Reseña el diario chileno El Mercurio, que el aspirante a dictador bolivariano Hugo Chávez, contrariando sus empalagosas manifestaciones de democracia sui géneris, ha ordenado que se impida el ingreso al país nada menos que de Lech Walesa, quien iba a concurrir a Venezuela a fin de intervenir en un foro de la democracia que se va celebrar en la Universidad Central, el próximo lunes. Recordemos a nuestros lectores que el referido Valesa ha sido presidente de Polonia y se le ha otorgado el premio Nobel de la Paz. El mismo que se fuera otorgado al argentino Pérez Esquivel. Lo que se hace con este dignatario es como si a nuestro premio Nobel le fuera vedado el ingreso a un país cualquiera. Tal acto merecería la repulsa de los países democráticos. No es necesario ser muy astuto, para llegar a la conclusión indiscutible, que la causa, el origen de esta actitud se debe a que el aludido Valesa combatió a los burócratas comunistas. Como Chávez es filocomunista o directamente Comunista, nada debe sorprendernos. Mas nos sorprendería que negara su filiación roja. No lo dejan ingresar a Venezuela por motivos políticos, no lo dejan ingresar como venganza ante la actitud de quien combatió exitosamente al comunismo en su Patria Polonia. Lo resuelto por el gobierno del camarada Chávez, nos obliga a reflexionar sobre un punto no tratado suficientemente. Todos conocemos u oímos nombrar a D. Santiago Carrillo, quien fué perseguido por el general Francisco Franco, por sustentar su ideología comunista y además por haber concretado actos de terrorismo, en el que perdieron la vida numerosos españoles, en la forma mas sanguinaria y cruel, sin respeto alguno por los derechois Huamnos de sus víctimas. Pasada la trasición en España, habiendo apoyado Carrillo tal proceso de pacificación de los espíritus, fue recibido por todos los políticos, como uno mas. Es decir el comunista Carrillo, en España es uno mas. Tiene los mismos derechos que sus colegas afiliados a otras organizaciones políticas. En cambio, en Venezuela, que pretende ingresar al Mercosur, donde se exige la pluralidad de pensamiento políticos y se acepta la democracia, en tal sentido, un Premio Nobel de la Paz, tiene su entrada prohibida, como si fuera un vulgar delincuente. O sea que el camarada Chavez nos demuestra que cuando se es opositor, el comunista debe contar con todos los derechos y garantías, que ese mismo comunista luego le niega a sus opositores. Toda una exhibición de la mas brillante democracia "bolivariana". Un grotesco.
Tal actitud del presidente venezolano contraría clarísimas disposiciones adoptadas oportunamente por la Organización de las Naciones Unidas y otras organizaciones internacionales, con el fin de proteger los Derechos Humanos, a la par que lesionan los derechos del citado dirigente polaco, quien ve lesionado su derecho a transitar libremente. Si en la Argentina el gobierno hubiera adoptado idéntica disposición, prohibiendo que visitara el país el tirano comunista Fidel Castro, las voces de los defensores de aquellos derechos, se hubieran alzado tronando por un escarmiento, contra los violadores de los mismos. Lo sucedido en el hermano país de Venezuela da cuenta que allí no se respetan los Derechos Humanos, al menos los que ostentan los que no comulgan con el gobierno de Hugo Chávez. Episodios como el que referimos, hablan a las claras sobre la hipocresía de los dictadores populistas, que claman, pregonan hasta el cansancio, exaltan los Derechos Humanos de todos los ciudadanos. Por cierto que los primeros que exigen gozarlos, son ellos, si se encuentran eventualmente en la oposición. Pero una vez que acceden al Poder, tales herramientas útiles para sus fines, son dejadas de lado. Ya no sirven. Y sus opositores, según creen ellos, no merecen ostentar los mismos derechos que ellos tenían cuando no gobernaban. Ironías de la vida.
Señala el citado diario chileno: "CARACAS.- El gobierno venezolano prohibió la entrada al país al ex presidente de Polonia y Premio Nobel de la Paz, Lech Walesa, quien debía asistir el próximo lunes a un foro sobre la democracia en la Universidad Central de Venezuela (UCV), según denunció hoy una organización defensora de los derechos humanos.
Tal actitud del presidente venezolano contraría clarísimas disposiciones adoptadas oportunamente por la Organización de las Naciones Unidas y otras organizaciones internacionales, con el fin de proteger los Derechos Humanos, a la par que lesionan los derechos del citado dirigente polaco, quien ve lesionado su derecho a transitar libremente. Si en la Argentina el gobierno hubiera adoptado idéntica disposición, prohibiendo que visitara el país el tirano comunista Fidel Castro, las voces de los defensores de aquellos derechos, se hubieran alzado tronando por un escarmiento, contra los violadores de los mismos. Lo sucedido en el hermano país de Venezuela da cuenta que allí no se respetan los Derechos Humanos, al menos los que ostentan los que no comulgan con el gobierno de Hugo Chávez. Episodios como el que referimos, hablan a las claras sobre la hipocresía de los dictadores populistas, que claman, pregonan hasta el cansancio, exaltan los Derechos Humanos de todos los ciudadanos. Por cierto que los primeros que exigen gozarlos, son ellos, si se encuentran eventualmente en la oposición. Pero una vez que acceden al Poder, tales herramientas útiles para sus fines, son dejadas de lado. Ya no sirven. Y sus opositores, según creen ellos, no merecen ostentar los mismos derechos que ellos tenían cuando no gobernaban. Ironías de la vida.
Señala el citado diario chileno: "CARACAS.- El gobierno venezolano prohibió la entrada al país al ex presidente de Polonia y Premio Nobel de la Paz, Lech Walesa, quien debía asistir el próximo lunes a un foro sobre la democracia en la Universidad Central de Venezuela (UCV), según denunció hoy una organización defensora de los derechos humanos.
La abogada y representante del grupo "Nueva Conciencia Nacional", Tamara Sujú, indicó que el gobierno venezolano le comunicó a través de una misiva a Walesa que era persona "no grata" y que "si venía no le garantizaban su seguridad".
"Nos notificaron del Movimiento Solidaridad Polaco, a través de una llamada telefónica, que a Lech Walesa le había llegado una comunicación del gobierno venezolano, donde le expresaban que era una persona "no grata" para visitar Venezuela, donde además no le garantizaban su seguridad y donde le decían que no viniera al país", expresó Sujú.
Asimismo, señaló: "No entendemos el motivo por el cual Walesa no pueda venir al país, donde la Constitución señala que vivimos en democracia, donde existe pluralidad de pensamientos. Cuál es el miedo del gobierno de que Walesa asista a un foro institucional en la Universidad Central de Venezuela".
Sujú dio las declaraciones en las puertas de la Dirección de los Servicios de Inteligencia y Prevención (DISIP), en Caracas, acompañada de un grupo de activistas de los Derechos Humanos de Europa del Este, a quienes les negaron la entrada a este recinto para visitar a un grupo de presos.
"Lamentablemente no los dejaron pasar, con la excusa de que necesita un permiso especial para las personas extranjeras", dijo.
El grupo de activista de los Derechos Humanos está conformado por el ex primer ministro de Bulgaria Philip Dimitrov, el ex ministro de interior checo, senador y miembro de la revolución de terciopelo Jan Ruml, y el ex canciller eslovaco Eduard Kukan, quienes también asistirán al Foro de la UCV.
"Estas personas han recorrido el mundo hablando con los presos políticos de distintos países. No entendemos cual es el miedo del gobierno que estas personas se reúnan con los presos políticos", expresó la abogada.
Entretanto, Kukan confirmó que se le había negado el acceso a Venezuela a Walesa y expresó que no teme a una expulsión por parte del gobierno venezolano.
"No tengo miedo. Mi responsabilidad es para hacer saber al resto del mundo y a mi país, que nos preocupa y sabemos lo que está pasando y que nos solidarizamos con ellos", expresó Kukan.
Por su parte, Dimitrov se refirió a los que la oposición considera como "presos políticos" y dijo que cuando se está detenido por razones políticas, a las personas se les acusa de cualquier delito.
"Por eso es que queremos reunirnos con personas que han sufrido prisión o están sufriendo prisión sin sentencia, como el caso de Venezuela".
Mientras, Ruml expresó que tras la negativa de las autoridades venezolanas de permitir la visita a los detenidos es "un poco escéptico de los derechos humanos en Venezuela"."No es normal que se encierre a una persona por expresar sus opiniones libremente. Eso es algo que no habla muy bien de una democracia y por eso estamos en el país, para observar todo esto", dijo Ruml.
Los activistas europeos iban a visitar a un grupo de comisarios y policías acusados de matar a manifestantes chavistas el 11 de abril de 2002, cuando una marcha opositora intentó llegar a la sede del gobierno y fue atacada a tiros por simpatizantes del gobierno.". (Seleccionado de la web de El Mercurio del 01-11-08)
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