Quienes contamos unos cuantos años hemos sido testigos del desastre ocurrido en cuanta oportunidad el Estado Argentino tuvo la malhadada idea de hacerse cargo de alguna empresa privada, de lo que sea. Nadie, con un poco de memoria podrá negar que una empresa que en manos de privados no era viable, en ocasiones era expropiada por el Estado, quien la tomaba a su cargo. Por supuesto que
el resultado, siempre, absolutamente siempre, fue el mismo.Todos los contribuyentes, a la larga, tuvimos que hacernos cargo de la "fiesta", de la que ni siquiera participamos, ya que no se tomaron el trabajo de invitarnos. Nunca la Justicia pudo esclarecer los eventos de corrupción que se denunciaban.Recuerdo que nadie impedía que se designaran en altísimos puestos a personas sin ninguna idoneidad, que garantizaban con su inacción el desastre que a la larga iba a ocurrir. Pasaron los años, y al parecer vuelve la tara estatal. El Estado, en lugar de ser un colaborador de la ciudadanía, no un mero espectador, un pasivo espectador, pero sí dando estricto cumplimiento a las leyes, debió haber previsto todo, para evitar que cualquier empresa que normalmente funcionaba normalmemnte, se fuera a la quiebra. No lo hizo, pero acude al "remedio" conocido.El mismo Estado, que con sus resoluciones hace rico o pobre en un solo día a cualquier ciudadano. El Estado que no tiene hospitales en buenas condiciones, que incumple con sus primarios deberes, que se desentiende de sus obligaciones hacia la masa de ciudadanos, se mete a comerciar. Pasa por alto lo aleatorio que resulta el comerciar y cuanto mas, no lo hace con dinero propio sino con nuestros impuestos. Refiere la nota periodística:"Un enviado de Gonzalo Pascual Arias le entregará hoy las acciones de Aerolíneas Argentinas y de Austral Líneas Aéreas al Estado Argentina, aún cuando no haya un acuerdo resarcitorio, según el diario Ámbito Financiero. Es evidente que el Estado argentino saboteó en forma permanente a Marsans. Y ahora intentaría, obviamente, esquilmar a los españoles negándoles el resarcimiento.Al parecer, Néstor Kirchner, Julio De Vido y Ricardo Jaime consiguieron aquello que buscaron durante años, alentando los conflictos sindicales más ridículos: que el Estado argentino recupere el control de Aerolíneas Argentinas. La experiencia de una compañía estatal ha fracasado en toda la región durante los últimos años, incluyendo a la Venezuela de Hugo Chávez Frías, pero los Kirchner lo intentarán, con un barril de crudo a US$ 140.Probablemente la financiación de Aerolíneas le cueste muy caro a los contribuyentes pero también a YPF, proveedora del combustible JP1, y a Aeropuertos Argentina 2000.Por el Estado, el administrador sería el ex intendente municipal de La Plata, Julio Alak, quien así zafará de otro pesado encargo que le tenía previsto Néstor Kirchner: presidir Racing Club de Avellaneda. No se sabe cuál destino es peor.Ricardo Jaime confía en ingresar a un empresario amigo a la empresa Aerolíneas Argentinas para participar de la operación.Resultará muy interesante ahora el previsible choque dentro de la empresa de sindicatos antagónicos, en especial ante la desmesura de los reclamos permanente de Jorge Pérez Tamayo y sus pilotos de Apla.Los sindicatos habrían aceptado extender la 'paz social' de 6 meses a 3 años siempre que el Estado conserve la propiedad de la compañía." (Seleccionado de la web argentina de Urgente 24 del 14-07-08)
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