Lamentablemente episodios de esta naturaleza vuelven a repetirse. Grupos de milicianos cometieron delitos de lesa humanidad, a menos de 30 km de la base de los Cascos Azules de la Organización de las Naciones Unidas. Al interrogarse a las autoridades responsables, sobre el motivo de la no intervención de esta fuerza, a fin de poner coto a los salvajes ataques a la población civil, se recibieron respuestas cínicas, que ponían de relieve que no existía por parte de los integrantes de esta organización mundial, la menor intención de intervenir a fin de que cesaran las salvajes violaciones que se narran a continuación. Quienes critican con fundamento, a la organización mundial, por su inacción en episodios similares o de naturaleza similar, alegan que existe discriminación racial en ellos. Casualmente, en cuanta intervención han tenido en el continente africano, no se ha distinguido por su celeridad, objetividad y eficacia. Tales falencias conspiran contra la fama de la Corte Penal Internacional. La acumulación de episodios graves, de idéntica naturaleza, contribuye a sembrar con un manto de duda la actividad jurisdiccional, del tribunal de las NN.UU. El brutal episodio que a continuación narramos, los aberrantes eventos de los que nos hacemos eco, creemos que podría ser un llamado de atención que va a encontrar eco en nuestras latitudes.En efecto, ya veremos que, como corresponde, cuando se excite el organo jurisdiccional correspondiente, los imputados por estos hechos, serán sancionados penalmente como autores de delitos de lesa humanidad. Por suerte, las víctimas de esta salvajada, no se encuentran en jurisdicción argentina, ya que de haber sido así, nuestra Corte seguiría sosteniendo, empecinadamente, su doctrina respecto a que como los milicianos no son funcionarios estatales, corresponde imputarles delitos ordinarios y no internacionales, con todas las consecuencias del caso. Cuando las autoridades de la Organización de las NN.UU, por medio del Consejo de Seguridad, soliciten al Fiscal de la Corte Penal Internacional, que actúe en el caso, sin duda alguna el Dr. Luis Moreno Ocampo imputará, sin hesitación a los inculpados. Solicitará se someta a esos milicianos al debido proceso,y veremos como explican tal actitud, los magistrados argentinos.
"Un nuevo suceso vuelve a dejar muy mal parada a la ONU. En Congo, dos grupos rebeldes asaltaron una aldea y violaron durante varios días a las mujeres y bebés sin que los cascos azules intervinieran. La base estaba a 30 kilómetros pero acudieron al lugar 10 días después de que finalizara el ataque. Aberrante es lo que ha sucedido en la República Democrática del Congo ante la desidia de la ONU. La Vanguardia informa este viernes de como al menos 180 mujeres y algunos niños con edades entre uno y dieciocho meses fueron violados en una población por dos grupos de rebeldes.
Pero lo más grave es que a tan sólo 30 kilómetros de esta localidad hay una base de los cascos azules de la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en RD de Congo, conocida como Monusco. Las tropas no actuaron hasta diez días después de que finalizara el asalto.
Una vez hecho público este suceso, Ban Ki Moon, secretario general de la ONU, calificó el suceso como "un escándalo" aunque justificó la no actuación de las tropas alegando que no se habían enterado. Sin embargo, Miel Hendrikson, directora regional de la ONG que destapó este asalto, desmintió la versión de Naciones Unidas e informó de que pidieron ayuda y ésta no llegó hasta siete días después.
Todo se inició el 30 de julio cuando llegaron al poblado entre 200 y 400 rebeldes de las milicias Mai Mai y las Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda. Hendrikson indicó que "les dijeron que sólo querían abastecerse de alimentos para que no tuvieran miedo y huyeran; por la noche empezaron las violaciones".
Estas aberraciones se alargaron durante cuatro días. Estos energúmenos camparon a sus anchas por el poblado y por las aldeas vecinas. "La mayoría de las mujeres nos dicen que durante cuatro días fueron violadas por entre dos y seis hombres, algunas sufrieron los abusos delante de sus maridos o hijos", espeta la representante de la ONG. Para más inri, varios bebés también sufrieron estos abusos. Los pequeños tenían entre un uno y dieciocho meses.
Una vez que realizaron su cometido saquearon las aldeas y se marcharon. Todo esto sin que los cascos azules hicieran acto de presencia por la zona. Ante la gravedad de los hechos la ONU mandó a dos expertos de violencia sexual y un representante especial.
Las críticas de falta de coordinación de la Misión de la ONU no les han gustado nada. Su respuesta es que "dicen que nos informaron, pero ¿a quién informaron? La ONU es una organización grande y recibimos muchos avisos y rumores", dijo el portavoz de la Monusco, Mundubai Madnodgi". (Seleccionado de la web española de Libertad Digital, del 17 de agosto de 2010)
Pero lo más grave es que a tan sólo 30 kilómetros de esta localidad hay una base de los cascos azules de la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en RD de Congo, conocida como Monusco. Las tropas no actuaron hasta diez días después de que finalizara el asalto.
Una vez hecho público este suceso, Ban Ki Moon, secretario general de la ONU, calificó el suceso como "un escándalo" aunque justificó la no actuación de las tropas alegando que no se habían enterado. Sin embargo, Miel Hendrikson, directora regional de la ONG que destapó este asalto, desmintió la versión de Naciones Unidas e informó de que pidieron ayuda y ésta no llegó hasta siete días después.
Todo se inició el 30 de julio cuando llegaron al poblado entre 200 y 400 rebeldes de las milicias Mai Mai y las Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda. Hendrikson indicó que "les dijeron que sólo querían abastecerse de alimentos para que no tuvieran miedo y huyeran; por la noche empezaron las violaciones".
Estas aberraciones se alargaron durante cuatro días. Estos energúmenos camparon a sus anchas por el poblado y por las aldeas vecinas. "La mayoría de las mujeres nos dicen que durante cuatro días fueron violadas por entre dos y seis hombres, algunas sufrieron los abusos delante de sus maridos o hijos", espeta la representante de la ONG. Para más inri, varios bebés también sufrieron estos abusos. Los pequeños tenían entre un uno y dieciocho meses.
Una vez que realizaron su cometido saquearon las aldeas y se marcharon. Todo esto sin que los cascos azules hicieran acto de presencia por la zona. Ante la gravedad de los hechos la ONU mandó a dos expertos de violencia sexual y un representante especial.
Las críticas de falta de coordinación de la Misión de la ONU no les han gustado nada. Su respuesta es que "dicen que nos informaron, pero ¿a quién informaron? La ONU es una organización grande y recibimos muchos avisos y rumores", dijo el portavoz de la Monusco, Mundubai Madnodgi". (Seleccionado de la web española de Libertad Digital, del 17 de agosto de 2010)
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