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viernes, 8 de agosto de 2008

El Imperialismo Soviético Apoyó Logísticamente y Con Hombres al Bando Republicano

"Rusia prestó un gran apoyo al gobierno republicano, pero a condición de que el Partido Comunista, que sólo había conseguido 17 diputados en las últimas elecciones, controlara el Gobierno, lo que consiguió con el socialista Negrín. Cuando Azaña vio que la revolución fracasaba trasladó en un tren las reservas de divisas del Banco de España, que en ese momento eran las cuartas del mundo, tras EEUU, Francia y Gran Bretaña, a Cartagena, y, el 25 de octubre de 1936, abandonaban el puerto cuatro cargueros rusos con destino a Odessa (URSS): Kursk, Kim, Nevá y Volgoles llevaban en sus bodegas 2050 toneladas de oro, monedas, joyas y obras de arte. Este tesoro suponía a la muerte de Stalin la cuarta parte de las reservas de divisas del Kremlin. Al desintegrarse la URSS en 1991 este oro se había reducido a 140 toneladas. (“El País”, 8 de abril de 1996).
Las siete mil ochocientas cajas de oro en barras o amonedado fueron embarcadas hasta Odessa sin ningún tipo de garantía o recibos de entrega. Tras ser refundido en Moscú, empobreció España para el futuro, y supuso la obediencia ciega de Negrín, Jefe de Gobierno, a las instrucciones soviéticas. Suponían además de un valor patrimonial incalculable, porque la colección de monedas abarcaba desde la época de los romanos hasta nuestros días.
Supuestamente la entrega fue en pago de la ayuda militar soviética, lo cual es contradictorio por el carácter gratuito de cualquier ayuda, y, además, al no haber justificante de la entrega, la URSS se convirtió en acreedora permanente y sin límite ya que no constaba el pago de ninguna aportación armamentística a España. El oro valía miles de veces el importe de la ayuda rusa a la zona roja. Rusia reclutó comunistas por todo el mundo y formó las Brigadas internacionales, que fueron utilizadas como fuerza de choque, sobre todo en la batalla de Guadalajara y en la defensa de Madrid. Hoy día una tonelada de oro vale veinte millones de dólares, pero en aquella época el poder adquisitivo del oro era mucho mayor.

Las reservas de oro robadas, conocidas después como el “Oro de Moscú”, dejaron a España en la ruina y nunca han sido devueltas por la URSS, sino que tuvo como destino la financiación del Gobierno republicano en el exilio, la financiación del PCE y de los partidos comunistas de todo el mundo.

Juan Negrín durante la guerra a menudo abandonaba España para ir, cargado de divisas, a París y Londres a divertirse en cabarets de lujo y acudir a buenos restaurantes, lejos de su país (era conocido por cenar dos o tres veces por noche) y acostarse con mujeres de dos en dos (todo esto son informaciones que publicaron Abad Santillana, Indalecio Prieto y Giral).

México apoyo a los republicanos, que apelaron a la solidaridad masónica. Envió, sobre todo, armamento ligero y alimentos.

Italia: Mussolini, temeroso de tener un satélite soviético en el Mediterráneo mandó a España el Corpo di Troppo Volontarie (CTV). Eran voluntarios fascistas que venían a España a luchar contra los comunistas, tropas con más voluntad que preparación militar.
Alemania: Por las mismas razones que Italia mandó a la Legión Cóndor. Hitler quería sustituir al Reino Unido en el abastecimiento de materias primas a España A diferencia de los italianos no eran tropas de choque, si no especialistas (aviadores, artilleros...).
A los dos meses de producirse el Alzamiento Nacional se hizo cargo del Gobierno el socialista Largo Caballero, y se trasladó a Valencia. Se formó un gabinete heterogéneo: socialistas, comunistas, Esquerra Catalana y cuatro representantes de la CNT. Sus primeras medidas fueron:

§ § Repartió cuatro millones de hectáreas entre los campesinos.
§ § Nacionalizó las líneas férreas, las compañías eléctricas, CAMPSA, y algunos bancos.
§ § Otorgó al País Vasco el Estatuto de Autonomía.

La CNT y la FAI iniciaron sin autorización gubernamental una revolución, mediante la expropiación y colectivización de industrias y tierras de cultivo. En Cataluña afectó al 70% de las empresas. El caos económico era absoluto: cuando se comieron y bebieron todo, la gente empezó a pasar hambre.
Como dijo Azaña después de la Guerra: “obreros, jornaleros del campo y pequeños burgueses, ebrios de revolución, confundían la táctica marxista de la lucha de clases con el odio de clases”. Asesinaron a más de 70000 personas, siempre eran políticos: odios, envidias y celos fueron determinantes a la hora de escoger a las víctimas. Una denuncia anónima era suficiente para acabar en manos de la Patrulla del Amanecer o la Brigada de Investigación Criminal. En las zonas rurales los odios estallaron con gran violencia. Los ricos, los empresarios, los militares, ex alcaldes, jueces, secretarios, gente vinculada a partidos de derecha, los terratenientes, los pequeños propietarios agrarios, los curas y los frailes eran víctimas seguras. Se conoce el nombre de 13 obispos y 13000 religiosos asesinados.
El informe del embajador de la República Francesa Eric Labonne del 16/02/1938, a su Ministro, Ivon Delbos, dice “Después de las afrentosas matanzas desde hace dos años de clérigos, las iglesias, monasterios y lugares de culto aparecen devastados, vacíos y abiertos a todos los vientos. Nadie se atreve a acercarse a ellos. Todos los conventos han sufrido la misma suerte, frailes, monjas y sacerdotes han desaparecido. Muchos de ellos murieron de muerte violenta. Otros muchos, gracias a nuestros cónsules, han podido ganar territorio francés, puerto de gracia y refugio deseado por muchos españoles desde los primeros días revolucionarios”.
El método más utilizado era el célebre paseo, que solía terminar en las cunetas y las tapias de los cementerios, y la saca de presos. La Rabassada y el cementerio de Moncada se hicieron trágicamente célebres en Barcelona; la Casa de Campo, la Pradera de San Isidro, el Pardo y Paralelos en Madrid. En Alicante actuaban los “Hijos de la Noche”; iban en un camión con una escoba en la parte de atrás, llegaban a los pueblos de noche y sacaban a los ciudadanos de sus domicilios. A la salida del pueblo, en la misma carretera, les pegaban cuatro tiros. En la carretera de Algueña a La Romana, todavía esta en pie una cruz que recuerda una de esas brutales masacres. En Alicante, por ahora, están identificados con nombres y apellidos 1561 asesinados por la represión republicana. Los nacionales en la posguerra condenaron a muerte en juicio por asesinato a 742.
Los líderes socialistas y comunistas, siguiendo las prácticas de Lenin, declararon que la revolución exigía exterminar a la clase burguesa.
Los datos publicados en 2005 por Ángel Martín Rubio, siguiendo una metodología
científica, calculan 100.000 soldados los muertos en el frente, y en retaguardia:

Asesinados en Zona Republicana: 56.576 (15.000 sólo en Madrid) (13.000 religiosos)
Ejecutados en Zona Nacional: 46.853

Condenados a muerte en la posguerra: 27966.
Si hubiesen ganado los republicanos, y extrapolando a lo que sucedió en Rusia, Finlandia, China y Camboya, que fueron procesos similares, hubiesen sido masacradas varios millones.
El setenta por ciento de los asesinatos y ejecuciones se produjeron en la zona que en 1936 se proclamó republicana. Ello fue debido a los excesos revolucionarios y los posteriores ajustes de cuentas cuando llegaron los nacionales. Sobre todo, Madrid, Cataluña y la región Valenciana.
En Paracuellos, Madrid, bajo responsabilidad de Santiago Carrillo, S. G. de las JJCC, Consejero de Orden Público de la Junta Nacional, fueron sacados de la cárcel y masacrados en la carretera en menos de una hora 4000 presos, sospechosos de “quintacolumnistas” del general Franco. En total, sólo en Madrid, fueron asesinadas 15.000 personas.
La excusa que dan los republicanos de que algunos dirigentes políticos condenaban tales hechos no puede servir de coartada. Tan responsables eran ellos como los Mola y los Queipo de Llano que animaban a sus huestes a la violencia y el exterminio.
Socialistas y comunistas propugnaban la necesidad de alcanzar primero la victoria militar y postergar la revolución para después, pero entre ambos surgieron enfrentamientos cuando la URSS condicionó la ayuda soviética a la primacía del PCE en el gobierno.
En mayo de 1937
estalló en Barcelona una cruenta guerra civil entre los anarquistas de la CNT-FAI y los trotskistas del POUM por un lado, y el PCE por el otro. El dirigente de del POUM, Andrés Nin, y el líder anarquista de la CNT, Buenaventura Durruti, fueron detenidos y asesinados. (N. de R.:Andrés Nin fue despellejado vivo, por parte de estos defensores de la democracia, de la República y de los Derechos Humanos. Nadie se hizo responsable. Al principio, pretendieron endilgarle la responsabilidad a la Gestapo, pero la mentira era tan evidente que debieron retroceder y ampararse en su ignorancia sobre el destino del desaparecido, jerarca del P.O.U.M.)
El 17 de mayo de 1937 Negrín formó un nuevo Gobierno controlado totalmente por los comunistas. Trataron de imponer a toda costa disciplina y orden, una Dictadura al estilo Stalin, pero ya era tarde:
§ § Se prohibieron las colectivizaciones
§ § Se devolvieron las tierras que se habían ocupado en los primeros meses.
§ § El anarquismo y el trotskismo fueron diezmados. El reencuentro con el orden y la eficacia llegaba demasiado tarde. Tras la caída de Cataluña, Negrín fue sustituido por un Gobierno de coalición, formado por Besteiro y Casado (militar), pero la derrota era ya inevitable.
La Iglesia española declaró la guerra como "Cruzada Nacional" contra los comunistas ateos. Al contrario que en la zona republicana, en la España nacionalista el mandó se unificaba cada vez más, y el orden y la disciplina imperaban cada día con más fuerza. A ello también contribuyó una serie de accidentes:
§ § El general Sanjurjo, jefe previsto del Movimiento, murió en accidente aéreo.
§ § José Antonio Primo de Rivera, jefe de FE, un líder muy carismático, fue fusilado el 19 de noviembre de 1936 en la prisión de Alicante. Entre algunos falangistas se dice que Franco pudo haberle canjeado por el hijo de Largo Caballero, y si no lo hizo fue por quitarse un rival molesto.
El general Mola, el cerebro organizador del Alzamiento, pereció en accidente aéreo en abril del 37.
Así es que, dadas las circunstancias, el general Franco fue proclamado Generalísimo por la Junta Militar, presidida por el general Miguel Cabanellas, el 1 de octubre de 1936.
El 19 de abril del mismo año el Decreto de Unificación obligaba a todas las fuerzas políticas a entrar en el partido único FET y de las JONS, lo que molestó a algunos falangistas y requetés.
En agosto, Franco era nombrado Caudillo y Jefe de Estado.
La Iglesia, perseguida por los rojos, le prestó su apoyo. Así mismo, la burguesía partidaria del orden.
En marzo de 1938 se decretó el Fuero del Trabajo, y se creó el Sindicato Vertical que, al modo de los gremios medievales, agrupaba a patronos y obreros en una misma institución.
La política económica de Franco fue desde un principio fuertemente intervencionista y proteccionista, siguiendo primero las teorías económicas fascistas, y después obligado por las circunstancias del bloqueo internacional que le impusieron los aliados.
Durante la guerra hubo fusilamientos de represalia para amedrentar a la población. En un principio marcharon al exilio más de 300.000, pero al final quedaron en el extranjero unos 150.000 republicanos. Muchos regresaron y algunos encontraron la muerte en la Francia ocupada por los nazis. 37.000 "Niños de la Guerra" se quedaron en la URSS para siempre (algunos pocos volvieron). La represión en la posguerra fue dura para los que no pudieron escapar al exilio. Las últimas investigaciones cifran en 27966 los ejecutados en la posguerra. Se tuvieron que enfrentar a juicios que terminaban en pena de muerte o largas condenas de cárcel. En 1940 había en las cárceles miles de retenidos en campos de prisioneros para investigar asesinatos políticos.
De haber salido los republicanos vencedores las cifras hubieran sido mayores. (N.de R.:Memoria histórica - La República de Rodríguez Zapatero - Libertad Digital). Y es que los asesinos están dormidos en todas partes hasta que se les presenta la ocasión. Y en las guerras civiles y con ideologías extremas despiertan sus instintos criminales y campean a sus anchas. Hoy tenemos tristes ejemplos más crueles, si cabe, en la Yugoslavia de Milosevic, Ruanda (Un millón de tutsis asesinados por los hutus). Y hace unos pocos años en la URSS de Stalin, la China de Mao (Revolución cultural), la Rumania de Ceausescou, la Nicaragua sandinista (Masacre de los indios Misquitos), etcétera. El progreso parece ser que alimenta un monstruo azteca sediento de sangre que anida en las entrañas de la humanidad.
Si tenemos en cuenta que la Camboya de Pol Pot, de la misma ideología marxista–leninista que PCE-PSOE, en cuatro años fue exterminada la tercera parte de la población total, extrapolando las cifras, si hubiera triunfado en España la República, las víctimas hubieran sido de cinco o seis millones de civiles." (Seleccionado de la web española http://geografia.freeservers.com/2republica.htm , por Francisco J. Albert Gutiérrez, profesor de historia de España)


1 comentario:

Anónimo dijo...

El autor del blog no puede negar hacia donde van sus simpatias y las maneja con escaso convencimiento para aquellos que por amor a la historia la hemos buceado,creo que Vd. ha recurrido como siempre a manoseados "historiadores" cuya misión más significativa eran los halagos a un rebelde que los supo manejar, por supuesto no voy a meterme en ese campo de cifras, requeriria un tiempo que no estoy dispuesto perder, unicamente señalarle que el eminente doctor Negrin, hizo llegar al felón, por manos de su hijo, la documentación donde fielmente se reflejaba el uso de las reservas depositadas en Rusia.Leáse el "Oro de Muscú y el Oro de Berlín, de Pablo Martín Aceña, especialmente el capítulo, "El contenido de los papeles de Negrín", pero Vd. se lanza al vacio para sorprendernos con esos datos, que la historia queda avergoncada por tal calificativo, de la "historia como testimonio de los tiempo, la luz de la verdad y la maestra de la vida" lamentablemente le dá un trato espúreo.
Un saludo y a perserverar