Desde hace unos meses corre un rumor: se dice que vamos a restablecer relaciones con el F.M.I., lo que generalmente es desmentido por el actual gobierno argentino, puesto que por razones ideológicas se empecinan en "hacer rancho aparte", compartiendo las desgracias con los países mas pobres y huyendo de la globalización como de una epidemia de dengue. El asunto es que, actualmente, se estaría analizando la reentrada al citado organismo internacional. Lo único que falta, para dar el sí es inventar un pretexto cualquiera, que no haga quedar mal a quienes sostuvieron públicamente que es preferible hundirse antes de pedir una ayuda al maldito Fondo monetario, nido de los capitalistas herejes. En una web española, se dieron a conocer los resultados de la Conferencia del G-20. entre las grandes potencias económicas y los países emergentes. Se resolvió, sugestivamente o casualmente, que la mital del total de UN BILLON DE DOLARES a inyectar con el fin ayudar a recuperar el crecimiento, iba a ser entregado al Fondo Monetario Internacional, para que a su vez ayude a los países en problemas. Todo, por supuesto, monitoreado por el propio Fondo. Así que, Argentina si querés reconciliarte, no basta la mera cohabitación: hay que expulsar a Moreno, dejar de hacer dibujos con las estadísticas, devaluar si corresponde y, contrariamente a lo que se dice, habrá que devaluar, - después de las próximas elecciones como es lógico- como lo hicieron nuestros vecinos. Dice la nota de este prestigioso medio económico:
"El presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, mostró hoy su satisfacción por el acuerdo alcanzado en el G-20 para fijar las bases de un nuevo orden financiero y estimó que la cumbre generará la confianza necesaria para que la recesión "toque fondo" en el segundo semestre del año.
En la rueda de prensa con la que cerró su participación en la reunión de las potencias económicas y de los principales países emergentes, Zapatero anunció que España contribuirá con alrededor de 4.000 millones de euros a los nuevos recursos con los que se dotará al Fondo Monetario Internacional para ayudar a los países en desarrollo que necesiten financiación.
Zapatero consideró que España, después de las cumbres de Washington y de Londres, ha consolidado su posición en el G-20 como "una potencia en el ámbito internacional" y se mostró convencido de que el país volverá a ser invitado a la próxima reunión, anunciada para otoño en Estados Unidos.
El primer ministro británico, Gordon Brown, anunció hoy la inyección de un billón de dólares adicionales para recuperar el crecimiento de la economía mundial, de los que la mitad, 500.000 millones, se destinarán al Fondo Monetario Internacional (FMI), que verá así triplicados sus recursos, hasta llegar a los 750.000 millones de dólares, tras el acuerdo alcanzado en la cumbre del G-20, celebrada hoy se celebró en Londres.
En la rueda de prensa de presentación de las conclusiones de la cumbre, que comenzó media hora más tarde de lo previsto, Brown confirmó que los líderes mundiales se comprometieron a articular un nuevo sistema de regulación internacional y adoptar "cualquier acción que sea necesaria" para recuperar la senda de crecimiento.
En su intervención, el mandatario declaró hoy es "el día que el mundo se unió contra la recesión, no con palabras, sino con un plan de recuperación y un claro calendario", pese a la división con la que había arrancado esta misma mañana debido a las diferencias entre el eje franco-alemán, que denunciaba la falta de compromisos concretos para incrementar la supervisión financiera, y las demandas de Estados Unidos de aprobar nuevos planes de estímulo.
En este sentido, finalmente ha triunfado la tesis de la mayoría de los países europeos, que abogaban por la contención del gasto si bien, como recordó Brown, los paquetes aprobados hasta ahora por la mayoría de los países han dejado como resultado "una expansión fiscal sin precedentes" que supondrá un importe total de cinco billones de dólares a final del próximo año y que, según dijo, se materializará en la creación de 20 millones de puestos de trabajo. "Las cuestiones que la gente pensaba que nos dividía no eran tal", aseguró.
Pese a las diferencias de criterio entre el incremento de gasto público reclamadas por Barack Obama, quien ayer mismo advirtió de que Estados Unidos no puede ser el único "motor" para la recuperación del crecimiento, Brown subrayó que en la negociación de hoy "había un sustancial acuerdo en hacer lo que sea necesario para salir de esto".
Con todo, el anfitrión de este G-20 anunció la celebración de la próxima cumbre para antes de que acabe este año, con el objetivo de revisar el impacto de las medidas aprobadas, que verán cómo el billón de dólares que suman en total los acuerdos de este 2 de abril se reparten entre los 500.000 millones que se destinarán a triplicar los fondos del FMI y 250.000 millones en los conocidos como Derechos Especiales de Giro.
Además, a través de las instituciones internacionales y los bancos regionales de desarrollo se canalizarán otros 250.000 millones de dólares para estimular el comercio, una de las claves de la recuperación, según Brown, quien expresó su confianza en la reactivación de las negociaciones de la Ronda de Doha. "Éste es un ejemplo de cómo trabajamos juntos, con estímulos y nuevas inversiones para evitar que la recesión vaya a más", reivindicó.
El mandatario británico, quien en esta cita tenía en juego uno de los últimos recursos ante las elecciones que deberá convocar el próximo año, aseguró que los miembros del G-20 "harán lo necesario para salir de estos tiempos difíciles" y adoptar las decisiones para "permitir a las economías avanzar más rápido, hacer frente a los problemas y reconstruir la confianaza en el sistema financiero.
Una cuestión relacionada con una de las grandes apuestas de la jornada, como es la revisión del modelo financiero a partir de la reforma del sistema bancario, se aborda, según Brown, por primera vez de forma integral, con el objetivo de que "el secretismo llegue a su fin". Para ello, se acotará terreno a los 'hedge funds', se implementarán las agencias de calificación de riesgos y se creará una junta de estabilidad financiera que "asegurará la cooperación entre fronteras" y evitará los riesgos de la economía a partir de mecanismos de alerta temprana.
Al respecto, Brown descargó en el FMI la función de "monitorizar" el correcto funcionamiento del sistema, con el objetivo de detectar fallos y garantizar que no se vuelve a producir una crisis como la actual. Asimismo, hubo consenso en la necesidad de acabar con los paraísos fiscales que no comulgan con los principios establecidos por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo en Europa (OCDE): "Es el principio del fin de los paraísos fiscales, porque cada vez más los países se suman a los criterios que imperan en el ámbito internacional".
De igual modo, el G-20 se ha comprometido a tratar de limpiar los activos tóxicos de la banca y garantizar un esquema regulador en el sistema bancario que ponga límite a los polémicos 'bonus' y a la cultura de "la recompensa por el fracaso", si bien no especificó la fórmula bajo la que operará este sistema. Además, los socios se comprometieron a evitar el proteccionismo, advirtiendo a los países que recurran a barreras al comercio aprovechando la crisis.
"Nuestro objetivo es dar a la gente más confianza en el sistema bancario y asegurar que tiene mayores probabilidades de continuar sin grandes perjuicios frente a este huracán que nos ha afectado a todos", explicó, si bien concluyó: "No hay solución rápida, pero sí la deteminación hacer lo que esté en nuestra mano superar la crisis, inyectar recursos en la economía, crear empleo y garantizar que los negocios se expandan".
El presidente francés, Nicolas Sarkozy, se mostró "verdaderamente feliz" del resultado de la cumbre del G-20 y destacó que era "emotivo" ver a los diferentes países ponerse de acuerdo sobre "medidas tan precisas" para hacer frente a la crisis.
"Va más allá de lo que hubiéramos imaginado", admitió el mandatario galo, que en vísperas de la reunión había amenazado con levantarse de la silla si no se acordaban medidas concretas para regular el sistema financiero internacional. Sarkozy ha logrado uno de sus principales objetivos: la elaboración de una lista de paraísos fiscales.
En la rueda de prensa celebrada al término de la cumbre, subrayó, en primer lugar, que los Jefes de Estado y de Gobierno han decidido reformar "en profundidad" la organización financiera internacional, algo que "no se había hecho jamás hasta este punto desde los acuerdos de Bretton Woods en 1945".
"Nos hemos puesto de acuerdo en una estrategia de salida de la crisis económica mundial, la más grave de los últimos setenta años", continuó Sarkozy, quien no ocultó que hubo "tensiones" hasta "hace media hora".
El presidente francés rindió homenaje a la labor "honesta" del primer ministro británico y a la postura del presidente norteamericano, Barack Obama, que le ayudó, dijo, a convencer a China para acordar la elaboración de una lista de paraísos fiscales, un asunto que fue objeto de un debate "fuerte", en palabras de Sarkozy.
Por otro lado, anunció que ha propuesto que se celebre una tercera reunión del G-20 coincidiendo con la Asamblea General de Naciones Unidas en Nueva York, iniciativa que ha sido aceptada, para evaluar el resultado de las medida operativas acordadas hoy. (Seleccionado de la web española de Cotizalia del 02-04-09)