Si la celda hubiera estado ubicada en una país capitalista, diversas organizaciones Defensoras de Derechos Humanos (de los zurdos), los medios en general, estudiantes, núcleos de obreros, organizaciones de países europeos e intelectuales hubieran alzado su voz de protesta, contra "el régimen genocida" que permitió esta muerte. Pero, lamentablemente para la víctima, no es así. Orlando Zapata Tamayo, cuyo único "delito" fue no compartir la misma opinión de quienes gobiernan Cuba, falleció luego de dolorosos 85 días de ayuno, en protesta por la injusticia que significa estar privado de su libertad, por disentir. ¿Donde se encuentran en este momento los progresistas? En la Argentina, al parecer, cumplen funciones vernáculas. No les interesa que en otro país, un semejante, por la sola circunstancia de disentir haya sido condenado a la pena de 36 años de prisión. Creo que los progre no protestan ya que se reservan para defender, en la Argentina, a cualquier lacra social, la hez, la escoria con la condición de que profese la ideología que ellos veneran, cual religión laica. Pasan por alto que el asesinado, ya que realmente es un atentado a la vida de la víctima, figura en las listas de Amnistía Internacional, desde hace 6 años. No gozará de ninguna de las prebendas que el Estado argentino brinda a quienes atentaron contra él.
¿Y el respeto de los derechos humanos de Zapata Tamayo? ¿Y las garantías que el Estado cubano debe brindar a los alojados en las instituciones penales, conforme los tratados firmados por Cuba? O en Cuba no se respetan tales derechos. Y si fuera así ¿nuestro gobierno no da muestras acabadas de simpatía y amistad hacia los Castro? Salvo que a nuestros gobernantes no les interese el respeto irrestricto de los derechos humanos, cuando las víctimas son adversarios ideológicos ...
En cuanto a la noticia de que Lula visitará a Castro, con el propósito de expresarle su apoyo, tal actitud es reveladora de la hipocresía que domina tal acto. A Lula, al parecer, no le interesa que el gobierno cubano desprecie los derechos humanos de sus adversarios políticos. Posiblemente no tiene tiempo como para ocuparse de los disidentes cubanos. Ocupa gran parte de su tiempo intentando que su sucesor o sucesora, encuentran la llave de apertura de la puerta, a los juicios contra los militares brasileños. O que su partido el PT, se radicalice aproximándose al chavismo.
"El preso político cubano Orlando Zapata Tamayo ha muerto este martes por la noche en un hospital de La Habana, tras 85 días en huelga de hambre para pedir que se le tratara como "prisionero de conciencia". Zapata, albañil de 42 años, es uno de los 75 disidentes detenidos en la Primavera Negra de 2003, tiene varias condenas que suman 36 años y engrosa desde 2004 la lista de prisioneros de conciencia de Amnistía Internacional .
La noticia de la muerte de Zapata ha sido confirmada por la página web del Directorio Democrático cubano.
Orlando Zapata, en prisión desde el 20 de marzo de 2003, había sido trasladado al hospital Amejeiras desde un centro médico para reclusos de la capital cubana después de que su salud empeorase tras 85 días de huelga de hambre.
Orlando Zapata era uno de los disidentes más castigados por el régimen castrista . Desde 2002, había sido detenido en varias ocasiones por su activismo en el campo de los derechos humanos. Su última captura se produjo el 20 de marzo de 2003, mientras participaba en un ayuno para pedir la libertad de varios compañeros, entre ellos el médico Óscar Elías Biscet. A la condena inicial a tres años por "desacato a la figura del Comandante [Fidel Castro]" se fueron agregando otras sentencias en cinco procesos judiciales sin garantías, que elevaron la condena a un total de 36 años. Desde entonces, Zapata estuvo sometido a constantes cambios de prisión, palizas y régimen de aislamiento.
Zapata participó también en el llamado Proyecto Varela, una iniciativa ciudadana para reformar la Constitución e impulsar la apertura democrática -y que acabó con buena parte de los activistas en prisión-.
La muerte Orlando Zapata coincide con la llegada a La Habana del presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva , para apoyar al Gobierno cubano antes de abandonar el poder. En la agenda de Lula no hay programados encuentros con los disidentes cubanos, a pesar de la petición enviada al presidente brasileño por un grupo de 50 presos políticos para que intercediese por ellos ante Raúl Castro." (Seleccionado de la web española del diario El País del 24-02-2010)