Las comisiones sobre los traspasos son un filón sobre el que se han lanzado los radicales. En 2006, el recién ascendido Godoy Cruz de Mendoza (a 1.000 kilómetros al oeste de Buenos Aires) vio cómo sus propios barras bravas obligaban a suspender varios partidos de casa. La directiva se había negado a pagar 40.000 pesos mensuales a los violentos, más los traslados a los estadios visitantes con sus correspondientes dietas... y un porcentaje sobre los traspasos. El Godoy Cruz ya no está en Primera.
Pero hay otros muchos casos en los que los ultras puede que hayan tenido éxito. Patrick Bubsy, intermediario del traspaso de Maxi Rodríguez al Espanyol en 2005, ha denunciado ante los tribunales argentinos que no cobró su comisión y que ésta había sido desviada hacia los ultras del River Plate. La oposición a José María Aguilar, actual presidente del equipo porteño, ha denunciado que cada vez que se produce un traspaso millonario se producen violentos choques entre los radicales por el reparto de las comisiones. En concreto apunta a la venta por 6,3 millones de euros al Lazio en julio de 2007 del portero Juan Pablo Carrizo, y a la venta de los derechos del delantero Gonzalo Higuaín a un grupo de inversionistas que luego lo traspasó al Real Madrid.
La tesis es compartida por Ezequiel Fernández Moores, periodista deportivo que asegura que en muchos casos los barras bravas son "asalariados" de los clubes y se llevan su pellizco de los traspasos. (Extraído del diario digital El País, Madrid, España del 7 de marzo de 2008)
Pero hay otros muchos casos en los que los ultras puede que hayan tenido éxito. Patrick Bubsy, intermediario del traspaso de Maxi Rodríguez al Espanyol en 2005, ha denunciado ante los tribunales argentinos que no cobró su comisión y que ésta había sido desviada hacia los ultras del River Plate. La oposición a José María Aguilar, actual presidente del equipo porteño, ha denunciado que cada vez que se produce un traspaso millonario se producen violentos choques entre los radicales por el reparto de las comisiones. En concreto apunta a la venta por 6,3 millones de euros al Lazio en julio de 2007 del portero Juan Pablo Carrizo, y a la venta de los derechos del delantero Gonzalo Higuaín a un grupo de inversionistas que luego lo traspasó al Real Madrid.
La tesis es compartida por Ezequiel Fernández Moores, periodista deportivo que asegura que en muchos casos los barras bravas son "asalariados" de los clubes y se llevan su pellizco de los traspasos. (Extraído del diario digital El País, Madrid, España del 7 de marzo de 2008)
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