Para quienes no cuentan con la edad necesaria como para decir: "Recuerdo". Para quienes no habían nacido para esa fecha y para los que tomaron conocimiento de los eventos terroristas, de boca de los mismos subversivos, mirando el pasado con un solo ojo, la entrevista que adjuntamos, les servirá para completar el cuadro ilustrativo. Argentina es uno de los pocos países donde la historia real, ha sido reemplazada por la denominada "Memoria Histórica" como en España. Lo acontecido, se cuenta exactamente al revés. Aparecen, quienes fueron terroristas subversivos, como "víctimas" de un Estado dictatorial. Como "víctimas" de un régimen totalitario, a quien ellos combatían.Lo cierto es que, los que se autodenominan "víctimas" del terrorismo de Estado, les guste o no, están faltando a la verdad. Hubo una guerra. Existió una guerra civil en nuestro país, de baja intensidad, es posible, pero que existió, existió. Y el Estado, en la actualidad, se ocupa de estas "víctimas", pero ignora olímpicamente a las víctimas que dejaron las bandas armadas sediciosas, que actuaron durante el gobierno constitucional del general Juan D. Perón y, lógicamente, lo siguieron haciendo, de la misma forma, durante el régimen militar, pero en tal ocasión ya les habían servido, como en bandeja, el pretexto que hasta el presente utilizan. Esta entrevista nos deja ver como existen miles de damnificados por la explosión de bombas, atentados personales, secuestros, etc etc.
"Victoria Villarruel (Buenos Aires, 1975) lleva seis años buceando en la memoria del terrorismo en Latinoamérica. En su inmersión, se ha remitido hasta los años setenta, los tiempos del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) y los Montoneros, las organizaciones armadas más significativas en una Argentina convulsa. Su organismo, el Centro de Estudios Legales sobre el Terrorismo y sus Víctimas (Celtyv), ha rascado en hemerotecas, ha entrevistado a cientos de víctimas y ha cruzado miles de datos documentales. Su conclusión es sangrante. "Se ha borrado la memoria de cerca de 13.000 víctimas", dice.
Argentina, Chile, Perú y Uruguay no las reconocen. Entre las víctimas hay parapléjicos. Nadie les ha conseguido una silla de ruedas. Cuando se celebra un juicio contra el terrorismo de aquellos años, el Estado niega los hechos. Es algo impensable en España.
¿...?
España es un país muy avanzado. Sus leyes protegen a las víctimas. Nuestra situación es mucho más complicada. Necesitamos que la comunidad internacional nos reconozca.
¿Y no lo hace?
Algunos de aquellos terroristas son hoy funcionarios públicos. Me he cruzado con alguno en el metro, o paseando por la calle, o en una ciudad extranjera.
¿A qué capas han llegado?
Algunos tienen puestos en los gobiernos. Están en el poder judicial, legislativo y ejecutivo. Hay diplomáticos. Imagínese: el terrorista que puso una bomba hace treinta años ¿qué no hará si le dan el poder del Estado? Y ante eso, nosotros, como ciudadanos comunes, ¿qué podemos hacer?
Las víctimas ¿cómo viven esa realidad?
Se les ha borrado, son desaparecidos en la historia. Son miles de personas: hoy, nuestra ONG las cifra en 13.000. Pero estamos recopilando todos los datos hasta aquellos años setenta. Pronto llegaremos a las 15.000 víctimas. Algunas se han suicidado, o han desarrollado enfermedades como el cáncer, o depresiones.
¿Quiénes eran esas víctimas?
Civiles, empresarios, policías en sus casas, obreros, gente de derecha y de izquierda, católicos o judíos. Y también europeos, por el mero hecho de ser europeos.
Las actuaciones de los Montoneros o del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) ¿son comparables a las de cualquier grupo terrorista actual?
Se les puede comparar a las FARC, en Colombia. Aunque nuestro proceso fue más corto. Aquellos actuaron con gran intensidad. Provocaron 21.000 atentados en diez años: son tres o cuatro atentados a diario. Así, era imposible vivir en paz. Y lo peor es que ninguno se ha arrepentido.
En su organización, ¿todos han sufrido algún atentado?
Mi familia sufrió agresiones terroristas. Nuestro vicepresidente es hijo del coronel Larrabure, que fue secuestrado, torturado durante un año y asesinado: fue el secuestro más largo de la historia argentina.".
Le faltó añadir, a la entrevistada, que el coronel Larrabure permaneció en el interior de un cubículo, de nos mas de dos metros por dos metros, construído bajo tierra, disimulado, conocido por los terroristas como "Cárcel del Pueblo". Sometido no solamente a este tipo de inhumana tortura, sino acompañada ella por las torturas físicas, por la sola circunstancia de negarse a facilitar a sus captores, una fórmula que ellos necesitaban para poder concretar sus fines: colocar bombas explosivas, infundiendo el terror en la población civil. En tal situación estuvo un año y días, hasta que tuvo la "suerte" de desligarse de ellos, ya que falleció. A la fecha el Estado Argentino, discute no sobre la calificación penal de este aberrante hecho, sino sobre la aplicación o no de la ley penal a quienes concretaron este acto terrorista, de Lesa Humaniadad. Al parecer, la interpretació vernácula de este delito penal internacional, para la Justicia Argentina, varía conforme quien sea la víctima, una suerte de aplicación de derecho penal de víctima ... (Seleccionado de la web española del diario la Vanguardia, del 13-06-09)
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