Vistas de página en total

miércoles, 8 de abril de 2009

Venezuela Rumbo a la Catástrofe Roja y Argentina en Lista de Espera



No es la primera vez que, desgraciadamente, efectuamos íntimamente, una comparación entre Venezuela y la Argentina. Hace décadas, nuestro país salía favorecido en esta comparación. La corrupción imperante en Venezuela, que ha tenido políticos pésimos e indignos de haber nacido allí, motivó que apareciera, cual Mesías, el militar Hugo Chávez. Antes de alcanzar democráticamente el Poder, participó en una asonada, con suerte adversa. Pero, la pérfida y corrupta democracia, posiblemente debido a que tenía otros intereses en la mira, no advirtió que se engendraba un monstruo y lo dejaron en libertad. Resurgió cual Ave Fénix Roja y accedió a la primera magistratura. A partir de ese momento, es imposible no seguir comparando ambos países, ya que de esta forma se entiende como estamos, y a donde vamos. El destino final de nuestra amada Argentina, pergeñado por el régimen "K", es indudablemente el del Partido Unico. El llamado unicato, el Unicato Rojo. No se llamará Partido Comunista, ya que después de la caída del Muro de Berlín, en el único lugar donde se les creé algo es allí, en Venezuela y en otros pocos países. Incluyo a la Argentina mendiga. Pero esta creencia se sustenta en el mangazo. Necesitamos de Tío Rico Rojo. Cuando ya no necesitemos de él o cuando no haya mas dinero para prestar usurariamente, no sé que pasará. Creo que las relaciones serán menos cordiales. Pero el punto final seguirá siendo el mismo: el desastre. Veamos la opinión de un distinguido empresario. Atención UniónIndustrial Argentina. Terminan con su cobarde y despreciable actitud. Basta de sobar el lomo a K. Vean el peligro que corren. Se lo pronostica un colega venezolano: "Ningún Gobierno venezolano se había antes dedicado a acabar con la infraestructura y con el aparato productivo. Habíamos tenido presos políticos, perseguidos y exilados, hasta asesinados y torturados, pero el país seguía funcionando. Dictadores y presidentes favorecían a sus amigos y acólitos, pero solían estimular el empleo, las inversiones extranjeras, la producción agropecuaria, la industria y el comercio.

Hugo Chávez, por el contrario, ha instaurado un tipo de Gobierno totalmente diferente: la "dictadura democrática", donde todos los poderes e instituciones públicas son genuflexas a su mandato. Aprovechando todo ese poder, no sólo viola abiertamente la Constitución, sino que lo hace con la aprobación y el beneplácito de instituciones que deberían controlarlo. Ya no tenemos puntos de referencia. No reconocemos al país donde nacimos. A ningún mandatario se le había ocurrido cambiarle el nombre a la nación, cambiar la moneda, cambiar la bandera y cambiar hasta la hora. Sólo falta que nos cambie el himno nacional y el idioma, aunque parece estar en camino de esto último con su vocabulario y vulgares expresiones.

Nuestro aliado ya no es Estados Unidos sino Cuba, Irán y Sudán. Lograr éxito sin la venia del Gobierno es malo. Las escuelas publicas y privadas adoctrinan a las nuevas generaciones con esa nueva ideología, suerte de refrito tropical de marxismo, castrismo y caudillismo. Ser "blanco" es ahora un estigma y motivo de discriminación social y gubernamental en Venezuela.

Asimismo, Chávez ha acabado con el sector agropecuario. Nadie invierte en el campo, sólo el Estado. Acabó con las inversiones extrajeras, a menos que provengan de China, Irán, Cuba o Bolivia. Acabó con la industria privada y los empresarios que quedan operan con permiso y supervisión estatal o están a la espera de alguna intervención o expropiación. La gran mayoría del empresariado no-chavista ahora se dedica al comercio, importando bienes que pueden vender rápidamente, en un mercado controlado por el Estado, y con divisas que el mismo Gobierno otorga, o –de lo contrario– se dedican a conseguir contratos con sus amigos chavistas.

La nación que conocimos como Venezuela desaparece. Chávez sigue la misma política que aplicó Fidel Castro a partir de 1960. Así vemos el éxodo de profesionales y de quienes aspiran a un futuro mejor para sus hijos. Otros se resignan a bajar la cabeza, mientras esperan alguna insurrección militar que los libere. Mientras tanto, observamos con gran tristeza la destrucción de nuestra sociedad y de nuestro país.".Nota de Francisco Herrera Terán,, un empresario venezolano. (Seleccionado de la web española de Libertad Digital, del 09-04-09)


No hay comentarios: