Entre las diversas bandas terroristas existentes en el mundo, es evidente que existe una intercomunicación, que les es útil para poder cumplir sus fines. Todos conocemos, por ejemplo, lo sucedido en la Argentina. En la funesta Década del 70, los integrantes de tales organizaciones asesinas, comtieron todo tipo de tropelías. El objetivo de su accionar criminal eran integrantes de las fuerzas militares y de seguridad, pero no solamente éstos, sino que, con el propósito de que cunda el terror en la población, concretabn ataques donde las víctimas, fatales o lesionadas eran civiles sin relación con tales fuerzas. No importaron los medios, ni quienes eran las víctimas, sino que importó que nada se opusiera a sus sanguinarios designios delictivos. En el caso de E.T.A., observaron que en nuestro país, hubo por parte de las víctimas de la guerrilla subversiva una suerte de pereza o negligencia, como para constituir asociaciones que se dedicaran a luchar por sus intereses. Creyeron, posiblemente sin razón, que bastaba que el Estado se ocupara de juzgar a los irregulares subversivos y de la situación de las víctimas de esas fechorías, compensándolas adecuadamente. Lo que no se hizo en ningún momento, alegandose, como justificativo, que el Estado carecía de medios financieros como para encarar esta tarea inédita. Lamentablemente tal proceder, no evaluaba la realidad de esta situación, por la que la Argentina y ellos, nunca habían pasado. A las víctimas les faltó profesionalidad y ánimo de lucro, lo que les sobró a los subversivos. En cambio, comenzaron a aparecer asociaciones que, con el pretexto de defender los derechos de las "víctimas" del accionar del Estado, accionaron en forma que podríamos llamar "profesional" contra el "amateurismo" de las verdaderas víctimas. Sin hacer un juicio de valor, en cuanto al accionar delictivo de elementos estatales, que cometieron eventos aberrantes, no podemos pasar por alto que la circunstancia de que los desaparecidos, por ejemplo, hayan sido víctimas del accionar ilegal citado, tal circunstancia no constituía una suerte de bill de indemnidad, para los terroristas.Seguía imperando el mismo justificativo. Empero, destaquemos que la circunstancia de que, en ocasiones, los funcionarios estatales hayan excedido sus funciones cometiendo delitos gravísimos, no justificaba a su vez a los terroristas,y éstos seguían siendo elementos nocivos hacia la sociedad y las víctimas de ellos, seguían siendo víctimas aunque no se las compensara.Las asociaciones "profesionales", accionaron de tal suerte que, con el correr de los años, se han "ganado" el aprecio de la comunidad internacional. El motivo fue político, económico o el resultado de la explotación de nobles sentimientos de la comunidad. En la actualidad, cuando se invita a víctimas del terrorismo, aparecen estas pseudo "organizaciones defensores de los derechos humanos" de los delincuentes subversivos, y quienes las descalifican, o quienes las critican, son tildados poco menos de treidores a la Patria y de violadores de los Derechos Humanos. El Estado, olvidando a las verdaderas víctimas del accionar, de quienes atentaron contra el gobierno constitucional del general Juan D. Perón y de Estela M. de Perón, con una visión interesada, olvidó también y dejó librado a su suerte a las verdaderas y reales víctimas en tales eventos. Sin duda, cuando un delincuente subversivo, cae en su ley, dejará familiares como víctimas de su delictiva conducta, pero que el Estado tenga que hacerse cargo patrimonial de ellos, es absurdo. Tanto como que resarza a los familiares de quienes atentaron contra las instituciones. Considerar justa la pretensión de que todos concurramos a la subsistencia de ellos, es tener inopia cerebral. Dado el éxito que obtuvieron, desde el punto de vista patrimonial, quienes en la Argentina desepeñaron a las mil maravillas, el papel destinado a obtener lucro injusto, en España los de E.T.A. consideran ahora, proceder de la misma forma, a fin de obtener las ganancias del caso.
"La banda terrorista ETA ha ordenado a la izquierda abertzale crear su propia asociación de víctimas, montar, a tal fin, una estructura específica y lanzar un manifiesto fundacional, según se desprende de unos documentos incautados recientemente. Con esta iniciativa, la organización pretende contrarrestar la influencia de la Asociación Víctimas del Terrorismo (AVT) y conseguir una legitimación y reconocimiento institucional cara a una hipotética negociación con el Estado. En este sentido, la estrategia de ETA pasa por equiparar a sus víctimas con las que la propia banda ha provocado. La banda tiene muy avanzada la planificación de quienes formarían parte de esa organización de víctimas abertzales y hasta de cuánto dinero es necesario para la constitución de la misma. ETA tampoco descarta contar subvenciones públicas para financiar la operación. El proyecto prevé que la composición de esta asociación de víctimas sea "ideológicamente plural". La organización terrorista quiere integrar a los familiares de militantes de ETA, de los Comandos Autonómicos Anticapitalistas, y de Iraultza - una célula surgida a principios de los ochenta-que hubieran fallecido mientras participaron en sus actividades o estando en prisión por supuestos malos tratos. ETA quiere incluir en esta asociación a las familias de las víctimas de los GAL, la Triple A, los Guerrilleros de Cristo Rey o el Batallón Vasco Español. ...". (Seleccionado de la web española de La Vanguardia, del 05-07-10)
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