Al parecer, gracias a los oficios de Martín Cinto, alias "El Botijero", funcionario diplomático de España, aparentemente se pondría fin al secuestro del barco "Alakrana"y de sus tripulantes. Los piratas de la zona de Somalía, extorsionaron a Rodriguez Zapatero, quien pasó mas de un mes tratando de dar cumplimiento a las normas jurídicas de España, sin que tal actitud, provoque daños a los secuestrados por esta gavilla. Eligió algo que se ajusta, como anillo al dedo, a la concepción que ellos tienen de lo que se donomina vulgarmente como "Justicia Progresista". Lo que equivale a aparentar el cumplimiento de la ley. Por el que dirán los demás. A la par que con singular desenfado, se violan las normas internacionales, a la vista y paciencia de todos, sin importar la inmoralidad subyacente. Eligió al funcionario indicado para llevar a cabo este atropello a la Justicia. Secretamente, se usarán fondos fiscales, a fin de "convencer" a los piratas de que deben aceptar el trato y entregar a los rehenes. No importa que luego, ellos se ceben, y nuevamente priven ilegalmente de su libertad a otras víctimas. Todavía no sabemos como harán para "fabricar" un tratado de extradición, con Somalía, ya que al parecer allí el Estado, no existe como lo conocemos. Como las víctimas son españolas, España está obligada a tratar de individualizar a los autores y sentenciarlos, por medio de la Justicia Española. ¿Los entregarán a Somalía, donde la justicia como tal, no existe? ¿Los sentenciarán y permitirán, ilegalmente, que la pena la cumplan en establecimentos que no existen en Somalía, bajo la inexistente vigilancia jurisdiccional española? That is the question. Los mismos argumentos, que los órganos jurisdiccionales españoles, utilizaron para hacer valer su pretensión de juzgar a los acusados de delitos internacionales, cometidos en otros países, ajenos a España, aun subsisten y deben ser aplicados. Si España no los aplica, sería un papelón internacional y revelaría que tras la máscara de estricto cumplimiento a las pautas de la Justicia Universal, se esconde una Justicia Bananera. Nos señala la nota del periódico español:
Las masivas protestas ciudadanas en Bermeo y Vigo, y el dramatismo de los mensajes lanzados por los secuestrados, han forzado al presidente socialista a intervenir, después de un largo mes de contradicciones y pugnas de todo tipo.
Ante la evidente incapacidad mostrada por la vicepresidenta De la Vega y por la ministra Chacón, Zapatero parece haber asumido personalmente la gestión de la crisis.
Este sábado y aunque con enorme retraso, se tomó la molestia de informar de la situación a Mariano Rajoy.
El líder del PP, en justa contraprestación, respaldará la acción gubernamental hasta que sean liberados los 36 marineros y se reserva las críticas para después.
Ha sido Ricardo Blach, patrón del atunero, quien ha dado la noticia. Cuenta por teléfono, desde su cautiverio, que el armador le ha comunicado que Zapatero "se ha involucrado directamente" en el problema y que los dos piratas detenidos en España van a volver a Somalia.
"El armador me ha dicho que se está negociando, que está involucrado personalmente ahora el presidente del Gobierno y que sí, que van a venir, no saben exactamente cuándo, pero los dos piratas van a venir a Somalia".
El patrón añadió que ha pasado esa información al jefe de los piratas y que este sonrió de oreja a oreja:
"Ahora los piratas se sienten ganadores y, por eso, han aflojado un poquito. Ahora mismo, el jefe está sonriendo".
"Pero no van a dar la negociación por satisfactoria hasta que se vean libres; si algo falla, a alguno se nos pueden cepillar".
Hasta la tarde de ayer, la agresividad de los secuestradores había ido en aumento a bordo del Alakrana.
"Por la mañana estaban fuertes, por gestos nos decían que nos iban a cortar el cuello".
Según el patrón, las muecas, las señales, son la única vía de entender a los secuestradores, porque "no hablan ni inglés, ni nada".
Los tratos vejatorios habrían sido cada vez más frecuentes: llegaron a llevarles a proa y disparar sobre sus cabezas, agujereando un palo metálico.
El patrón temía que "una bala rebotada" pudiera darle a alguno de los tripulantes.
"Nos hacen trastadas, nos escupen, si se enfadan nos golpean. No paran de humillarnos. A mí me han tenido atado, amordazado, desde ayer por la tarde a hoy por la mañana".
El que actúa de cabecilla, "el jefe", lleva a bordo cuatro días.
"Antes venía una vez a la semana, llegaba por la mañana y para la tarde ya se había ido. Nos sometía a alguna trastada y abandonaba el buque. Es un psicópata, pero parece que la noticia de que el Gobierno español va a mandar de vuelta a los dos detenidos en España, le relajó un poquitín más".
El cambio de tono se produce después que el embajador español en Kenia, Nicolás Martín Cinto, se reuniera con el primer ministro somalí, Omar Abdirashid Ali Sharmarke, en Nairobi para pedirle que su gobierno garantice la vida, la seguridad y la integridad de los tripulantes del pesquero.
Fuentes de los servicios de Inteligencia españoles aseguran que las gestiones de Martín Cinto, alias "El Botijero", han ido acompañadas de un más que generoso reparto de fajos de cien dólares.
"El dinero no será un escollo, porque hay órdenes de arriba de repartirlo a espuertas".
El ministro de Justicia tambien intenta poner su "granito de arena" y ya ha encontrado el agujero por el que se escaparán los dos piratas somalíes detenidos en España.
Desde la ciudad polaca de Sopot, donde se encuentra junto al presidente Zapatero, Francisco Caamaño pontifica:
"La única posibilidad que existe es la vía procesal y posteriormente ver si existe algún acuerdo internacional".
O sea, que acelerarán los trámites para que los vea la Audiencia Nacional y después, aunque no existe convenio de extradición con Somalia, se inventarán algo para no enfadar al jefe de los secuestradores del Alakrana.
Para cubrirse juridicamente, están negociando a toda prisa y llenando de dinero a las "autoridades de Somalia", el llamado Gobierno de Transición, un tratado internacional que permita a los jueces de la Audiencia Nacional disponer de un instrumento jurídico para devolver al país africano a los dos piratas que secuestraron el Alakrana y que están presos en Madrid.
Dirán que la chapuza cumple con "todos los requisitos del Estado de derecho" y que los jueces españoles estarán en condiciones de supervisar el juicio que se celebre en Somalia.
Y habrá quien se lo crea.
No es Caamaño el único que hace malabarismos. El ministro de Asuntos Exteriores comenzó a cobrar un importante protagonismo en el caso Alakrana (en detrimento de la titular de Defensa, Carme Chacón) el pasado viernes, tras anunciar que los tres marineros, bajados a tierra por los piratas, y sobre los que pesaba amenaza de muerte habían vuelto al barco.
Parecía un punto positivo para Miguel Angel Moratinos, porque la separación de los rehenes -consentida inexplicablemente por los militares de las fragatas Canarias, era un desastre que hacía imposible cualquier rescate por la fuerza y debilitaba la posición española-, pero las cosas no están claras.
Este domingo (el día en que finalizaba el plazo del ultimatum que pesaba sobre los tres marineros en cuestión) los piratas somalíes aseguraron que tres de sus hombres siguen en tierra y nunca han vuelto con sus compañeros a bordo del atunero, desmintiendo la información recibida por el Gobierno español de que la tripulación se encontraba íntegramente reunida en el pesquero.
Zapatero telefoneó este domingo al presidente del PP, Mariano Rajoy, para informarle de las gestiones en marcha. Lo esencial de su mensaje es que, aunque todas las opciones están abiertas, el Gobierno socialista trabaja de forma prioritaria sobre la "vía diplomática" para lograr la liberación.
Eso significa que desde La Moncloa, con la Fiscalía como aliada, se va a presionar al Poder Judicial para que los dos piratas detenidos en España se manden de vuelta a Somalia.
Esto deja en posición comprometida el juez Garzón, habiendo indignación judicial, estupor en la Armada, y sensación en Exteriores de que se hizo el ridículo de principio a fin.
Todo queda ahora en manos del embajador Martín Cinto, quien ejecutará la triple pirueta de entregar los dos detenidos en España a la inexistente justicia somalí, cerrar el acuerdo con los piratas, y ordenar la transferencia de una muy importante cantidad de euros/dólares/libras desde Londres donde habrá que pagar además a los intermediarios de la operación.
Embajador español en Kenia desde 2006, Martín Cinto (65 años) entró en la carrera diplomática en 1979 y en 1987, con Felipe González en el poder, fue nombrado coordinador de la política exterior antiterrorista.
A partir de 1990 a Martín Cinto comenzó a conocérsele como el Botijero. Este apodo era el nombre en clave que la cúpula de ETA le dio cuando trataron con él como mediador entre marzo y junio de aquel año.
Cinco entrevistas en Santo Domingo con el etarra Eugenio Etxebeste Antxón avalan su experiencia en este campo.
Alejado durante algunos años de estas competencias, en 2006, recién nombrado embajador en Kenia, no tuvo más remedio que volver a ellas. En diciembre de ese año dos cooperantes de Médicos Sin Fronteras eran secuestradas. Las negociaciones de Cinto durante 10 días fueron claves para que la española Mercedes García y la argentina Pilar Bauza volviesen a casa sanas y salvas.
En un caso similar al de estas cooperantes, el Botijero también participó en las conversaciones que llevaron a la liberación del fotógrafo español de la Agencia France Presse, José Cendón. El periodista fue secuestrado entre finales de 2008 y principios de 2009 en Somalia.
El Botijero fue pieza clave en el pago del rescate hecho por agentes del CNI en el caso del pesquero Playa de Bakio. En abril de 2008 este atunero fue secuestrado a 250 millas de la costa de Somalia por piratas, en un caso muy similar al del Alakrana.
Aunque el silencio del PP es clamoroso y lo mismo hacen, por otras razones, los medios de comunicación afines al PSOE, la torpeza del Gobierno ZP en este asunto y sus más que probables cesiones y vulneraciones de la ley, tendrán consecuencias políticas.
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