"Los hechos se destaparon hace poco mas de un año, aunque en un principio la dictadura comunista cubana se resistió a admitirlos finalmente no pudo evitarlo e incluso el caso ha llegado a ser uno de los juicios más sonados en la isla: 26 enfermos mentales que estaban ingresados en el hospital psiquiátrico Eduardo Bernabé Ordaz de La Habana murieron como consecuencia del frío, según las primeras explicaciones ofrecidas desde instancias oficiales.
Sin embargo, tal y como cuenta Gaceta de Cuba, otros informes que no se han hecho públicos revelaban que muchos de los enfermos padecían caquexia debido a la extrema malnutrición a la que se veían sometidos. Del mismo modo, según testimonios a los que hace referencia en el periódico cubano en el exilio los muertos en enero de 2010 podrían haber superado la treintena.
De hecho, testimonios colgados en foros de Internet hace un año apuntaban en esta línea ya antes de que el caso fuese reconocido por las autoridades de la isla: "Fuentes que laboran en el centro y que prefieren el anonimato hablan incluso de 31 fallecidos desde el sábado 9 hasta el martes 12 de enero".
En este mismo espacio otro informante señalaba que los enfermos del citado hospital no tenían "colchones para dormir ni frazada [manta] para taparse" y que de hecho los fallecidos "estaban durmiendo en el suelo".
También apuntan, en un mensaje del 13 de enero de 2010, un día antes de que la noticia saltase a los medios, que tras las muertes "se movilizo aquello, se metió la seguridad y dicen que ya aparecieron colchones, frazadas y la comida mejoró y en las noches les están dando chocolate caliente".
Mientras que el régimen apunta a una "negligencia" que hizo que el hospital no estuviese preparado para las excepcionalmente bajas temperaturas que se dieron en la isla en los días de los hechos, otras informaciones y testimonios de cubanos de la zona apuntan a que trabajadores del hospital desviaron los suministros, ya de por sí escasos, destinados a los enfermos: "Se trapicheaba con todo: comida, ropa, colchas, incluso de ese hospital salieron refrigeradores, ventiladores y muchos otras cosas".
A pesar de que el régimen sí ha filtrado que el juicio se celebró en los últimos días, se ha sabido muy poco sobre la investigación llevada a cabo y tampoco se conocen los nombres o el número de acusados.
En declaraciones a distintos medios algunos de los familiares de los fallecidos reconocían que "no sabemos nada, nada más que fuimos citados". BBCMundo recoge también el testimonio de uno de los implicados, un cocinero, acusado al parecer de robar alimentos.
Elizardo Sánchez, presidente de la opositora Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional (CCDHRN) que denunció el caso, afirma por su parte que la mayor parte de los inculpados son "personas que no podían decidir sobre la reparación de las ventanas o que los enfermos fueran correctamente abastecidos".
La CCDHRN señaló en su momento que además de la ausencia de ropas, colchones o mantas y de la más que deficiente alimentación de los enfermos había en el psiquiátrico multitud de ventanas rotas, lo que obviamente fue letal durante la ola de frío.
Además, denunció que las autoridades se niegan a aceptar "la cooperación de la Cruz Roja Internacional ni el escrutinio de otras ONGs especializadas" cuya presencia habría podrido evitar que la situación llegase a ese punto de deterioro.
El caso, que como tantas otras noticias sobre Cuba pasó más que desapercibido en nuestro país, supone un brutal desmentido de uno de los grandes mitos con el que se sigue tratando de intoxicar a la opinión pública occidental: la excelencia del sistema de salud cubano, un sistema que en realidad y como todo en la isla se ha hundido a niveles absolutamente tercermundistas tras cinco décadas de dictadura comunista. (Seleccionado de la web española de Libertad Digital, del 24-01-11)
También apuntan, en un mensaje del 13 de enero de 2010, un día antes de que la noticia saltase a los medios, que tras las muertes "se movilizo aquello, se metió la seguridad y dicen que ya aparecieron colchones, frazadas y la comida mejoró y en las noches les están dando chocolate caliente".
Mientras que el régimen apunta a una "negligencia" que hizo que el hospital no estuviese preparado para las excepcionalmente bajas temperaturas que se dieron en la isla en los días de los hechos, otras informaciones y testimonios de cubanos de la zona apuntan a que trabajadores del hospital desviaron los suministros, ya de por sí escasos, destinados a los enfermos: "Se trapicheaba con todo: comida, ropa, colchas, incluso de ese hospital salieron refrigeradores, ventiladores y muchos otras cosas".
A pesar de que el régimen sí ha filtrado que el juicio se celebró en los últimos días, se ha sabido muy poco sobre la investigación llevada a cabo y tampoco se conocen los nombres o el número de acusados.
En declaraciones a distintos medios algunos de los familiares de los fallecidos reconocían que "no sabemos nada, nada más que fuimos citados". BBCMundo recoge también el testimonio de uno de los implicados, un cocinero, acusado al parecer de robar alimentos.
Elizardo Sánchez, presidente de la opositora Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional (CCDHRN) que denunció el caso, afirma por su parte que la mayor parte de los inculpados son "personas que no podían decidir sobre la reparación de las ventanas o que los enfermos fueran correctamente abastecidos".
La CCDHRN señaló en su momento que además de la ausencia de ropas, colchones o mantas y de la más que deficiente alimentación de los enfermos había en el psiquiátrico multitud de ventanas rotas, lo que obviamente fue letal durante la ola de frío.
Además, denunció que las autoridades se niegan a aceptar "la cooperación de la Cruz Roja Internacional ni el escrutinio de otras ONGs especializadas" cuya presencia habría podrido evitar que la situación llegase a ese punto de deterioro.
El caso, que como tantas otras noticias sobre Cuba pasó más que desapercibido en nuestro país, supone un brutal desmentido de uno de los grandes mitos con el que se sigue tratando de intoxicar a la opinión pública occidental: la excelencia del sistema de salud cubano, un sistema que en realidad y como todo en la isla se ha hundido a niveles absolutamente tercermundistas tras cinco décadas de dictadura comunista. (Seleccionado de la web española de Libertad Digital, del 24-01-11)