Advertimos sí que Hebe Pastor de Bonafini, en realidad es Presidenta de una asociación denominada “Madres de Plaza de Mayo”. La citada asociación, sin fines de lucro por cierto, se encargó a su vez de constituir una fundación con el nombre de “Fundación Madres de Plaza de Mayo”, la que registraría personería jurídica por Resolución 1357 del 26 de diciembre de 2005, emanada de la Inspección General de Justicia. A su vez la fundación aludida resolvió crear la “Universidad Popular de Madres de Plaza de Mayo”, para lo cual efectuó oportunamente una presentación ante los organismos estatales solicitando autorización para su funcionamiento. En consecuencia, es incierto que los imputados Schoklender hayan sido apoderados de esa Universidad Popular, como erróneamente se consigna. Posiblemente fueron apoderados de la Fundación, que no es lo mismo. Y quien eventualmente es damnificada es la “Fundación Madres de Plaza de Mayo” y no la “Universidad Popular de Madres de Plaza de Mayo”. Esta última no se dedica a la construcción sino a sus fines específicos. El Estado nacional y los Estados provinciales y eventualmente algunos municipios trataron con la Fundación y no con la Universidad ni con la asociación antes citada.
“VISTO el expediente Nº 16.858/07 del entonces MINISTERIO DE EDUCACIÓN, CIENCIA Y TECNOLOGIA, iniciado por la Fundación Madres de Plaza de Mayo, y CONSIDERANDO:
En el marco de las Disposiciones Transitorias se consigna que la actual Presidenta de la Fundación Madres de Plaza de Mayo, Hebe María Pastor de Bonafini, será designada Rectora Honoraria de la UPMPM, “distinción de carácter exclusivamente honorífico de acuerdo a su extensa trayectoria ética, política y educativa, ampliamente reconocida tras más de 30 años de lucha, tanto por gobiernos y pueblos del mundo como por universidades europeas, latinoamericanas y argentinas, reconocimiento académico que culmina con la Laura Honoris Causa, concedida por las autoridades académicas de la Universidad de Bologna”. …
Complementando lo afirmado anteriormente, reproducimos la parte pertinente de los fundamentos dados ante un Proyecto de pedido de informes, originado en la diputada nacional Laura Alonso, a solicitar en relación a este evento delictivo: “La ley 22.315 otorga competencia a la Inspección General de Justicia para ejercer la fiscalización de las asociaciones civiles y de las fundaciones, entre otros tipos societarios. Tal como se establece en aquella ley, corresponde a la IGJ aplicar la ley 19.836 que regula la organización y funcionamiento de las fundaciones, y las disposiciones del Código Civil atinentes a las asociaciones civiles. La Resolución General 7/2005 de la IGJ reglamenta los procedimientos de control aplicables en ejercicio de la legislación mencionada.
Tal como ha sido difundido en los últimos días, se han podido verificar serias irregularidades en la ejecución de obras públicas puesta a cargo de la Fundación Madres de Plaza de Mayo, tomando estado público también la cantidad y volumen de transferencias del Tesoro Nacional hacia la mencionada fundación y a la Asociación Madres de Plaza de Mayo, lo cual ha generado interrogantes acerca de los mecanismos de auditoría, control y fiscalización del uso de dichos aportes, y si ello resulta compatible con los objetos sociales de las entidades. En tal sentido, resulta imprescindible que en el presente contexto de incertidumbre y sospecha en relación con entidades que revisten gran importancia en la sociedad civil, por la altísima jerarquía de la causa por la que fueron creadas, la ciudadanía argentina, representada en esta Honorable Cámara, tome intervención en orden a esclarecer el uso de los fondos públicos realizado por la Fundación Madres de Plaza de Mayo o Asociación Madres de Plaza de Mayo. …”. Adviértase que no figura para nada, la Fundación Universidad Popular Madre de Plaza de Mayo…
Señala la web www. Punto de Equilibrio.com -edición digital del 11-06-2011 “Entre el 2005 y este año, el Gobierno le dio a Schoklender, a través de la fundación de las Madres de Plaza de Mayo, 765 millones de pesos con los cuales se contrataron obras sin licitación pública y sin controles como los de la SIGEN y la Auditoría General de la Nación.”. Advertimos que se evidencia cierto apuro ya que a la Fundación Madres de Plaza de Mayo le fue otorgada personería jurídica por Resolución 1357 del 26 de diciembre del 2005. A buen entendedor…
“Los documentos en poder de La Nación reflejan lo que gobernadores e intendentes admitían sin el grabador prendido: la orden expresa del gobierno era contratar a las Madres. Si así ocurría, ellos cobrarían sin demoras y las casas iban a estar hechas a tiempo. En algunos de esos convenios, además, se pagaron, según lo presupuestado hace 13 meses, 463.000 pesos, por ejemplo, por cada vivienda en Villa Lugano de 70 metros cuadrados, amueblada y equipada con heladera.
Un convenio en el que expresamente se refleja que las obras debían hacerse mediante una contratación directa con la Fundación Madres de Plaza de Mayo es el suscripto el 13 de abril de 2010 entre Fatala y la Corporación del Sur, un organismo de la ciudad de Buenos Aires, presidido por Humberto Schiavoni.
En ese Convenio Único de Colaboración y Transferencia se acordó la financiación de la construcción de obras en el Elefante Blanco, de la villa 15, Ciudad Oculta, en Villa Lugano. Esas obras se habían iniciado dos años antes, pero quedaron por la mitad. Se habían levantado sólo 72 viviendas y restaba hacer otras 96. En la cláusula octava del convenio se recuerda que ya en 2008 cuando se acordó la realización de las obras entre la ciudad y la Nación, la Fundación Madres de Plaza de Mayo era la "responsable exclusiva" de la "administración y ejecución de la obra".
Y en el contrato de obra firmado el mismo 13 de abril de 2010 por Sergio Schoklender como apoderado de las Madres de Plaza de Mayo y Schiavoni, por la Corporación del Sur, se menciona expresamente que mediante el Convenio de Colaboración y Transferencia "se impone la obligación por parte de esa Subsecretaría [de Obras Públicas de la Nación] de contratar en forma directa a la fundación para acceder al financiamiento de la obra". Claramente: para recibir dinero había que firmar con las Madres.”.Fuente La Nación.
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