“La checa era una institución soviética al servicio del terror y de la represión política. Verdaderos centros de tortura, asesinato y violación de los derechos humanos, que durante la guerra disponían los milicianos de partidos y sindicatos de izquierda, sobre todo en las grandes capitales, en el que se encerraba y torturaba sistemáticamente a personas de derechas, católicas o simplemente sospechosas. Normalmente eran conocidas por el lugar que se encontraba o su titular. El vocablo checa, cheka o tcheca, es la abreviatura de las palabras rusas Chreswychainaya Konissiya, que significan: Comisión extraordinaria. En la URSS se crearon las checas para combatir la contrarrevolución y se integraron orgánicamente en la Gosudarstuennoe Politicheshoe Upraveliene más conocida, por las iniciales G.P.U., la famosa Gepeú soviética, que traducido es “administración Política del Estado”. Ahora que está tan de moda por todo el arco de las fuerzas políticas izquierdosas, socialistas, comunistas, nacionalistas, separatistas, republicanas, anarquistas y demás flora y fauna del rojerío rampante, de querer lo que ellos llaman, “recuperar la memoria histórica”, después de 67 años de haber sido derrotados por el Ejército Nacional comandado por el Generalísimo Franco, insisten en mantener abierta la herida, que ya estaba cicatrizada, con un afán, no se sabe si consciente o inconsciente, de ajustar cuentas, buscando la revancha y el desquite. Y para ello se dedican a falsificar la historia, para intentar engañar a los que no vivieron la Guerra Civil, a los profanos e incautos, y como último objetivo dar la vuelta al desenlace de la contienda, para obtener, por lo menos moral, que borre la derrota que sufrieron por las armas. Y es que la izquierda no ha digerido todavía que si perdió aquella guerra fue principalmente por los muchos errores que se cometieron en su bando. Y trata por todos los medios de invertir los resultados.
Como también parece que sufren una peligrosa amnesia, es cuestión de que empecemos a hacerles que recobren la memoria, de la que saldrán muy mal parados si quieren establecer comparaciones con los “facciosos y fascistas”. Las iglesias y los conventos los quemaron los que hoy benévolamente se les llama “republicanos”. Los asesinatos de sacerdotes, curas y monjas, en elevadísimo número, están en su haber. Las checas las “inventaron” y pusieron en marcha estos “angelitos” milicianos. Los que expoliaron y abrieron las cajas de los Bancos, los que vergonzosamente robaron el oro de todos los españoles para dárselos a Stalin -el cual se mofó de tan generosos y dadivosos amigos-, los crímenes de la Cárcel Modelo, los asesinatos masivos de Paracuellos de Jarama, los “paseos”, las incautaciones de fábricas, coches, joyas y bienes en general de los ciudadanos. Las profanaciones de tumbas de religiosas y exposición de los cadáveres de las Salesas de Barcelona, el simulacro de fusilamiento del Sagrado Corazón de Jesús, colocado en el Cerro de los Ángeles, siendo destruido y denominado el lugar como cerro Rojo. La mayor persecución religiosa de la historia la protagonizaron los antecesores de esos que ahora exigen que la Iglesia les pida perdón... Escritores e historiadores no sospechosos precisamente de franquistas, han escrito sobre esta gran persecución a la Iglesia y a la religión. Veamos:
“Posiblemente, en ninguna época de la historia de Europa, y posiblemente del mundo, se ha manifestado un odio tan apasionado contra la religión y cuanto con ella se encuentra relacionado.” (Hugh Thomas).
“La persecución de la Iglesia católica fue la mayor jamás vista en Europa occidental, incluso en los momentos más duros de la Revolución francesa.” (Stanley G. Payne).
“Los revolucionarios llevaban meses ensañándose con la Iglesia y sus sacerdotes. Nadie que tenga a la vez buena fe y buena información puede negar los horrores de esta persecución.” (Salvador de Madariaga).
“Los primeros tres meses de la guerra fueron el período de máximo terror en la zona republicana. Las pasiones republicanas estaban en su cenit. Los sacerdotes fueron las principales víctimas del gangsterismo puro.” (Gabriel Jackson).
Habrá que refrescarles la mente a esa pléyade de mindundis, vengativos y badulaques, con la mención de las checas, esos hoteles de 5 estrellas que pusieron al servicio de los que iban a misa, de los empresarios, de los conservadores, de los estudiantes, de los “fascistas” y de las personas consideradas de orden."
Como también parece que sufren una peligrosa amnesia, es cuestión de que empecemos a hacerles que recobren la memoria, de la que saldrán muy mal parados si quieren establecer comparaciones con los “facciosos y fascistas”. Las iglesias y los conventos los quemaron los que hoy benévolamente se les llama “republicanos”. Los asesinatos de sacerdotes, curas y monjas, en elevadísimo número, están en su haber. Las checas las “inventaron” y pusieron en marcha estos “angelitos” milicianos. Los que expoliaron y abrieron las cajas de los Bancos, los que vergonzosamente robaron el oro de todos los españoles para dárselos a Stalin -el cual se mofó de tan generosos y dadivosos amigos-, los crímenes de la Cárcel Modelo, los asesinatos masivos de Paracuellos de Jarama, los “paseos”, las incautaciones de fábricas, coches, joyas y bienes en general de los ciudadanos. Las profanaciones de tumbas de religiosas y exposición de los cadáveres de las Salesas de Barcelona, el simulacro de fusilamiento del Sagrado Corazón de Jesús, colocado en el Cerro de los Ángeles, siendo destruido y denominado el lugar como cerro Rojo. La mayor persecución religiosa de la historia la protagonizaron los antecesores de esos que ahora exigen que la Iglesia les pida perdón... Escritores e historiadores no sospechosos precisamente de franquistas, han escrito sobre esta gran persecución a la Iglesia y a la religión. Veamos:
“Posiblemente, en ninguna época de la historia de Europa, y posiblemente del mundo, se ha manifestado un odio tan apasionado contra la religión y cuanto con ella se encuentra relacionado.” (Hugh Thomas).
“La persecución de la Iglesia católica fue la mayor jamás vista en Europa occidental, incluso en los momentos más duros de la Revolución francesa.” (Stanley G. Payne).
“Los revolucionarios llevaban meses ensañándose con la Iglesia y sus sacerdotes. Nadie que tenga a la vez buena fe y buena información puede negar los horrores de esta persecución.” (Salvador de Madariaga).
“Los primeros tres meses de la guerra fueron el período de máximo terror en la zona republicana. Las pasiones republicanas estaban en su cenit. Los sacerdotes fueron las principales víctimas del gangsterismo puro.” (Gabriel Jackson).
Habrá que refrescarles la mente a esa pléyade de mindundis, vengativos y badulaques, con la mención de las checas, esos hoteles de 5 estrellas que pusieron al servicio de los que iban a misa, de los empresarios, de los conservadores, de los estudiantes, de los “fascistas” y de las personas consideradas de orden."
(Seleccionado de la web española htppwww.generalisimofranco.com/martires/checas/001.htm)
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