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jueves, 1 de marzo de 2012

El ex juez Baltasar Garzón no es reconocido como paladín de los DD.HH.por nuestra Justicia pero es invitado por el Poder Ejecutivo de la Nación.




En ocasión de proceder la señora presidente, a la apertura de sesiones del año legislativo, se encontraba en un palco del recinto de la Honorable Cámara de Diputados de la Nación, entre otros, el que fuera juez de España D. Baltasar Garzón, al parecer invitado por nuestras autoridades oficiales a fin de presenciar la ceremonia. Al observar que, al lado del mismo se encontraba Hebe Pastore de Bonafini, y otras damas con un pañuelo blanco en la cabeza, no pude menos que advertir que nos  encontrábamos ante una insólita situación. ¿Qué hacía este conocido ex juez español? Estaba entre las Madres de Plaza de Mayo, ya que al parecer lo ligan lazos con esta conocida entidad, pública defensora de los derechos humanos. No todos conocen que la labor de ellas ha encontrado eco en quien fuera magistrado. Y tampoco conocen que otro de los amigos de doña  Hebe, además del distinguido paladín de los derechos humanos,  es el ciudadano español  Jesús María Lariz Iriondo. Quien también se encuentra ligado a Baltasar Garzón, pero no por lazos de amistad, como en el caso de doña Hebe, sino que el citado  ex juez resolvió procesarlo oportunamente ante su Juzgado.


                                                                                             Lariz Iriondo con la madre de todos los argentinos

A Jesús María Lariz Iriondo se le acusó de ser el presunto responsable de un atentado cometido en Eibar en 1984 contra un vehículo de la Policía Nacional en el que resultaron heridas dos personas. Entre sus antecedentes, facilitados por el entonces juez Baltasar Garzón, podemos encontrar que se encontraba imputado por los siguientes eventos: 8 de diciembre de 1982, colocación de una bomba en el Banco  Santander de Azcotia – España;  9 de enero de 1983, colocación de  una bomba en el Banco  Guipuzcoano de Deva –España; 11 de junio de 1983 colocación de una bomba en el Banco Santander de Vergara- España; 15 de agosto de 1983, colocación de una bomba en el Banco Vizcaya  de Métrico- España y el último hecho que se le imputó en el pedido de extradición, que data del 9 de octubre de 1984, fue constituir con otros cuatro etarras un  comando terrorista para secuestrar a punta de pistola a un ciudadano español  y hacerse de su vehículo  con el objeto de llevar a cabo un atentado con  bombas a un coche policial, provocando heridas de consideración a dos auxiliares de policía, su conductor y logrando la destrucción total del  rodado estatal. Fue requerido por Garzón, quien a la sazón libró solicitud de extradición. La Argentina, habida cuenta la violación de los derechos humanos que se le imputaba a este integrante de la organización terrorista ETA, no respondió a las expectativas del entonces juez Baltasar Garzón. Luego de las consabidas idas y vueltas, fue denegado el pedido y, en la actualidad el imputado, este personaje siniestro, se encuentra gozando de su libertad en nuestro país. Recordamos que, en ocasión de pronunciarse el juzgado pertinente, en el pedido de Garzón,  en la primera fila se abrazaban la titular de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini; el actor Norman Briski y el escritor Osvaldo Bayer. Los festejos llegaron hasta la avenida Comodoro Py, donde se habían congregado alrededor de 200 manifestantes de la agrupación Quebracho y de los grupos piqueteros Movimiento de Unidad Popular y Tendencia Clasista 29 de Mayo. Nuestra Corte Suprema de Justicia, que alardea de defender irrestrictamente los de los derechos humanos de todos, no accedió al pedido por considerar que el terrorismo no siempre es delito de lesa humanidad. El Máximo Tribunal usó ese argumento para rechazar el pedido de España para la extradición del Lariz Iriondo, presunto miembro de ETA. El gobierno español presentó quejas. Una presentación absolutamente inane. Sintetizando: el absurdo es contemplar, nada menos que al defensor de los derechos humanos por antonomasia al Dr. Garzón acompañando a una persona que tiene, entre sus amigos, nada menos que a un terrorista. A un personaje buscado por la justicia española, por ser activista e integrar una organización terrorista, enumerada como tal por la O.N.U. 

"El Tribunal considera que en el derecho internacional no existe un desarrollo progresivo suficiente que permita concluir que todos y cada uno de los actos que a partir de tratados internacionales pasan a ser calificados como 'actos de terrorismo' puedan reputarse, tan sólo por esa circunstancia delitos de lesa humanidad", consigna el fallo de la Corte. Al parecer el Tribunal hace a un lado lo que surge de la aplicación del derecho penal internacional consuetudinario y de las obligaciones de los Estados, consignadas en Tratados internacionales que ha rubricado la Argentina. La Corte consideró el asesinato del matrimonio Prats como un crimen de lesa humanidad y, consecuentemente, sostuvo que la acción penal no ha prescripto por el paso del tiempo. Así las cosas, confirmó la condena a reclusión perpetua que pesa sobre Arancibia. En cambio, al analizar el proceso a Lariz Iriondo la Corte dijo que el delito ha prescripto porque los hechos atribuidos al supuesto miembro de la ETA no pueden considerarse crímenes de lesa humanidad. 

Lo mas trascendente de todo es que el pronunciamiento de primera instancia,  que denegó la extradición del etarra, sostuvo que existía una fuerte presunción de que en España, de accederse a lo pedido por el juez Garzón, Lariz Iriondo sería torturado. Recordemos que el juez español que solicitó la extradición de este imputado, constituye toda una garantía en materia de derechos humanos, al menos en materia de militares imputados, cuando se trata de librar rogatorias requiriendo su extradición. Lo contradictorio es que los atribuidos a ellos, los militares, no prescriben, pero los que se imputan a estos terroristas, demuestran la ecuanimidad de la izquierda, cuando se trata de derechos humanos. Lo curioso de este especial caso es que
el juez federal que esta semana denegó la petición de extradición a España de Jesús María Lariz Iriondo, recomendó en su fallo que si, finalmente, el presunto etarra es entregado a su país de nacimiento por la Corte Suprema, se le pida al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero que «no se le cubran los ojos con vendas y la cabeza con una capucha». De igual modo, según el magistrado argentino, tienen que «garantizar la integridad física y psíquica» del detenido.








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