Mientras que en la Argentina, se intenta despenalizar la tenencia de marihuana, específicamente, en Gran Bretaña, el gobierno desoyendo los consejos de un Comité Asesor laxo en tal sentido, estimó que no se debe renunciar al endurecimiento de las sanciones, para tal tipo penal. Es evidente que solamente en lo que se refiere a la persecución a quienes violaron los derechos Humanos, nuestro país, se distingue en el cumplimienti meticuloso de las normas internacionales. Es decir, ingresa en la globalización, irrestricta. Ahora, en lo que se refiere a otros temas, que no sean éstos, para la Argentina la globalización no existe. Nuestro país, en forma inmoral, juega con las cartas marcadas. El diario digital El Mundo, en su sección salud, del 8 de abril de 2008, nos informa a tales efectos: "LONDRES MADRID.- El Gobierno británico ha decidido ignorar las recomendaciones en las que los expertos le aconsejaban renunciar al endurecimiento de la normativa sobre el cannabis y elevará su categoría de clase C a clase B, lo que podría conllevar una penas máximas de cinco años de prisión para los consumidores.
El comité que asesoró al Gobierno, que estaba formado por jueces, policías, médicos y abogados, pretendía que la legislación sobre esta sustancia permanecería dentro de la clase C, algo que sucede desde 2004, donde la pena máxima por posesión es de dos años.
El informe elaborado por estos asesores indicaba la existencia de "una relación causal probable, aunque débil, entre el consumo de cannabis y las enfermedades psicóticas, incluida la esquizofrenia", y añadía que, tomada la población en su conjunto, su contribución a la aparición de esas condiciones era mínima.
La confirmación, de la que se ha encargado la ministra del Interior, Jacquie Smith, zanja la polémica generada por el propósito del Ejecutivo contrario a la opinión de sus propios asesores en materia de drogodependencias y responde, según ella, a la "preocupación" creciente ante el empleo "alarmante" que se ha detectado del 'skunk', una variante del cannabis casi tres veces más potente que la que había en 1995 y que representa ya el 80% aproximadamente de la droga confiscada en las calles por la policía.
En este sentido, declaró que el refuerzo de la normativa contra esta droga aspira a reducir el "riesgo para el futuro de la salud de la gente joven", incluso pese a que el Consejo Asesor sobre el Abuso de Drogas (ACMD, en sus siglas en inglés) concluyó en un informe que los peligros que entraña su consumo no justifican su inclusión en una categoría superior.
No obstante, en una intervención en el Parlamento, Smith ha declarado que el Gobierno está dispuesto a "pecar de prudente", si bien la apuesta, que entraría en vigor a principios de 2009, tendrá que contar con la aprobación de la Cámara de los Comunes. "Hay una razón que impele a actuar ahora en vez de arriesgar la salud de los jóvenes", señala, tras lo que ha advertido: "No me voy a disculpar por ello, no estoy preparada para el 'esperar y ver'".
En respuesta al anuncio de la ministra laborista, el portavoz de Interior de la oposición conservadora, David Davis, ha dicho que, al dar marcha atrás, el Gobierno demuestra que se equivocó en su momento al incluir el cannabis en el grupo C.
Por el contrario, su colega del Partido Liberal, Chris Huhne, ha acusado al primer ministro, Gordon Brown, de hacer caso omiso a la recomendación del comité de expertos y ha declarado que debía despedirlos y nombrar a un consejo asesor de "directores de tabloides", en alusión a la campaña de algunos periódicos sensacionalistas contra la marihuana.
Por encima de los grupos B y C está el A, el más peligroso, que incluye la heroína, la metadona, la cocaína, el LSD o las anfetaminas y cuya posesión puede castigarse con un máximo de siete años de cárcel y multa.
La media de edad a la que los jóvenes se inician en el consumo del 'skunk' figura en los 13 años, con cantidades que igualan a las que ingieren de alcohol y, según el ACMD, con "serias consecuencias para su salud mental".
El comité que asesoró al Gobierno, que estaba formado por jueces, policías, médicos y abogados, pretendía que la legislación sobre esta sustancia permanecería dentro de la clase C, algo que sucede desde 2004, donde la pena máxima por posesión es de dos años.
El informe elaborado por estos asesores indicaba la existencia de "una relación causal probable, aunque débil, entre el consumo de cannabis y las enfermedades psicóticas, incluida la esquizofrenia", y añadía que, tomada la población en su conjunto, su contribución a la aparición de esas condiciones era mínima.
La confirmación, de la que se ha encargado la ministra del Interior, Jacquie Smith, zanja la polémica generada por el propósito del Ejecutivo contrario a la opinión de sus propios asesores en materia de drogodependencias y responde, según ella, a la "preocupación" creciente ante el empleo "alarmante" que se ha detectado del 'skunk', una variante del cannabis casi tres veces más potente que la que había en 1995 y que representa ya el 80% aproximadamente de la droga confiscada en las calles por la policía.
En este sentido, declaró que el refuerzo de la normativa contra esta droga aspira a reducir el "riesgo para el futuro de la salud de la gente joven", incluso pese a que el Consejo Asesor sobre el Abuso de Drogas (ACMD, en sus siglas en inglés) concluyó en un informe que los peligros que entraña su consumo no justifican su inclusión en una categoría superior.
No obstante, en una intervención en el Parlamento, Smith ha declarado que el Gobierno está dispuesto a "pecar de prudente", si bien la apuesta, que entraría en vigor a principios de 2009, tendrá que contar con la aprobación de la Cámara de los Comunes. "Hay una razón que impele a actuar ahora en vez de arriesgar la salud de los jóvenes", señala, tras lo que ha advertido: "No me voy a disculpar por ello, no estoy preparada para el 'esperar y ver'".
En respuesta al anuncio de la ministra laborista, el portavoz de Interior de la oposición conservadora, David Davis, ha dicho que, al dar marcha atrás, el Gobierno demuestra que se equivocó en su momento al incluir el cannabis en el grupo C.
Por el contrario, su colega del Partido Liberal, Chris Huhne, ha acusado al primer ministro, Gordon Brown, de hacer caso omiso a la recomendación del comité de expertos y ha declarado que debía despedirlos y nombrar a un consejo asesor de "directores de tabloides", en alusión a la campaña de algunos periódicos sensacionalistas contra la marihuana.
Por encima de los grupos B y C está el A, el más peligroso, que incluye la heroína, la metadona, la cocaína, el LSD o las anfetaminas y cuya posesión puede castigarse con un máximo de siete años de cárcel y multa.
La media de edad a la que los jóvenes se inician en el consumo del 'skunk' figura en los 13 años, con cantidades que igualan a las que ingieren de alcohol y, según el ACMD, con "serias consecuencias para su salud mental".
No hay comentarios:
Publicar un comentario