"La Argentina ha entrado en un período de paralización económica que empieza a preocupar a las autoridades nacionales y extranjeras. Los problemas en la población debido a las políticas que sigue el gobierno en materia económica, comienzan a notarse cada vez más y los reclamos contra el modelo económico van en aumento.
Desde el año 2003 hasta principios de este año, la Argentina era un país que estaba en constante crecimiento con un PBI que aumentaba un ritmo de 8 por ciento anual. Ahora este desarrollo se ha detenido en forma alarmante, y las consecuencias de esta desaceleración han hecho que la gente empiece a percibir una etapa de crisis, que se agrava muchas veces por la inoperancia y la ceguera gubernamental.
El gobierno en vez de tratar los problemas más cotidianos, se ha sumergido en peleas y confrontaciones que le hicieron desviar del camino de la recuperación financiera y se enfrascara en cuestiones domésticas sin ver el grave riesgo que se corría. Los principales analistas de la realidad nacional, le vinieron advirtiendo a las autoridades nacionales que la Argentina estaba entrando en una pendiente negativa debido a un sinnúmero de causas, entre ellas el aumento de la inflación, la falta de inversión, la crisis energética, la inestabilidad jurídica, el aumento en el gasto público y la caída en el consumo, pero se hizo oídos sordos a todas estas advertencias.
El tipo de cambio alto sirvió para salir de la crisis del 2001 y levantar a la Argentina, pero ahora ese tipo de cambio se ha quedado corto debido al alza de la inflación que ha tenido nuestro país en los últimos tiempos, que hicieron que esas ventajas quedaran en el pasado, dando paso a nuevos problemas de gran envergadura.
El gobierno en su conjunto, encabezados por el Secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, se haya empeñado en negar la inflación, y el manejo de los números del Indec que se realiza desde el Ejecutivo, despierta la crítica de los ciudadanos, y el desconcierto y la preocupación por parte de los principales centros económicos mundiales. De acuerdo con la medición oficial, el mes pasado la inflación fue del 0,4%, con lo que en los primeros siete meses de 2008 registra un alza del 5%. La cifra del gobierno está muy lejana de lo que piensan la mayoría de los expertos, para los que el índice de precios al consumidor supera ya el 25% interanual.
El aumento de la inflación trae aparejado que el país vuelva a sufrir un aumento en sus marcadores de pobreza, marginación, desigualdad, desocupación e indigencia, que parece recordar a las peores épocas del fin del gobierno de la Alianza. Para tratar de revertir esta situación, el gobierno lanzó una recompra de los bonos de la deuda pública que vencen entre el 2008 y 2009, en el marco de lo que denominó una "estrategia financiera integral". En estos primeros cuatro días de lanzamiento de la medida, se está teniendo un cierto éxito que ha ayudado a detener la venta de activos de nuestro país. Sin embargo, numerosos expertos advierten de que esta oleada de compras se mantiene por las fuertes compras de la 'banca oficial' argentina, ya que los inversores privados estarían deshaciendo posiciones ante las advertencias llegadas desde el parqué neoyorquino.
En el exterior las predicciones son por demás pesimistas, ya que aseguran que el país no podrá hacer frente a los 12.000 millones de dólares de vencimiento de deuda que tiene la Argentina para el 2009, lo que coloca al país al riesgo de un nuevo “default”. En el día de ayer, la agencia de riesgo Moody´s redujo la perspectiva de la deuda argentina de "positiva a estable", por considerar que aumentó "la incertidumbre política y la debilidad de su capacidad de repago de sus obligaciones". Este tipo de acciones, despiertan gran desconfianza en el mundo económico, que ven a la Argentina como un país poco serio, en el cual invertir es serio peligro.
Los principales agentes financieros del mercado internacional, le están pidiendo a la Argentina que plantee soluciones claras, comenzando por la inflación, el reemplazo de ciertos miembros del gabinete o de funcionarios administrativos clave y los aranceles. Por ahora, la administración kirchnerista no planea más cambios en el gabinete nacional y a pesar de las críticas iniciales, se ha decidido en las últimas semanas a seguir muchas de las recetas que le fueron planteadas en un primer momento por el Fondo Monetario internacional (FMI), como son bajar el dólar, enfriar la economía y subir las tasas de interés, para intentar de esa manera darle un mayor incentivo a la economía nacional.
En el extranjero, se habla de que la Argentina está virtualmente sin ministro de Economía, ya que ni siquiera conocen su voz, porque nunca lo han escuchado dar explicaciones sobre algunas de las medidas que se han llevado adelante, y advierten que se evidencia un total desamparo de la economía nacional, que queda al arbitrio del matrimonio presidencial, y que el ministro sólo estaría para poner la firma en las decisiones que efectúan desde la Casa Rosada.
Hasta el momento, el gobierno no ha realizado medidas de fondo que tiendan a una solución definitiva del problema, sino que sólo ha efectuado operaciones de maquillaje, que sirven para paliar un tema en un momento determinado, pero que no vale para acabar con los problemas reales que viven los habitantes de la República Argentina.
Si el gobierno nacional insiste en mantener este tipo de política económica, se estrellará contra un muro. Se hace urgente una autocrítica por parte de las autoridades nacionales, porque sino el país seguirá pasando zozobras en materia económica, que hará que la situación de los ciudadanos se vean más perjudicadas aún, ya que cuando viene una crisis, los que la pagan son los sectores de menores recursos económicos y no los de mayor concentración económica.
El Poder Ejecutivo se debe replantear todo lo actuado hasta el momento y pegar un golpe de timón para cambiar el rumbo, con el desarrollo de políticas de fondo, que reconozcan los problemas y no que los oculte como sucede hoy en día.
El país puede evitar entrar en una situación irreversible, y todo depende de la manera que encaren el problema las autoridades, si recurren al sinceramiento y a la honestidad, la Argentina puede tener un futuro alentador; en cambio, si se continúa con este rumbo económico sin retocarlo en lo más mínimo y sin aceptar las opiniones de aquellos que ven que esto lleva al país a un fracaso en materia económica, el riesgo de un nuevo 2001 están cada vez más latentes. (Seleccionado de web agencia de Noticias CNA del 15-08-08)
Desde el año 2003 hasta principios de este año, la Argentina era un país que estaba en constante crecimiento con un PBI que aumentaba un ritmo de 8 por ciento anual. Ahora este desarrollo se ha detenido en forma alarmante, y las consecuencias de esta desaceleración han hecho que la gente empiece a percibir una etapa de crisis, que se agrava muchas veces por la inoperancia y la ceguera gubernamental.
El gobierno en vez de tratar los problemas más cotidianos, se ha sumergido en peleas y confrontaciones que le hicieron desviar del camino de la recuperación financiera y se enfrascara en cuestiones domésticas sin ver el grave riesgo que se corría. Los principales analistas de la realidad nacional, le vinieron advirtiendo a las autoridades nacionales que la Argentina estaba entrando en una pendiente negativa debido a un sinnúmero de causas, entre ellas el aumento de la inflación, la falta de inversión, la crisis energética, la inestabilidad jurídica, el aumento en el gasto público y la caída en el consumo, pero se hizo oídos sordos a todas estas advertencias.
El tipo de cambio alto sirvió para salir de la crisis del 2001 y levantar a la Argentina, pero ahora ese tipo de cambio se ha quedado corto debido al alza de la inflación que ha tenido nuestro país en los últimos tiempos, que hicieron que esas ventajas quedaran en el pasado, dando paso a nuevos problemas de gran envergadura.
El gobierno en su conjunto, encabezados por el Secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, se haya empeñado en negar la inflación, y el manejo de los números del Indec que se realiza desde el Ejecutivo, despierta la crítica de los ciudadanos, y el desconcierto y la preocupación por parte de los principales centros económicos mundiales. De acuerdo con la medición oficial, el mes pasado la inflación fue del 0,4%, con lo que en los primeros siete meses de 2008 registra un alza del 5%. La cifra del gobierno está muy lejana de lo que piensan la mayoría de los expertos, para los que el índice de precios al consumidor supera ya el 25% interanual.
El aumento de la inflación trae aparejado que el país vuelva a sufrir un aumento en sus marcadores de pobreza, marginación, desigualdad, desocupación e indigencia, que parece recordar a las peores épocas del fin del gobierno de la Alianza. Para tratar de revertir esta situación, el gobierno lanzó una recompra de los bonos de la deuda pública que vencen entre el 2008 y 2009, en el marco de lo que denominó una "estrategia financiera integral". En estos primeros cuatro días de lanzamiento de la medida, se está teniendo un cierto éxito que ha ayudado a detener la venta de activos de nuestro país. Sin embargo, numerosos expertos advierten de que esta oleada de compras se mantiene por las fuertes compras de la 'banca oficial' argentina, ya que los inversores privados estarían deshaciendo posiciones ante las advertencias llegadas desde el parqué neoyorquino.
En el exterior las predicciones son por demás pesimistas, ya que aseguran que el país no podrá hacer frente a los 12.000 millones de dólares de vencimiento de deuda que tiene la Argentina para el 2009, lo que coloca al país al riesgo de un nuevo “default”. En el día de ayer, la agencia de riesgo Moody´s redujo la perspectiva de la deuda argentina de "positiva a estable", por considerar que aumentó "la incertidumbre política y la debilidad de su capacidad de repago de sus obligaciones". Este tipo de acciones, despiertan gran desconfianza en el mundo económico, que ven a la Argentina como un país poco serio, en el cual invertir es serio peligro.
Los principales agentes financieros del mercado internacional, le están pidiendo a la Argentina que plantee soluciones claras, comenzando por la inflación, el reemplazo de ciertos miembros del gabinete o de funcionarios administrativos clave y los aranceles. Por ahora, la administración kirchnerista no planea más cambios en el gabinete nacional y a pesar de las críticas iniciales, se ha decidido en las últimas semanas a seguir muchas de las recetas que le fueron planteadas en un primer momento por el Fondo Monetario internacional (FMI), como son bajar el dólar, enfriar la economía y subir las tasas de interés, para intentar de esa manera darle un mayor incentivo a la economía nacional.
En el extranjero, se habla de que la Argentina está virtualmente sin ministro de Economía, ya que ni siquiera conocen su voz, porque nunca lo han escuchado dar explicaciones sobre algunas de las medidas que se han llevado adelante, y advierten que se evidencia un total desamparo de la economía nacional, que queda al arbitrio del matrimonio presidencial, y que el ministro sólo estaría para poner la firma en las decisiones que efectúan desde la Casa Rosada.
Hasta el momento, el gobierno no ha realizado medidas de fondo que tiendan a una solución definitiva del problema, sino que sólo ha efectuado operaciones de maquillaje, que sirven para paliar un tema en un momento determinado, pero que no vale para acabar con los problemas reales que viven los habitantes de la República Argentina.
Si el gobierno nacional insiste en mantener este tipo de política económica, se estrellará contra un muro. Se hace urgente una autocrítica por parte de las autoridades nacionales, porque sino el país seguirá pasando zozobras en materia económica, que hará que la situación de los ciudadanos se vean más perjudicadas aún, ya que cuando viene una crisis, los que la pagan son los sectores de menores recursos económicos y no los de mayor concentración económica.
El Poder Ejecutivo se debe replantear todo lo actuado hasta el momento y pegar un golpe de timón para cambiar el rumbo, con el desarrollo de políticas de fondo, que reconozcan los problemas y no que los oculte como sucede hoy en día.
El país puede evitar entrar en una situación irreversible, y todo depende de la manera que encaren el problema las autoridades, si recurren al sinceramiento y a la honestidad, la Argentina puede tener un futuro alentador; en cambio, si se continúa con este rumbo económico sin retocarlo en lo más mínimo y sin aceptar las opiniones de aquellos que ven que esto lleva al país a un fracaso en materia económica, el riesgo de un nuevo 2001 están cada vez más latentes. (Seleccionado de web agencia de Noticias CNA del 15-08-08)
No hay comentarios:
Publicar un comentario