniendo en cuenta nuestra formación y el grado de dependencia con Cuba, hubiéramos ahogado el continente en una barbarie generalizada. Una de nuestras consignas era hacer de la cordillera de Los Andes la Sierra Maestra de América Latina, donde, primero hubiéramos fusilado a los militares, después a los opositores, y luego a los compañeros que se opusieran a nuestro autoritarismo" (Jorge Masetti, El Furor y el Delirio, 1999). (Seleccionado de http://www.elcato.org/como-allende-destruyo-la-democracia-en-chile- por José Piñera)