Según nos informa el diario La Nación, del 24-04-09 el ministro de Trabajo Carlos Tomada, expresó que: "En España se están produciendo 6 mil despidos diarios. Estados Unidos perdió casi 5 millones de puestos de trabajo en los últimos 9 meses y, en cambio, los resultados de las políticas activas en la Argentina indican otra cosa. Se ha mantenido el nivel de actividad y todo ello arrojó resultados positivos", dijo. Al respecto, Tomada defendió "enfáticamente" la acción y la gestión del gobierno nacional y aseguró que "las políticas de inserción laboral, especialmente de los jóvenes, continuarán".
Es evidente que el ministro no se encuentra suficientemente informado, al respecto. Los despidos que se están produciendo en España, no ascienden a 6 mil diarios como él dice, sino que ascienden a 8.606 puestos de trabajo diarios. Tal actitud de los empresarios españoles no tiene su origen en circunstancias coyunturales, sino que a su vez es debida al deterioro de la actividad económica, en general, y en el propio país. Preocupa que el señor ministro ideologice tal circunstancia. Mientras no siga en ascenso la curva de los despidos, será para mirar con prudencia lo que está sucediendo. Empero, lo que sucede en el hemisferio Norte, en lo que el ministro denomina “países del norte”, no debe servir para burlarnos de la desgracia ajena, ya que se trata de un problema que, quiéralo o no el ministro, irá bajando al sur, en forma paulatina. Hace poco la Presidente tomó en solfa lo que ella llamó el “efecto jazz”. Actuó de esa forma, posiblemente debido a su absoluto desconocimiento, acerca de la problemática que significa el tratar de conservar las fuentes de trabajo, y como se debe actuar para ello. No es con grandes discursos que se debe actuar. Nuestro país saldrá del problema inminente, de acuerdo a quien guíe el timón de la Nación. No necesitamos insistir en que, para resolver un problema, el primer paso consiste en reconocer su existencia. Si fatuamente, se insiste en que estamos alejados del Mundo, efectivamente seguiremos alejados del Mundo, pero con todas sus nefastas consecuencias.
Recordemos esa frase, que viene de perillas: “Para quien no sabe timonear, ningún viento es bueno…”. La nota que adjuntamos, nos permitirá ingresar al problema que enfrenta España y comparar la conducta adoptada por sus autoridades, con la adoptada por las nuestras, con lo que sacaremos las conclusiones del caso.
“La luz al final del túnel que veía el pasado miércoles en el Congreso de los Diputados el presidente Zapatero era, en realidad, otro tren que viene de frente y por la misma vía. Los datos publicados esta mañana por el Instituto Nacional de Estadística reflejan una pérdida sin precedentes de puestos de trabajo. Probablemente haya que mirar a los años 20, en la República de Weimar, para encontrar una situación similar en Europa.
Durante el primer trimestre de este año, y según la Encuesta de Población Activa (EPA), se han perdido nada menos que 766.000 empleos, lo que significa -en términos anuales- que se ha alcanzado un ritmo de destrucción de empleo del 6,43%, la tasa más alta de la reciente historia económica de España. Dicho en otros términos, en los tres primeros meses del año se han destruido cada día 8.606 puestos de trabajo. En términos anuales los datos son, igualmente, significativos. La economía española ha destruido en los últimos 365 días nada menos que 1,31 millones de puestos de trabajo, lo que significa que en estos momentos trabajan 19,09 millones de personas.
Las cifras son verdaderamente espectaculares y reflejan el progresivo deterioro de los indicadores macroeconómicos, hasta el punto de que el paro ha rebasado ya la cifra de los cuatro millones de desempleados.
(…) Esto significa, ni más ni menos, que los 802.800 nuevos parados que se registraron entre enero y marzo no pueden achacarse al aumento de españoles que quieren trabajar, sino a la destrucción pura y dura de puestos de trabajo. Con estos datos, y dado que la productividad debe estar creciendo en torno al 2%, esto significa que la economía habrá caído en el primer trimestre del año alrededor de un 4%, sin duda el mayor desplome desde que España abandonó la autarquía, en 1959.
En variación interanual, la ocupación baja en 692.300 en construcción (–26%), en 413.300 en la industria (–12,47%), en 25.900 en la agricultura (–3%) y 180.000 en los servicios (–1,33%).
En cuanto a la calidad del empleo, la EPA muestra que el número de asalariados con contrato indefinido sube en 63.400 y se sitúa en 11.817.300. Los asalariados con contrato temporal descienden, por el contrario, en 528.500 personas, hasta un total de 4.025.700. Mientras que la tasa de temporalidad se sitúa en el 25,4%, con un descenso de 2,5 puntos respecto al trimestre precedente. Esto significa que el ajuste se está cebando en los contratos más precarios, mientras que los que tienen empleo fijo capean mejor el temporal, fundamentalmente en el sector público.
La Encuesta de Población Activa, por último, indica que el desempleo crece en 524.700 personas entre los españoles y en 278.100 entre los extranjeros. La tasa de paro de los españoles es del 15,2% (2,7 puntos mayor que la del trimestre anterior) y la de los extranjeros del 28,4% (7,1 puntos más)”. (Seleccionado de la Web española Cotizalia, del 24-04-09)
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