La experiencia que dan los años, nos enseña que es común a los gobiernos que luego se transforman en dictaduras, lograr acallar a la prensa. Los ataques a la libertad de prensa, a la libertad de pensamiento, son necesarios a los dictadores, a fin de poder adormecer al pueblo. Cuando estos señores no se encuentran al frente del gobierno, sino en la oposición, son los primeros en atacar duramente a los que impiden a la prensa expresarse con libertad. pero, al parecer, la prensa debe tener libertad solamente para apoyarlos a ellos o para publicar sus nefastas ideas. Cuando logran acceder al Poder, entonces como por arte de magia, se las arreglan para desembarazarse de este de la prensa libre, a la que consideran como un isntrumentos del imperialismo. No sabemos si ésto último se debe a un problema de origen psíquico, o a la ideología que estos aprendices de dictadores, dicen sustentar. Si la norma legal que propone el teniente coronel Hugo Chávez, hubiera sido propuesta por el general Rafael Videla, en la Argentina, todavía no se habrían acallado las voces de protesta contra este acto totalitario. Pero, al parecer, como lo hace Chávez, en ese caso está muy bien, y es aplaudido entusiastamente por los aplaudidores de turno de estos sujetos. Recordemos que, en el Código penal nazi existía una disposición similar, coartando la libertad de expresión. Señalaba el citado Código que es punible la conducta de todo aquél que hiera el sano sentimiento del pueblo alemán . (¿? ¿? ¿?).
Señala El Nuevo Herald: "La fiscal general Luisa Ortega Díaz, propuso el jueves sancionar a las personas y dueños de medios que divulguen informaciones que atenten contra el orden público y la "salud mental" y llamó a los congresistas a limitar la libertad de expresión.
Ortega Díaz propuso el jueves a la Asamblea Nacional medidas que pueden incluirse al proyecto de ley contra los "delitos mediáticos" que discute una comisión de congresistas.
"Es necesario que el Estado venezolano regule la libertad de expresión", dijo la fiscal en una sesión especial del congreso donde planteó que la "libertad de expresión en el marco de nuestro derecho, del derecho de todos los venezolanos, tiene un límite, reclamo que se le ponga un límite a ese derecho".
Ortega Díaz pidió que "se castigue" a las personas y los dueños de medios que "manipulen, tergiversen la noticia con el propósito de transmitir una falsa percepción de los hechos, o crear una matriz de opinión en la sociedad para alterar la paz social, la seguridad de la nación, el orden público, la salud mental o la moral pública".
También, solicitó sanciones para los propietarios y directivos de los medios que los empleen para "amenazar, intimidar, coaccionar o de cualquier otra manera infundir un temor en la población".
La funcionaria propuso castigar la difusión de mensajes que promuevan "el odio, la hostilidad respeto a las personas, colectividades o instituciones en razón de su raza, sexo, religión, nacionalidad, ideología, o militancia política".
Ortega Díaz justificó la aprobación de la ley contra los "delitos mediáticos" alegando que los medios "no pueden ser utilizados para cometer hechos punibles, ni para ayudar, tampoco para generar alteración de la paz social o del orden público". La Asamblea Nacional, integrada en su mayoría por aliados del gobierno, ha expresado su respaldo a la iniciativa.
El nuevo proyecto de ley surge en medio de las tensiones generadas por cinco investigaciones administrativas que podrían conducir al cierre del único canal de noticias crítico al gobierno, Globovisión, y los procesos que se iniciaron esta semana contra 50 radios, como parte de un grupo de 240 emisoras, que enfrentan el riesgo que les retiren la concesión.
Durante sus diez años de mandato, el presidente Hugo Chávez ha mantenido tirantes relaciones con los principales diarios y televisoras del país, a los que ha acusado de difundir informaciones "falsas" contra su gobierno y promover conspiraciones.
Chávez fustigó en junio al Tribunal Supremo de Justicia y a la Fiscalía General por no tomar acciones contra algunos medios a los que acusó de incurrir en "envenenamiento mediático".(Seleccionado de El Nuevo Herald, del 30-07-09)